Desde que vi a VICIOUS RUMORS por primera vez en mi vida (allá por el 2006, teloneando a los olvidados BEYOND FEAR de Ripper Owens) las cosas no han ido a mejor para la banda. Bien, tampoco han ido a peor. Es uno de esos grupos, esclavos de una era concreta del heavy metal, que mantienen un público fiel que los idolatra, pero que difícilmente supera las 100 personas. Lo cuál, tal y como está el panorama es un milagro.  Pero la no renovación de su público (la media de edad superaba los 35…) acabará por condenar a Geoff Thorpe y sus secuaces al olvido más pronto que tarde. ¿Hasta qué punto puede una banda de músicos aguantarse con apenas 100 personas por ciudad? En la noche del domingo, viendo a estos tipos darlo todo sobre el escenario uno tenía esa sensación de que si siguen haciendo esto es a) porque no les queda otra  b) porque les gusta demasiado. Seguramente algo a medio camino entre a y b.

Más allá de la sensación de estar atrapados en el túnel del tiempo, VICIOUS RUMORS hicieron lo que viene siendo un conciertazo. Arrancaron algo fríos (la incorporación a última hora de James Rivera como vocalista tras la marcha súbita de Brian Allen se notó) pero a medida que fue avanzando el show fueron creciéndose y al final estaban ellos casi disfrutando tanto como el público (o más). Hay algo de bonito en ver a todos estos señores de 50 años metaleando un domingo por la noche y viendo como viven el estilo de vida con convicción, casi como monjas de convento, que han optado dedicar su vida a un fin y ahí se mantienen.

El show lo abrieron WAEL y XBOLT ante un público incluso más numeroso que el que hubo para VICIOUS RUMORS, dado que las bandas arrastraron a colegas y familiares varios (¿quién no ha sufrido uno de esos conciertos por obligación en los que toca el cuñado o cosas así?). Luego llegó el turno de los grandes KILMARA, que siguen dándole forma a su nuevo y esperado disco de estudio, y finalmente hacia las 22.30 salieron a escena VICIOUS RUMORS. Aunque Thorpe está algo decrépito (y el maquillaje que lleva en la cara tiene exactamente el efecto contrario al intencionado) y James Rivera tardó en cogerle el pulso al show, cuando llevaban medio concierto ya estaban a tope. Sonaron mal, eso sí. La banda ni probó sonido y eso se notó en la ecualización. El sonido era apabullante en graves ocasionalmente y hacia que la banda sonara algo grasienta y poco definida, especialmente en los finales de los temas, donde el bajo lo mataba todo.

Salieron a escena con “Black X List”, de su nuevo disco “Electric Punishment”, pero tardaron poco en irse a por el clásico “Mr. Miracle”, con el que se lo llevaron de calle. Las primeras filas eran especialmente activas, pero el resto de la sala (donde habría unas 100 personas después de irse una buena parte de la gente tras los teloneros locales) estaba bastante calmada, excepto en los últimos temas donde la gente ya estaba suelta. Rivera no se puso en su sitio hasta “Razorback Blade”, de su penúltima obra de estudio. A partir de ahí, con la voz ya en caliente y el gaznate engrasado, el vocalista funcionó a la perfección. Sus agudos en “Let The Garden Burn”, “On The Edge”, “Immortal” o en la final “March or Die” de aquel lejano “Soldiers of the Night”, fueron perfectos. El final del show, con el grupo a tope sobre el escenario fue memorable. Una noche de domingo mucho mejor que la que habríamos tenido tirados en casa comiendo pizza y viendo la tele, eso seguro.

Texto y fotos: Sergi Ramos

Promotor:RRS Promo

Asistentes:160

Día:06/05/2013

Sala:Boveda

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8