Los que lleven cientos de conciertos a sus espaldas, pueden llegar a prever cuando una noche va a ser memorable antes de que suene la primera nota. Esa era la sensación que invadía la sala antes de que los hermanos O'Keeffe y compañía repartieran cera al ritmo de su enérgico rock n roll.

Que las grandes promotoras estén apostando por Málaga no es fruto de la casualidad. El público está respondiendo, y tener una sala tan preparada como la París 15 es toda una suerte. Una sala de enorme capacidad y con un escenario de grandes dimensiones, que permiten que el espectáculo se desarrolle con todo su esplendor. Porque según me comentaron, la crew de Airbourne comenzó a descargar por partes su arsenal de luces y sonidos para adecuarlo a la sala, y terminaron acoplándolo todo. Ya puestos, un poco más y el camión tráiler también lo suben sobre la tarima.

Se esperaba una buena entrada y, como decimos, de no ser por la capacidad de la sala, se hubiera hecho sold out hace varias semanas con total seguridad. Entre unas 1.200 y 1.300 personas se dispusieron a disfrutar del show de los australianos. Y la mayoría de ellos estaban cuando Desecrator descargaron su thrash metal con un fuerte tufo a Annihilator, que fue acogido de buenas maneras por todos los asistentes. Con la humildad por bandera, ya que no era su estilo muy afín al plato principal de la noche, sacaron toda su garra para presentar las canciones de su nuevo disco “To The Gallows” que, miren por dónde, aún no ha salido a la venta. Lo tenían todo en su contra, pero al final de su actuación, con versión de Metallica incluida, se notaba en sus rostros la satisfacción por el calor recibido del público malagueño. No fueron pocos los que se acercaron a charlar con el cuarteto de Melbourne para dar buena cuenta de su merch, y tomar alguna que otra foto con un grupo que rebosaba simpatía, tanto dentro como fuera del escenario.

Los que lleven cientos de conciertos a sus espaldas, pueden llegar a prever cuando una noche va a ser memorable antes de que suene la primera nota. Esa era la sensación que invadía la sala antes de que los hermanos O’Keeffe y compañía repartieran cera al ritmo de su enérgico rock n roll. Ansias contenidas. Nerviosismo latente. Y cuando salen con “Ready To Rock”, la explosión de sonido coincide con una ovación de las que hacen retumbar los cimientos de una sala. Muy poco necesitaron Airbourne para tener al público a sus pies. Pero es que con “Too Much, Too Young, Too Fast”, “Down on You” o “The Rivalry” todo es más sencillo.

Todos los componentes de Airbourne  son unos bestias sobre el escenario, aunque sea su cantante y guitarrista Joel O’Keeffe quien se lleve la mayor parte de la atención. Debe ser quien tiene más práctica en el arte de romperse latas de cerveza contra la cabeza, o tenga la medalla de oro en la categoría de tiro de litros de birra al público. ¡Ni uno se caía al suelo! Mientras tanto, iban rockeando al ritmo de “Girls In Black”, “Breakin’ Outta Hell” o “It’s All for Rock n Roll” como el que no quiere la cosa, sin parar de interactuar con todos los presentes para que no se desconectaran de la fuerza bruta de su directo.

Si el show comenzó fuerte, con cada tema el nivel de intensidad no hacía más que aumentar. Los pogos era una constante en las primeras filas, y con “Stand Up for Rock n’ Roll” y “Live It Up” ya en el tramo final, la cosa se fue de madre. El cierre con su himno “Runnin Wild” (con algún que otro fragmento tributo a Black Sabbath y AC/DC) , ¡fue una puta locura!  Por desgracia, todo lo bueno se acaba, y aunque nos pareció un concierto corto, no podemos quejarnos de la entrega de la banda ni de su vertiginoso ritmo. ¿Los próximos herederos de AC/DC? No seré yo quien firme tan categórica declaración, pero con sus más que notables cuatro discos y con este nivel de actuación, son los principales candidatos para subirse al trono del rock n roll actual.

 

Promotor:Madness Live Productions

Día:2017-10-06

Hora:20:00

Sala:Paris 15

Ciudad:Málaga

Puntuación:9