Es de agradecer el intento de no repetirse, de no ser la eterna sombra de Dream Theater. Es de agradecer la incursión hacia texturas electrónicas, hacia producciones más arriesgadas. Es de agradecer que su calidad como intérpretes no les haya abandonado. Pero el resultado final de las composiciones de “Affinity” resulta pomposo e insustancial.

Voy a hablaros de mi niñez. Siempre fui ese típico niño raro ignorado por los demás críos – una pandilla de hijos de puta incompasivos y crueles, y me da igual que penséis que soy un rencoroso – que buscaba la atención de los adultos, a los que siempre tomaba como ejemplo, deseando convertirme en ellos de un modo u otro. Más allá de venir a narraros una lamentable autobiografía carente de interés para un fan del metal progresivo, aprovecho este apunte personal para ilustrar la razón por la que me puedo sentir identificado con el grupo inglés Haken: porque sin duda alguna, esos niños raros en el metal progresivo lo han sido hasta ahora ellos.

Y es que no hay banda fácilmente comparable a ellos si de lo que hablamos es del nuevo panorama de esta década; pocos conjuntos saben amalgamar con tanto salero el estilo más clásico con las nuevas tendencias progresivas. La excentricidad de su música ha tomado muchas formas en muy poco tiempo, lo cual les ha permitido llegar a la cumbre del género con dos obras espectaculares bajo el nombre de “Visions” y “The Mountain”; dos obras que, junto a su asombroso EP “Restoration”, apuntaban más allá de lo que el ojo humano puede ver, hacia las esponjosas nubes sobre las que recae el peculiar Olimpo del rock progresivo.

La fortuna es caprichosa a veces y la ambición puede jugar muy malas pasadas. Las verdes alas de las aves del artwork de “Affinity”, su cuarto trabajo de estudio, me traen a la mente la plumosa ensoñación de un Ícaro que no supo medir sus fuerzas. Y esto es exactamente lo que le ha sucedido al conjunto británico con este nuevo trabajo. Porque puede que sus niñerías gustasen a muchos – y me incluyo entre ese grupo de admiradores –; sus atrevimientos eran verdaderamente deleitantes, tal vez porque al igual que cualquier infante, no se tomaban a sí mismos excesivamente en serio. El problema de este álbum es precisamente ese: demasiada seriedad, demasiada ambición para un contenido que sencillamente no está a la altura. Al chaval le han salido pelos en las piernas.

Si bien su virtuosismo no les ha abandonado – y dudo que alguna vez lo haga –, sí que lo ha hecho la frescura y la propia ironía de sus estructuras barrocas. Un single insulso como “Initiate”, encargado de abrir el trabajo, nos recuerda que a veces las amistades no deberían pasar de la puerta de nuestra casa: la influencia de sus colegas noruegos Leprous resulta tan obvia que uno no puede hacer más que pensar en qué momento Einar Solberg arremeterá con uno de sus penetrantes falsetes – siento deciros que ese momento no llega nunca.

Los pasajes envolventes y atmosféricos son protagonistas en “Affinity”, y temas como “Red Giant” o un insufriblemente largo “The Architect” – pieza mediocre que en sus casi dieciséis minutos no nos regala más momento glorioso que unos gratos solos de teclado de Diego Tejeida – son buena prueba de ello. La propuesta electrónica hacia la que ha avanzado Haken resulta insuficiente dado que las composiciones no llegan a estar a la altura en ningún momento, si bien excluimos el trabajo instrumental realizado en “The Endless Knot” y “Lapse”.

Haken no logra ningún momento particularmente climático en este trabajo. Es de agradecer el intento de no repetirse, de no ser la eterna sombra de Dream Theater. Es de agradecer la incursión hacia texturas electrónicas, hacia producciones más arriesgadas. Es de agradecer que su calidad como intérpretes no les haya abandonado. Pero el resultado final de las composiciones de “Affinity” resulta pomposo e insustancial. La pretendida búsqueda de una emotividad mucho más sensiblera que la de sus anteriores trabajos cae en esta ocasión en saco roto. Porque a la mayoría nos gustan los gracejos de un niño, pero a muy pocos el llanto ridículo de un adolescente. Esperemos tener algo más suerte para cuando les haya salido la barba.

Fernando Acero

Grupo:Haken

Discográfica:InsideOut Music

Puntuación:6

Canciones:

  1. affinity.exe
  2. Initiate
  3. 1985
  4. Lapse
  5. The Architect
  6. Earthrise
  7. Red Giant
  8. The Endless Knot
  9. Bound By Gravity

Año:2016-04-26

Votación de los lectores:5