Wacken Open Air 2015 (II) : Savatage hicieron historia

Saldrían los dos organizadores de Wacken en el escenario a agradecer la paciencia, y los múltiples plafones electrónicos recogían la previsión para los próximos días. Realmente este será el reto mayor de Wacken pues en cuatro años de festival ha habido dos ediciones insoportables, con una dureza a nivel físico y mental que invita a no volver por aquellas latitudes.

Amaneció el día como terminó la noche… con viento, frío y lluvia… sobretodo lluvia. Los ánimos entre la gente estaban realmente bajos. Incluso había quienes no habían visto un solo concierto el miércoles y otros que decidirían refugiarse en el pueblo y optar por esperar 24 horas más. Saldrían los dos organizadores de Wacken en el escenario a agradecer la paciencia, y los múltiples plafones electrónicos recogían la previsión para los próximos días. Realmente este será el reto mayor de Wacken pues en cuatro años de festival ha habido dos ediciones insoportables, con una dureza a nivel físico y mental que invita a no volver por aquellas latitudes. Por otro lado las pérdidas económicas son enormes, pues si para ir a buscar una cerveza te juegas quedarte sin calzado y ponerte lleno de barro, está claro que prefieres quedarte como Ian Hill (bajista de Judas Priest): clavado donde estás hasta que termine el concierto.

SKYLINE

Cada año abren los Skyline que son la gente que monta Wacken y los mismos que tocaron en la primera edición de 1990. Cada año se marcan unos cuantos clásicos del heavy metal y hasta cuentan con invitados sorpresa. Afortunadamente esta vez no estuvieron ni Doro ni Biff Byford, pues son dos magníficos músicos, pero en Wacken aparecen hasta en la sopa. Esta vez no aparecieron, demostrando que es posible realizar un Wacken sin Doro ni Saxon. “Future World” de Pretty Maids y “Enter Sandman” de Metallica fueron las grandes sorpresas. Está claro que cada vez esta gente toca mejor y un gran “Crazy Train” así lo atestiguó. Pero era un gran momento para ir a hacer las compras y encontrar joyas de todo tipo. Puedes perderte durante largas horas en mercadillos de ropa, discos y camisetas… Y si quieres más hay el Metal Market con un escenario paralelo con clinics y conciertos. Una recomendación: ¡no entrar nunca con una VISA!

UDO

Udo tiene un gran problema… Accept están en un momento tan dulce que incluso sus discos de estudio valen la pena. El gran vocalista alemán necesita buenos golpes de efecto y ha optado por minimizar su pasado en Accept y quedarse con un par de temas. El resto, todo UDO. Esta vez salió con toda una orquesta vestida de militar, su emblema y bandera. Algo extraño pero original e histórico. Primero se dio protagonismo total a la orquesta con la entrada de “Star Wars” de John Williams” y “Das Boot”. Situada la orquesta, y ya puestos en materia, sonaron piezas como “Animal House”, “Independence Day” o “Man and Machine”. Un repaso en el que destacaban los potentes vientos y la excelente actitud de los miembros de la orquesta. Udo estaba como un niño con zapatos nuevos aunque hubo un momento algo friki con la bandera de Rusia de fondo (muy silbada) y un acordeonista venerable que dio color a las tonadas rusas. Se despidió con “Metal Heart” y “Princess of the Dawn” que orquestadas alcanzan grandes cotas de excelencia y pomposidad muy bellas. Esperemos que este experimento termine como un DVD bonus en sus próximos discos.

IN EXTREMO

Su última exhibición en Wacken fue sonada. Casi perfecta. Juegan en casa y se desenvuelven como quieren. Espectaculares y festivos arrancaron sonrisas y hasta les visitó el sol. Que por cierto, fue bienvenido con una tremenda ovación. Dieron cancha a todos sus discos y llegaron a ofrecer hasta 15 temas. La idea de llegar a la hora y cuarto por grupo es inmejorable. Los shows de una hora no terminan de dejar a los grupos lucirse como deben. Gran sonido en “Frei Zu Sein”, Zigeunerskat” o “Erdbeermund” aunque pronto caerían los clásicos atemporales de sus primeras obras. Pronto “Vollmond”, “Spielmannsfuch” u “Omnia Sol Temperat” arrasaron con todo. El enorme Dr. Pymonte sacó a pasear sus instrumentos infernales como esa especie de xilófono en forma de pentagrama. Gran final con “Sängerkrieg”, un “Ai Vis Lo Lop” excelente o las corales “Küss Mich” y “Rasend Herz”, que ya es un nuevo clásico. No superaron su mágica última vez pero como siempre, rozan la perfección.

ROB ZOMBIE

Pudimos verle hace unos años en el Azkena y nos dejó algo fríos. Algo similar pasó en su primer Wacken. Lucían en ambos flancos estampas de Frankenstein y el Fantasma de la ópera con la esfinge de Lon Chaney Jr. pero no había ni efectos, ni monstruos ambulantes ni trucos. Un show directo en el que hubo uso y abuso de versiones, algunas de ellas absurdas. Maravillosas y evidentes las de White Zombie como “Super-Charger Heaven”, “More Human tan Human” y “Thunder Kiss ‘65” (las de siempre), pero innecesarias el “Blitzkrieg Bop” de Ramones, medio “Enter Sandman” de Metallica, medio “School’s Out” de Alice Cooper y la más extraña: “Sex Machine” de James Brown, que quedó totalmente fuera de lugar. Rob estuvo de lo más participativo bajando y saludando a la gente de las primeras filas y grandísimo trabajo de John 5 a la guitarra. Sus temas quedaron algo vacíos pero disfrutamos con “Superbeast”, “Sick Bubble-Gum” o “Living Dead Girl”. El bis final fue la trepidante “Dragula”, como tiene que ser. Maqueados, ideales para las fotos pero para nada matadores.

