Y&T se comen el escenario una vez más
Perfectamente podríamos hablar de la Dave Meniketti band. Más allá de su embriagadora y elástica voz, el frontman podría haberse metido a guitar hero si en su día se lo hubiera propuesto. Su técnica afilada se encuentra bastante por encima de la de la gran mayoría de guitarristas que campan por los escenarios del mundo
Si vas a un concierto de Y&T harás todo cuanto esté en tu mano por repetir a la próxima. Pocas bandas existen en la actualidad que atesoren tal equilibrio de feeling, sinceridad y nivel técnico como estos señores, que llevan un buen puñado de años rindiendo en directo incluso por encima de lo que de ellos se podía esperar en décadas pasadas, erizándonos la piel desde los primeros acordes de cada una de sus canciones. Es por ello que preveía muy buena entrada en la sala Salamandra y así fue. Mucho ambiente en las inmediaciones del recinto y una sala al 80% de su capacidad para recibir a los de California, que no se dejaban caer por aquí desde el Festival de Blues de Cerdanyola de hace un par de años si mal no recuerdo.
No llegamos a tiempo de ver a los teloneros AMARO, es más, llegamos justísimos para ver la actuación de Y&T y luego volver a salir de allí por patas por compromisos personales , una visita fugaz para lograr abstraernos con suficiente fuerza como para seguir manteniendo viva en el cerebro esa llamada al descontrol y lo emocional, esa desconexión necesaria para afrontar el resto de diatribas mundanas. Se pasó como un suspiro, pero lo cierto es que se marcaron un concierto de casi dos horas que empezó con la heavy, cañera y directa «Mean Streak» (perfecta para dar el pistoletazo de salida) y que continuaría con «Hard Times» y «Don’t Be Afraid to The Dark», primer midtempo de la noche que nos tocaría la fibra y que, por cierto, fue una de las canciones que mejor les quedó de todo el show, en gran parte porque este tema, al igual que muchos otros, ganan bastante en directo respecto al disco. Fue en este corte donde empezamos a apreciar el gran trabajo de John Nymann y Brad Lang a los coros, que no hacen sino realzar el ya de por sí excelente trabajo de Meniketti. Todo está interpretado en directo salvo alguna que otra introito, lo cual siempre es de agradecer, máxime cuando tienes una banda solvente y compacta sobre las tablas, como es el caso. Eso sí, lo valiente no quita lo cortés, y es de recibo dejar constancia de que, asimismo, la figura de Dave Meniketti como amo y señor del cotarro eclipsa a cualquiera de sus compañeros. Perfectamente podríamos hablar de la Dave Meniketti band. Más allá de su embriagadora y elástica voz, el frontman podría haberse metido a guitar hero si en su día se lo hubiera propuesto. Su técnica afilada se encuentra bastante por encima de la de la gran mayoría de guitarristas que campan por los escenarios del mundo. Por todos es sabido cuál es el momento de su lucimiento en el show, que no es otro que la interpretación de «I Remember You», rebosante de sentimiento y feeling, que por mucho que hayamos vivido algunas veces en el pasado, no deja de hacernos entrar en estado de shock cada vez que la vemos interpretada en vivo a manos de este señor y su guitarra como catalizadores de emociones. Sin embargo, antes ya nos habían pegado un potente repaso a una buena ristra de clásicos. La banda le sigue dando mucha cancha a su «Earthshaker», deleitándonos con piezas como «Dirty Girl» (indispensable), «Hurricane» o «Squeeze», en la que se cede el protagonismo a John Nyman para que se ocupe de las tareas vocales, algo que ayuda a dar mucho juego a la dinámica del show.
Dave Meniketti prefiere comunicarse con el público a través de la música. Es más, la banda fue bastante a por faena con la intención de incluir el mayor número de canciones posibles en el playlist, despachándolas una tras otra sin demasiada dilación, algo que se agradece. No obstante tuvo tiempo de hablar de alguna de las composiciones, como cuando nos explicó que compusieron la preciosa «Midnight in Tokyo» tras su primera gira por Japón, impresionados por la experiencia que habían vivido. Les quedó de fábula, por cierto. El buen sonido al que nos suele tener acostumbrados la sala Salamandra 1 también ayudó, sin duda. Eso sí, cabe decir que el show no nos dejó tan anonadados como en otras ocasiones que les hemos visto, y este extremo fue contrastado con alguno de los otros asistentes. No fue tan electrizante, si bien igualmente de sobresaliente. Quizá esta vez les faltó un punto de naturalidad, improvisación o locura. O quizá un set list más extenso y menos previsible (son pocas las variaciones que ha hecho la banda en las últimas giras). Sea como fuere, se comieron con patatas a media escena de hard&heavy en tan sólo un par de horillas. Antes de abandonar el escenario por primera vez, nos dejarían un par de perlas más. La hechizante y celebrada «Rescue Me» o la melódica y heavy «I’m Coming Home».
El final estaba cantado, nunca mejor dicho: un encore auspiciado por las gargantas de los asistentes, a los cánticos de «oeoeoe» y demás gimmincks tan propios del público barcelonés. «Open Fire» y el hit single «Forever», obligado para cerrar una velada a lo grande, echaron el cerrojazo a otra actuación espléndida de los californianos.
Promotor:RM Concert
Sala:Salamandra
Ciudad:Hospitalet de Llobregat
Teloneros:Amaro
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.