Eyehategod: Eyehategod

Simplemente impresionante. La friolera de catorce años han estado Eyehategod sin publicar un larga duración. En este tiempo han pasado muchas cosas. Sin lugar a dudas, la catástrofe del huracán Katrina marcó un antes y un después para todas las bandas de la escena de Nueva Orleans, y el conjunto ha pasado por todas las situaciones posibles antes de que este quinto álbum viese la luz. Y así suena. Este disco homónimo es un cúmulo de ira que te explota en la cara. Una reivindicación en toda regla, un desgarrador grito de «hemos vuelto».

En mucho tiempo no habíamos visto un regreso tan triunfal, pero es que Mike IX y los suyos no lo podían hacer de otra manera. Este trabajo supone a la vez el inicio de una era y el fin de otra, porque además de ser el trabajo que marca su vuelta a las andadas, también es la última grabación con Joey LaCaze a la batería, miembro fundador de la banda que falleció en 2013. Y es que ya hemos dicho que han tenido todo tipo de problemas para su publicación, por lo que no os sorprenderá saber que esas líneas de batería ya llevaban tiempo grabadas antes de que Joey muriera. De hecho, el redondo en sí es una especie de tributo al propio LaCaze, que durante muchos años fue una parte esencial del alma de la banda y un pilar fundamental del enorme templo sonoro que es Eyehategod.

Así pues, titularlo igual que la banda no podría tener más sentido. A lo largo de sus escasos 43 minutos, esta obra nos dice constantemente «Aquí estamos, así es como sonamos y no nos vamos a volver a marchar». Temas compuestos a lo largo de todos estos años de actividad parcial, el resultado de un inquieto motor creativo que no podía expresarse debido a numerosos obstáculos… es como si durante todo este tiempo la fuerza encadenada de la banda se hubiese acumulado. Y de repente queda liberada. Los riffs de Jimmy Bower y Brian Patton suenan tan aplastantes como siempre. La voz de Mike, más salvaje que nunca. Por no hablar de una sección rítmica capaz de desmontarte vértebra a vértebra.

«Agitation! Propaganda!» abre la lata con su faceta más punkarra, dejando vía libre a todos esos chirriantes sonidos de guitarra que tanto los caracterizan, dando paso a una «Trying to Crack the Hard Dollar» que baja el tempo hacia los fangosos pantanos regados por el groove de Luisiana. La esencia sludge impregna de suciedad cada nota, cada ritmo, hasta que el ambiente es asfixiante. Y una vez acabado, estás deseando repetir. O ponerte su discografía entera y volver a gozar de aquellas lejanas joyas como «Dopesick» o «Take as Needed for Pain». Este álbum nos trae nuevos grandes temas como «Nobody Told Me», la agitada «Framed to the Wall» o una monstruosa «Flags and Cities Bound» que reducirá tu cerebro a sopa neuronal, dejando claro que esto es ni más ni menos que un puñetazo en la mesa. Eyehategod han vuelto y te van a volar los sesos más que nunca.