Scorpion Child: Acid Roulette
Porque sin tener delante de nuestros ojos su estética hippie, ya la imaginamos a través de las líneas vocales de un corrosivo Aryn Jonathan Black, que hace retumbar los ecos de un tiempo pasado que, algunos dicen, fue mejor.
Su debut homónimo fue una sorpresa. Si bien los aires setenteros no resultan una novedad hoy en día, los de Texas poseen un toque especial en sus canciones que los hace diferenciarse del gran montante. Como muchos sabéis a estas alturas, el sello alemán Nuclear Blast ha ampliado sus miras y en su escudería han incluido bandas del calibre de BLUES PILLS, KADAVAR, THE VINTAGE CARAVAN o CROBOT por citar algunas que ya se están haciendo un nombre, que reflejan el claro revival de los 60 y los 70 que corre por sus venas. Y las que quedan por venir, visto el filón que esta tipo de formaciones les está reportando. Lo curioso es que han atinado en todas sus apuestas, y con este “Acid Roulette”, pueden sentirse orgullosos, de nuevo, de SCORPION CHILD.
La chulería y el gamberrismo musical de “She Sings, I Kill” nos abren las orejas de par en par nada más comenzar. Porque sin tener delante de nuestros ojos su estética hippie, ya la imaginamos a través de las líneas vocales de un corrosivo Aryn Jonathan Black, que hace retumbar los ecos de un tiempo pasado que, algunos dicen, fue mejor. Pero es que después nos golpean con uno de los estribillos con más pegamento mental de su colección: “Reaper’s Danse”. Y no solo el estribillo. La canción es completa a no poder más, y tiene todos los elementos para convertirse en un clásico: rapidez comedida, solos de guitarras sucios y arenosos, y ritmos cabalgantes que te hacen enloquecer en todo el trayecto. Con estos dos cortes, ya han conseguido acaparar toda nuestra atención, y a partir de ahí comienzan a desarrollar otras cualidades y bondades en favor de hacer un disco la mar de íntegro.
Atmósferas sabbathicas cargadas de esteroides en “My Woman In Black” o “Winter Side Of Deranged”, seguirán elevando el potencial de este trabajo. Y al mismo tiempo, imprimen la cadencia necesaria para seguir ocultando sorpresas, como también hacen en el propia “Acid Roulette”, con hammond incluido. Instrumento que por momentos puntuales toma el protagonismo, como en “Blind Man’s Shine”. Otros cortes como “Twilight Coven” – con “Séance”, una especie de ritual, a modo de introducción – son una explosiva mezcla del rock desértico de antaño con partes cargadas de melodías de aire más actual. ¿Os imagináis cruzar a KYUSS con THE BLACK KEYS? Escuchad “Tower Grove”, y os podréis hacer una idea.
A lo largo de este trabajo, también hay lugar para cortes y tramos más relajados e inspirados que aportan diversidad a todo el conjunto. Como la evasiva “Survives”, o las primeras partes de la camaleónica “Addictions”, con la que cierran un más que notable trabajo. Con este segundo álbum suman otro puñado de canciones de mucho valor, para elegir en sus potentes y entregados directos. Esfuerzo y trabajo, y canciones categóricas como aquí incluyen, son la receta perfecta para que su popularidad se iguale a su calidad antes de que nos demos cuenta.
Grupo:Scorpion Child
Discográfica:Nuclear Blast
Puntuación:8
Canciones:
- She Sings, I Kill
- Reaper's Danse
- My Woman In Black
- Acid Roulette
- Winter Side Of Deranged
- Séance
- Twilight Coven
- Survives
- Blind Man's Shine
- Moon Tension
- Tower Grove
- I Might Be Your Man
- Addictions
Año:2016-06-10
Votación de los lectores:5
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