Cualquier duda existente acerca de la validez de esta vuelta a los escenarios de los clásicos WHITESNAKE se vió rapidamente disipada tras dos horas de concierto totalmente insuperables en la sala Razzmatazz de Barcelona. Es curioso, eso sí, que hace catorce años la banda tocara en el Velódromo de Horta (en la gira de “Slip Of the Tongue” con Steve Vai y Adrian Vandenberg) ante mas de diez mil personas y que hoy en dia tengan que acabar tocando en un local muy bien acondicionado pero con un aforo que no supera las 2.600 personas. La gran pregunta es ¿dónde está toda aquella gente? Probablemente la gran mayoría sean hoy en dias respetables padres y madres de família que en su dia llevaron greñas y vieron la gira del “Ram It Down” de JUDAS PRIEST y un par de años después, movidos por la presencia mediática de WHITESNAKE en la época y lso exitazos a lo “Is This Love”, acabaron en el Velódromo, mítico recinto de conciertos en aquella época, viendo a la serpiente blanca en una de sus mejores encarnaciones.Lo visto en la Sala Razzmatazz fue sin embargo menos grandilocuente pero mucho más rico en matices musicales, todos esos matices que precisamente se pierden en la distancia de los grandes recintos para grandes eventos. El carisma de David Coverdale es mucho mas perceptible cuando lo tienes a 10 metros de tus narices que no cuando no puedes ver si es siquiera él el que hay sobre el escenario. Es mucho mejor ver como salta por los aires el sudor de Tommy Aldridge en pleno solo de batería que ver unas melenas moverse en la lejania mientras escuchas a un percusionista dejarse el alma sobre los parches. Por todo ello, y por el simple hecho de ser la primera vez en que tenía ocasión de disfrutar con Coverdale en escena, el concierto de WHITESNAKE quedará grabado en mi memoria como una gran noche de rock. Y es posible decirlo de manera objetiva porque fue un gran concierto. Cualquiera que esté habituado a mis crónicas sabe perfectamente que no me suelo dejar llevar por la emoción o las preferencias personales a la hora de despotricar contra un grupo que ha tenido una mala noche, y WHITESNAKE tuvieron una noche espléndida.

A las 21:30 exactas, la banda daba inicio al show con un sorpresivo “Burn” que hizo precisamente eso: que ardiera la sala entera. Treinta años después, la interpretación de un himno tan inmortal sigue siendo capaz de hacer perder el oremus a miles de personas adultas que se entregan a la magia y poder del reptil que todos deseábamos que nos picase.

A la izquierda del escenario se sitúan Reb Beach y Marco Mendoza, los cuales apoyarán a Coverdale toda la noche con sus magníficos coros. En el centro, evidentemente, Coverdale con su camisa estampada azul que sudó de lo lindo. A la derecha, el “mimado” Doug Aldrich –el Vandenberg del 2004- y el teclista Timothy Dury de los EAGLES. Finalmente, detrás y elevado en una gran tarima que muestra su kit Yamaha blanco, el monstruo de las baquetas:Tommy Aldridge.

Un sonido algo deficiente acompañó gran parte de los compases del concierto, aunque se iría arreglando a medida que avanzaba la noche. Durante “Burn” hubo una pequeña parte de “Stormbringer” que sirvió como homenaje al trigésimo aniversario desde la edición del mítico disco del Mark III de DEEP PURPLE con Coverdale y el genial Glenn Hughes. David Coverdale estaba al rojo vivo, haciendo sus clásicas poses sensuales con el pie de micro, mientras Marco Mendoza jugueteaba con las féminas de las primeras filas y Reb Beach y su compañero de tareas Doug Aldrich compartian solos y riffs de un lado a otro del escenario. “Bad Boys”, con aullido incorporado de Coverdale, sirvió para acabar de arrancar el concierto, el cual prosiguió con “Love Ain’t No Stranger”, “Ready An’ Willing” y un emocionante “Is this Love” el cual pude ver desde el escenario mientras tomaba fotos de Tommy Aldridge para un reportaje en otra publicación. Ver la profesionalidad de toda la banda desde esa posición es una gozada y recuerdo especialmente una mueca de Coverdale hacia Tommy Aldridge cuando este cometió un imperceptible error en “Ready An’ Willing” queriéndole decir “esas cosas pasan”. Algo parecido a cuando tus padres te llevan a ver al paje de los Reyes Magos, mas o menos.