SAVATAGE-TRANS-SIBERIAN ORCHESTRA

La madre de todos los shows se hizo carne en Wacken, y de qué manera. De entrada parecía una tomadura de pelo eso de que Trans-Siberian Orchestra y Savatage tocaran a la vez, pero cuando vimos lo que habían preparado supimos que estábamos ante algo histórico, nunca antes realizado. Desgraciadamente el tiempo hizo que mucha gente no estuviera presente y eso es lo único que empañó un show que quedará en las retinas de todos los que allí estuvimos. Savatage aparecieron en escena en el Black Metal Stage con la intro de “The Ocean” y nos saltaron a la yugular con lo más granado de su repertorio. Un “Gutter Ballet” adornado con unas imágenes de esqueletos sosteniendo velas. Impresionante con un Jon Oliva con una voz excelente y que, para sorpresa de todos, dejó su teclado para tomar el escenario y atacar un “24 Hours Ago” intenso y afilado. En “Edge of Thorns” apareció el gran Zak Stevens, motivadísimo y preciso. “The Storm” precedió al “Dead Winter Dead” (inesperada), con pirotecnia, un equipo de luces espectacular y un sonido tremendo. El “Hall of the Mountain King” sonó a gloria, pero sería “The Hourglass” la que anticipó lo que iba a caer… Zak hizo un dueto con Andrew Ross de la TSO y consiguieron uno de los grandes momentos de la noche. Impresionante el canon con todo el coro de la TSO en pleno. Magia…

En la segunda parte apareció el resto de la orquesta trans-siberiana con “The Mountain” en el escenario True Metal Stage. Es decir… los dos mastodónticos escenarios con la banda duplicada, coristas y músicos de la orquesta. Se llegaron a utilizar hasta nueve (¡!!!!) pantallas alcanzando cotas de perfección absoluta. Jeff Scott Soto tuvo su momento de gloria y Russell Allen (Symphony X) también; tuvo un par de temas para él. El carrusel de cantantes y sorpresas fue inacabable y la gente se quedaba con los ojos abiertos. Jeff Plate a la batería en un escenario, en el otro Doc “Killdrums” Wacholz, un violinista solista en cada escenario y las chicas del coro haciendo su coreografía a la vez en dos escenarios diferentes (¡!!!). Gran Scott Soto en “Another Way You Can Die” y sorpresa absoluta con “Turns to Me” de Savatage, con Russell Allen y Zak Stevens. Otro momento mágico.

La realización enseñó estampas de fans llorando de emoción pero muchos asistentes no terminaban de entender qué era todo aquello… Savatage con una banda instrumental realizando coreografías… Finalmente se ganaron a todos los asistentes con el “O Fortuna” de Carl Orff, de la ópera Carmina Burana. La ovación fue tremenda, y aparecieron los lásers para rematarnos. Sucesión de imágenes de castillos en “Another Way” y “Prometheus”, helicópteros de guerra y unos flashes en los focos que simulaban disparos (alucinante…). Había gente que se quejaba de que la Trans-Siberian tiraba excesivamente de lo instrumental pero nada mejor que volvernos a recordar que era un show de Savatage, así que atacaron el “Mozart and Madness” y luego la tremenda sorpresa de la noche: “The Morphine Child” con un pletórico Jon Oliva. ¿Alguien realmente la esperaba? Espectacular canon y estrés a la hora de mirar a ambos escenarios.

Quedaba la traca final y uno ya no sabía qué esperar… De entrada otra sorpresa: un tema nuevo de la TSO: “King Rurick” y sin momento para el descanso… “Believe”, con Jon apuntando el dedo hacia arriba recordando a su hermano Criss. Y sin respiro alguno “Chance”… el tema que abrió la puerta a la TSO sin que ellos en aquel momento lo supieran. Las cotas de feeling eran enormes y la piel de gallina. Pero todavía quedaban sorpresas y en “Christmas Eve (Sarajevo)” –versión de la popular “Carol of Bells”- bajaron dos péndulos de lo alto de ambos escenarios y hubo un sinfín de banderas de países en las pantallas en la que nos sorprendió ver la Ikurriña. Tremenda instrumental con unos lásers de infarto. La despedida la puso el “Requiem” de Beethoven y luego el adiós con unas cuarenta personas en ambos escenarios realizando la reverencia al unísono. Se había hecho historia aunque supongo que este show a Wacken le habrá costado un pastizal de infarto.

También entiendo que habrá un DVD pues seguro que ha sido el show más importante de la TSO hasta la fecha. Se ha abierto una puerta y este experimento tan espectacular puede repetirse con algún otro grupo. No es nada fácil innovar y esta gente lo ha hecho y de qué manera. Sólo por este show valió la pena el precio de la entrada, el viaje y dos jornadas de lluvia y frío. Y os lo dice alguien que durmió con sudadera por vez primera en su vida. La luna asomó avisando que las nubes se marchaban y nos fuimos felices a dormir, algunos todavía encima de una de las nubes que se marchaban en dirección al noroeste.