Decir que en Barcelona somos un poco gremlins no es ninguna novedad. Sí, sí: en eso de que le tenemos alergia al agua y que como se ponga a llover un poco no hay quien nos mueva de casa (hecho que sorprende a los foráneos acostumbrados al uso de un objeto llamado paraguas). Y esta hidro-pereza es algo que perjudica cualquier tipo de evento, incluidos los conciertos. Pero los catalanes Vivid Remorse consiguieron superar ese contratiempo con un público fiel, a pesar de que no llenaron completamente la pequeña BeGood que en condiciones normales estaría a reventar, y propiciar el ambiente adecuado para la presentación de "Down to the Wire" el que es su segundo álbum de estudio.

No nos podemos confundir: la propuesta de Vivid Remorse no es una de tantas que han salido a la luz en este revival del thrash que hemos vivido recientemente. En su música, el thrash no es un recurso nostálgico que se trate como un monumento a preservar, sino que es la base cuyos límites pretenden dinamitar. Reduciendo los ochenterismos al mínimo, le meten mano al death, al hardcore, al punk, etc, creando una propuesta de lo más curiosa y original. Cosa que se agradece en una escena que en la última década se ha optado a menudo por los convencionalismos, como es el metal.

Los chicos de Vivid Remorse saltaron al escenario soltando la artillería pesada desde el principio, empezando con unos cuantos temas de su primer álbum "The Seed of Malaise", lidiando con la precaria calidad de sonido de la BeGood, y pasando a interpretar casi íntegramente el disco que venían a presentar. El público estaba animado y en modo colaborativo con la banda, empezando pogos e incluso haciendo en un momento un pequeño wall of death. El cantante manejaba perfectamente sus recursos para crear complicidad con el público, haciendo bromas, interactuando con la gente: se le notaban las tablas y las ganas.

Y es que el vocalista Joel Repiso no paraba quieto, gesticulando todo el tiempo, alternando registros vocales: tanto unos guturales envidiables a lo Pantera, como una sólida voz limpia adquiriendo en ocasiones a un tono burlón al más puro estilo Serj Tankian o incluso Mr. Patton. El guitarrista Gustavo Revoredo hacía alarde de una técnica muy depurada y de una velocidad flipante, pero a quien habría que felicitar por virguerías ocasionales es al baterista Xavier Vidal, que metía caña a los temas con una velocidad trepidante y por momentos con un toque original en ritmos capaces de dejarte sin aliento.

En total, ofrecieron un concierto largo, luciéndose ante un público que los aclamaba, entreteniendo tanto con melodías y temas redondos como con una dosis adecuada de espectáculo: Joel Repiso llegó a ponerse un pasamontañas para interpretar algunas de las canciones y en uno de los temas el anterior bajista de la banda se subió al escenario a acompañarle al micro, e incluso se marcaron una curiosa y divertida versión thrasher de los Ramones como broche de oro final a su actuación. Las limitiaciones técnicas del sonido quedaron en segundo plano gracias a la intensidad trallera que les viene de seria a temas como "Biopiracy", "Imaginary Actress","L'Angoixa de la Existència" o "Seize the Death".

Así pues, quienes se quedaron apalancados en casa esa noche por pereza o por resfriado (una servidora superó ese obstáculo y comprobó las propiedades curativas del thrash en primera persona), más les vale ir arrepintiéndose por lo que se perdieron e ir informándose y memorizando las nuevas citas con los catalanes, que en noviembre tienen varias fechas en Barcelona y alrededores. Nosotros seguimos con el ojo puesto en Vivid Remorse!

Texto y fotos: Ana Velcev

Asistentes:100

Día:19/10/2012

Sala:Be Good

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9