Saeko: Above Heaven Below Hell

Cual heroína de manga nipón irrumpe en la escena metálica, de la mano de Lars Ratz (Metalium), esta tal Saeko Kitamae. La otrora llamada “Metaliana” en el cuarto y prescindible disco de Metalium, se ha ganado un disco y, entre canción y canción, nos cuenta la historia de su vida, más propia de programa de tarde rosa al estilo “El diario de Patricia” que no de cómic fantástico.

Al parecer, esta oriental abandonó las populosas urbes asiáticas de sopetón para realizar su sueño: ser cantante de heavy metal. La tierra prometida lleva por nombre Hamburgo y allí recaló en pos de sus ideales y objetivos. Luchadora como un ninja se hizo con el puesto de Metalina, compañera de Metalian en la esperpéntica aventura ideada por el sr. Ratz (con cómic incluido) y éste accedió a darle continuación a su aventura discográfica consiguiendo girar con la leyenda del metal femenino Doro en el tour orquestado. 

Para bien o para mal el nombre de Lars Ratz es ya sinónimo de doble bombo y “true metal” y, sabiendo que tal señor mete guitarras, colabora en la composición y produce el disco… no es necesario tener mucha imaginación para adivinar a que banda se parece.

Above Heaven… posee un buen equilibrio entre trallazos a lo Metalium y baladas y se ha adornado con instrumentaciones y fragmentos de Yamato, una banda de percusión nipona. Pero no crean ustedes que tal grupo ha compuesto para Saeko, ella (o Lars) pagaron para meter pistas de dicho disco y terminar de darle un toque japonés y ese “algo” diferencial y étnico.

Saeko no tiene una voz espectacular pero si que la domina y sabe sacarle un gran partido tanto de agudos como de personalidad. La melódica “Sins For The Gods” ya da indicios de lo que encierra el compacto. Las tonalidades graves de “Nature Of Mortality” y la búsqueda de estribillos resultones hacen de ella un buen tema. La inclusión de la música folclórica del imperio del sol naciente queda bien pero se nota que no está compuesta para la ocasión. Hay momentos en que la han metido con calzador. Trallazos como la “powermetalera” “Seek The Light” acercan al sonido al de unos Iron Savior, especialmente por los coros de Ratz, muy a lo Piet Sielk, contrastan con la simple pero funcional balada “On The Way Of Eternity”. La combinación de velocidad y coros de Ratz es lo que da los mejores frutos del disco: “Way To The One” es otro de los aciertos del compacto. Las baladas son uno de los puntos flojos del compacto, “Song Of Delight” tiene un teclado que parece la sintonía de un teléfono móvil. La batería cuando la emprende en cabalgadas a todo velocidad parece más falsa que otra cosa, pero hoy en día ya todo el mundo usa triggers o electrónicas, o sea que… tampoco nos vamos a escandalizar. El epílogo final guarda una pista narrada escondida.

El disco es algo lineal y aporta poco de novedoso. Es más una tarjeta de presentación, excelentemente cuidada, pero da la sensación de estar hecha con prisas. Quizás las canciones merecerían un par de pasadas más por la parrilla de producción para haber quedado más apetitosas. La moda de las vocalistas femeninas empieza a ser demencial, por un lado está bien, pues la mujer en el metal no tiene que ser un elemento decorativo como fue en el pasado, pero lo que está claro es que arriba llegarán las mejores, como en todo. Debe pelear y mostrar más armas Saeko, Above Heaven… no es suficiente… de momento.