WATAIN + FOSCOR + REDIMONI

Abrumadora propuesta la de poder ver a una de las agrupaciones más en forma del panorama actual del black metal. Por si no fuera suficiente el hecho de haber sacado uno de los mejores discos del 2007, los antecedentes en cuanto a actuaciones en la Ciudad Condal de la banda prácticamente nos obligaba a dirigirnos hacia la sala Mephisto ese día. Y es que tres veces que les he visto y tres veces que he alucinado pepinillos en vinagre. Por establecer un paralelismo, WATAIN vendrían a ser el contrapunto a MAYHEM en cuanto a materia de directo se refiere: dos bandas con unas raíces estilísticas que se prestan a ser comparadas, pero profesionalidad, espectacularidad y buen sonido por parte de los primeros y cajón de sastre habitualmente lleno de moho por parte de los segundos.

Los encargados de abrir la velada en este caso serían bandas que forman parte prácticamente de la familia (al cabo del año los veo más a ellos que a algunos familiares, pero la verdad es que no tengo queja), los amigos de REDIMONI y FOSCOR: No vi a los primeros, pero sé de primera mano que la actuación volvió a ser realmente buena, centrándose como es natural en los temas nuevos. Sonaron cortes como “To the Death” y “Hell’s Ascension”, pero piezas ya clásicas como “MetalHeart” o la impertérrita “Desperta Ferro” también tuvieron presencia en el playlist. FOSCOR, por su parte, nos brindaron una actuación remarcable y algo especial. Por un lado, obtuvieron un mejor sonido del que habían gozado en las últimas ocasiones en esa misma sala, pudiendo desplegar su arsenal con algo más de garantías, comenzando por el extenso “El Palau dels Plors”, de su último plástico. No tardaron en comentarnos que querían hacer de aquella actuación algo un poco especial, debido a que en poco tiempo íbamos a tener la oportunidad de verlos varias veces en esa misma sala (recordemos que estarán tocando con SHINING en breve), por lo cual invitaron a escena al exvocalista de la banda Norax para cantar los temas de su primer álbum, logrando así que “Inferís (Dungeons and Caves)” u “Old Wing’s Revenge” sonaran todavía más fieles a sus respectivas versiones originales si cabe. Con Fiar concentrado exclusivamente en su bajo durante gran parte del tiempo, la banda también tendría tiempo de interpretar “Ravens of Battle” o “Lunar Landscapes”, dejando claro que siguen sintiéndose orgullosos de su primera edición discográfica. De hecho, sigo pensando que finalizar el show con “Al Cor de la Boscúria” continúa siendo un gran acierto, pues posiblemente se trate de uno de sus mejores temas y, a la par, uno de los que mejores suenan en directo. Culminando así su pleitesía hacia los valores paganos, FOSCOR  abandonaban el escenario con la cabeza bien alta, no sin antes haber tenido que enfrentarse a algunos problemas con el bajo de fiar, al que no le quedó más remedio que largarse prematuramente.

Momento de disfrutar de la actuación de WATAIN: Lo cierto es que había muchas dudas respecto a la asistencia de público al evento poco tiempo antes de la celebración del mismo. Y es que a 5 días de que tuviera lugar, apenas se habían vendido 10 entradas. Finalmente el promotor pudo respirar algo más tranquilo y unas 120 personas se dieron cita en la sala para revolcarse en el mal. Ante un escenario presidido por sendas cruces invertidas y cierta iconografía ocultista plasmada en telas rojas que flanqueaban las tablas, el respetable tenía la oportunidad de comprobar, una vez más, que los suecos gustan de expresar su concepto por diversas vías y que se sienten satisfechos de no caer en la banalidad o en la provocación gratuita. Y es que cuando una expresión, sea cual sea, goza de un trasfondo tanto musical como conceptual de garantías, el mensaje siempre se verá reforzado y la experiencia enriquecida. Ya con todo el grupo a pleno rendimiento, temas como la visceral “Legions of the Black Light” pusieron los puntos sobre las íes. Calidad y actitud a raudales es lo que pudimos ver. Qué decir de “Satan’s Hunger”, repetitiva pero abrasiva, podría considerarse el maldito “Orgasmatron” del Black Metal. Con “Storm of the Antichrist” o “I Am the Earth”, pudimos comprobar que el buen sonido que ya habíamos podido constatar al inicio del show no había sido un espejismo, revelándose en lanzadera para que los temas quebraran nuestros huesos con mayor vehemencia. El atuendo de los componentes de la banda volvió a ser todo lo agresivo que cabría esperar, teniendo cabida la sangre, el cuero, los pinchos y la mugre, por mucho que en esta ocasión el cantante Erik no portaba una rata muerta colgando, a diferencia de lo que pudimos ver en su actuación como teloneros de KREATOR ¿Indicativo de que en el backstage de Mephisto hay menos roña y fauna que en el de la sala Razzmatazz? La banda salió a escena sin set list alguno, pero lo cierto es que si no sonó el “Sworn of the Dark” entero poco faltó. Algún que otro tema de su anterior disco “Casus Luciferi” ayudó a apuntillar la retahíla de blasfemias bajo cuyo manto nos vimos obnubilados. Para acabar de dejarnos con un palmo de narices, la banda sorprendió a propios y extraños utilizando lenguas de fuego durante la interpretación del tema con el que dieron carpetazo a la velada, “Sworn to the Dark”. Utilizando el recurso de forma eficiente durante el estribillo, como queda constancia en la foto que encabeza este artículo, pensé que la banda se había saltado a la torera la prohibición de la sala en cuanto al tema de la utilización de fuego en escena. Más tarde me enteré de que el propietario de la misma había decidido hacer una excepción puntual, lo cual, sin duda, el público agradeció a la postre. Y es que hacía ya años que no se veía pirotecnia en un concierto en Barcelona, por poca que fuera. Poco más queda por decir de una velada que resultó avasalladora y magistral, una lección de black metal, en el cual la clase, la profesionalidad y la técnica no estuvieron reñidas con el sentimiento más puro del estilo que nos ocupa. Sin duda WATAIN se están ganado una reputación en directo más que merecida