Metal Church: ‘A Light in the Dark’

Cuando ahora se cumplen 2 años de la publicación de “The Weight of the World”, la parroquia metálica liderada por Kurdt Vandelhoof arremete con un nuevo trabajo impresionante a la altura de sus mejores trabajos. 

Tras la fallida reunión con el recientemente fallecido David Wayne, el vocalista que puso sus cuerdas vocales en los primeros trabajos de la banda a mitades de la década de los 80’s, y que dio lugar a “Masterpeace”, en 1999, un disco que pasó con más pena que gloria, METAL CHURCH decidieron replantearse ciertas cosas, cambiar de sello discográfico y renovar casi por completo formación, dando entrada a quién yo creo ha rejuvenecido por completo, ya no la edad del quinteto, sino su estilo; El vocalista Ronny Munroe.  “The Weight of the World”, editado a mediados del año 2004, volvía a mostrarnos a unos METAL CHURCH con ideas, creativos, acertados e inspirados. No obstante, este “A Light in the Dark” reafirma lo dicho y deja claro que aquello fue algo más que un mero espejismo. Lo nuevo de METAL CHURCH suena fresco, repleto de fuerza y denota que Kurdt Vanderhoof, lejos de ser una vieja gloria venida a menos que intenta sobrevivir en este negocio a base de trabajos mediocres e insistentes giras de conmemoración del 20 aniversario de tal o cual disco, prefiere seguir demostrando su valía a base de esfuerzo y tesón; “A Light in the Dark” es una buena muestra de ello. Para la ocasión, el señor Vanderhoof ha remodelado de nuevo la formación de la banda dando entrada al bajista Steve Unger y sobretodo al pletórico batería Jeff Plate, anteriormente visto en SAVATAGE y la TRANSIBERIAN-ORQUESTRA, una opción muy válida y lógica teniendo en cuenta el vínculo que durante los años ha unido a la banda de Jon Oliva con los METAL CHURCH (El productor habitual de SAVATAGE, Paul O’Neill, trabajo en algunos discos con METAL CHURCH. De la misma forma, Kurdt Vanderhoof, en su etapa en solitario, se fue de gira como telonero de SAVATAGE en los días de “The Wake of Magellan”). Por suerte, el guitarra Jay Reynolds renueva al igual que el genial vocalista Ronny Munroe.

“A Light in the Dark” se abre con el tema que da título al disco, todo un cañonazo endiablado donde Kurdt encadena uno tras otro esos potentes riffs heavies como el titanio que solo él sabe crear. Destaca sobretodo el genial estribillo del tema en el que se produce un acelerón por parte de Jef Plate que parece empujar la nave con sus cabalgueos de bombo mientras que Ronny Munroe sala a relucir sus rangos más altos. “Beyond all Reason” prosigue en las mismas coordenadas; Heavy/Power Metal americano poderoso, con algún que otro guiño al Thrash más añejo y un pasajes intermedio donde las guitarras de Vanderhoof y Reynolds se marcan unas líneas hímnicas bastante originales y curiosas. Sin bajar el pie del acelerador, METAL CHURCH arremeten con la que es seguramente la mejor pieza de todo este “A Light in the Dark”; “A Mirror of Lies”, un auténtico bombazo de Power/Speed Metal con un riff incendiario y unas melodías vocales bastante épicas que te recordarán sobretodo a la época de principios de los 90 con Mike Howe al frente. Sublime. Tras semejante atracón de Metal sin tregua, METAL CHURCH se calman y muestran su lado más rockero y clásico con “Disappear”, un tema con unos riffs bastante clásicos en los que Kurdt y compañía dejan patentes sus raíces más ancladas en el Hard/Heavy de la vieja escuela a la que ellos pertenecen. “The Believer” prosigue de la misma forma, dejando de lado la velocidad para centrarse en dar cabida a unos pasajes mucho más densos, lentos y atmosféricos, que le dan al tema una aire místico repleto de épica, algo que se le suele dar muy bien a esta banda. Y es que resulta curioso como METAL CHURCH saben moverse con semejante soltura tanto a tempos rápidos como en otros más pausados y marcados, como en el caso de “Temples of Sea”, composición con tintes baladísticos que se desarrolla de una forma creciente para acabar desembocando en un estribillo metálico que da paso a una secuencia de riffs de guitarra bastante épicos, en la más pura tradición del grupo, “Gods of Wrath” o “Watch the Children Pray”. Tras estos 3 últimos temas algo más pausados, METAL CHURCH vuelven a arremeter con fuerza en “Pill for the Kill”, un tema que podría haber sido firmado por los mismísimos ANNIHILATOR de mitades de los 90. La caña prosigue con “Son of the Son”, un tema que parece ir dedicado a los amantes más arraigados al material Old School del grupo, con ligeros toques que te recordarán a DIO o SAXON en sus años de esplendor. Igualmente clásica resulta “More than your Master”, otro de los grandes aciertos del disco, con un Ronny Munroe pletórico que dobla sus voces en el estribillo de forma magistral. Cerrando el disco encontramos “Blinded by Life”, una de esas composiciones que debería gustar a todos los fans de los ANNIHILATOR más melódicos, con unos riffs y unos punteados repletos de melodía y dinamismo. En todo caso, este hecho demuestra la enorme influencia que las guitarras de Kurdt Vanderhoof ejercieron sobre Jeff Waters en su día, algo irrefutable a tenor de lo visto. A modo de Bonus Track, METAL CHURCH rinden homenaje a su antiguo vocalista David Wayne, fallecido hace poco más de un año en un accidente de tráfico, con la revisión de uno de los grandes clásicos del grupo con Wayne a bordo, la espeluznante “Watch the Children Pray”, que sigue poniendo la piel de gallina, la cante quién cante. No hay que asustarse, METAL CHURCH no se han dedicado a profanar clásicos; “Watch the Children Pray” es idéntica a la original solo que posee la voz de Ronny y obviamente, un sonido bastante mejorado.

Si nunca antes escuchaste a METAL CHURCH, lo tienes francamente difícil. Por lo general y como suele suceder en este tipo de casos, debería recomendarte cualquiera de sus primeros trabajos, pero visto lo visto, uno ya empieza a dudar. Empieces por donde empieces, no olvides pegarle una repasada a esta nueva etapa del grupo en estos 2 últimos años, estoy más que convencido que te sorprenderá como una banda con tanta trayectoria, con más de 25 años a sus espaldas, puede dar vida todavía a obras tan supremas como ésta.