“Give me All Your Love” puso a botar a todo el recinto, a esas alturas totalmente mojado de sudor, al igual que la banda la cual alucinaba con el calor que hacía en una de las noches mas húmedas vistas en Barcelona en las últimas semanas. De hecho, en VELVET REVOLVER el calor fue incluso peor, pero por lo visto no hubo que lamentar ninguna lipotímia ni incidentes similares. Fue con “Judgement Day” cuando Doug y Reb se lucieron mas agusto, intercambiando solos y haciendo una interpretación exactamente igual a la del disco. Fue entonces cuando Doug Aldrich tomó el escenario para un mágico solo acompañado por un pequeño colchón de teclados de Timothy Dury que sirvió para introducir “Crying In The Rain” como en los viejos tiempos. A mitad del tema, alguien de la banda grita “Tommyyyyyy” y este da inicio a un inhumano solo durante el cual todo el mundo reía a la vez que miraba con incredulidad lo ridículo de la perfección de este hombre tras los parches. Efectuó su clásico solo, con algunas variaciones, pero con la mayoria de ingredientes habituales: el inicio a doble bombo y redobles (con muchos de los clásicos ligeramente alterados), la parte de crescendo, seguida mas redobles, lanzamiento de baquetas y solo de batería a manotazo limpio. Esto da paso al segundo crescendo y el mas espectacular para acabar con Tommy totalmente extenuado dando puñetazos a los platos como un poseso mientras el público corea imparablemente su nombre. Y tiene 50 años, así que el próximo batería que se excuse con la edad para justificar sus pobres interpretaciones lo lleva claro.

La banda vuelve a escena para acabar “Crying In The Rain”, y Coverdale tranquiliza un poco las cosas con “Ain’t No Love In the Heart In the City” y volver a ponerlo todo patas arriba con “Don’t Break My Heart Again”. “Fool for Your Loving” y el mítico “Here I Go Again” dan el primer y provisional cerrojazo al concierto. Poco después aparece de nuevo la banda en escena para interpretar “Take Me With You” y finalmente un”Still Of the Night” que puso a todo el mundo de nuevo en pie de guerra. Coverdale hizo su clásico final, dando las gracias a todos los asistentes, para seguidamente aullar un par de veces y meter un grito agudo que da lugar a que la banda suelte un último cañonazo sónico que provoca los aplausos mas apasionados que he visto en mucho tiempo.

La banda se despide, pero Coverdale se queda en escena para cantar un buen trozo de “Soldier Of Fortune” de DEEP PURPLE y a continuación se despide emocionado y suena la grabación del “We Wish You Well”. A la salida de la sala, todo el aforo esperaba impaciente a Coverdale mientras la organización se rascaba la cabeza ante la estrategia de seguridad que sería necesaria para que toda esa gente no se comiera vivo al vocalista británico ex –dependiente de una tienda de pantalones vaqueros. Un Mercedes negro está incrustado ante la puerta de backstage del recinto y cuando Coverdale aparece y saluda a la concurrencia la gente explota en un clamor mientras el Mercedes acelera y sale pitando de la zona en dirección a un cercano hotel.

Al dia siguiente la banda se quedó en Barcelona de incognito se supone, y por lo visto acabaron en un restaurante flamenco donde la banda acabó subida al escenario tocando y tonteando, pero también podría tratarse de un clásico rumor de Radio Patio, así que no me hagan ustedes mucho caso. Por lo demás, excelente. Que vuelvan pero ya!

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Datos:

Razzmatazz I
Barcelona
Promotor: Rock N’ Rock
Publico: 2600 personas

Día:04/10/2004

Puntuación:9