Nueva cita con uno de los emblemas europeos del death metal, quienes destaparan en la década de los 90 el tarro de las esencias en cuanto a este estilo en Polonia, desde entonces una de las escenas más prolíficas y exportadoras del género. Los señores de VADER, además de ser una de las bandas europeas del estilo más importantes, se caracterizan por haber seguido a lo largo de todos estos años una carrera cabal, consecuente y dedicada enteramente al death metal, esto es, siendo carnaza de carretera, haciendo giras continuamente y siguiendo en sus trece erre que erre, demostrando al mismo tiempo que su loable impertinencia nunca cesará mientras les queden fuerzas y ganas de componer buena música, pues sinceramente pocos o ningún trabajo desdeñable encontraremos en la consistente discografía de la banda. A Piotr y compañía parecen inflamárseles las manos si no editan un disco cada dos años o no pisan los escenarios una vez tras otra. “Impressions in Blood” es una vez más un gran disco, y aunque un servidor prefiere su anterior “The Beast”, las críticas cosechadas esta vez han sido si cabe mejores que con sus últimas ediciones. ¿Para qué cambiar el “modus operandi”, entonces?

 

 Y si bien hace un par de años los veíamos en Tarragona (como parte de la consiguiente gira peninsular) formando parte de un cartel ciertamente apetitoso, ahora volvían a recalar una vez más en la sala Mephisto de Barcelona acompañados de un par de bandas no tan esperadas como la última vez pero no por ello con pocos argumentos que defender. La sala registró una buena entrada, tal y como era de esperar, pero quedó bastante lejos de llenarse. Eso sí, SEVERE TORTURE salieron como si estuviera hasta los topes, con ganas de comerse el mundo, dándolo todo y dispuestos a demostrándonos de qué estan hechos (aunque algunos ya lo sabíamos: carne pestilente) ante una audiencia algo expectante pero gracias a ello lo suficientemente atenta. Aunque ya ha pasado bastante tiempo desde la edición de “Fall of the Despised”, los chicos de SEVERE TORTURE se centraron en su última obra para fortificar el escenario a base de death metal de calidad. Alumnos aventajados de los CANNIBAL CORPSE más rápidos, a estos chicos se les puede considerar como a unos de los cabezas visibles de la segunda oleada del death metal holandés, país por cierto muy dado a dichos menesteres en los últimos dos/tres años, habiendo transcurrido bastante tiempo ya desde que se recogieran las semillas plantadas por los clásicos GOREFEST, ASPHYX o PESTILENCE. Temas como “Feces For Jesus”, “Pray For Nothing” o “Impulsive Mutilation” nos salpicaron velocidad e higadillos a partes iguales, sin descuidar en ningún momento herramientas indispensables en el entorno de la banda como son la precisión y la técnica. Eso sí, también habría tiempo para el que seguramente sea el mejor disco de la banda, “Misanthropic Carnage”, del cual destacó especialmente la imponente “Mutilation of the Flash” hacia al final de la actuación, que, junto al tema que abre su último disco editado (“Endless Strain of Cadavers”), conformaron uno de los puntos culminantes de la actuación, pudiéndonos deleitar en “Endless…” con esos ritmos de batería apocopados tan característicos. El show finalizaría de forma precipitada (debido al poco tiempo en escena, unos 35 minutos) con “End of Christ”, sin duda uno de los tres mejores temas del último álbum, bastante pegadizo (dentro de lo que cabe, claro).

 

Tras la buena descarga de los holandeses y sin demasiado tiempo para mandongas llegaría el turno de GOD DETHRONED, con quienes ya nos topáramos hace relativamente pocos meses teloneando a los geniales BOLT THROWER. Y si bien en aquélla ocasión me sorprendieron muy gratamente esta vez me quedé un poco a medias. Y no porque el concierto fuera necesariamente malo, sino porque por una parte en su última visita dejaron el listón muy alto y por otra el sonido de Apolo 2 no es el sonido que se puede lograr en sala Mephisto. Su recientísima edición, “The Toxic Touch”, todo un señor disco, no fue, sorprendentemente, el protagonista de la velada, pues sólo fueron interpretados un par de temas del mismo, siendo el equilibrio con los álbumes anteriores muy a la par en cuanto a representación en el playlist se refiere. De buenas a primeras nos encontramos con que la voz del señor Henri Sattler se encuentra ecualizada excesivamente por encima del resto de instrumentos, hecho que con el paso de los temas, y sumándole que las lineas vocales de la banda no son lo que se dice excesivamente variadas, llegó a resultar ligeramente molesto. Por otra parte, también es cierto que a la voz del frontman parecía algo malmeta,  más rota y menos black/death que de costumbre. Dejando a parte las inclemencias sonoras referenciadas hasta ahora, la banda volvió a demostrar que son algo más que una simple banda de metal extremo al uso, erigiéndose inclasificables en su estilo una vez más, en parte gracias a las influencias más melódicas y ritmos poco comunes introducidos en el desarrollo de los temas, hecho que impactó en más de uno. En general, la movilidad sobre las tablas de la banda y el potente sonido (aunque, como ya digo, potencia en detrimento de nitidez) pareció implicar a un público que en estos momentos ya empezaba a moverse bastante, presagio de la lluvia de leches que acontecería durante la siguiente actuación. Algunos de los temas que tuvieron tiempo de presentarnos, espetarnos, despedazarnos y –arnos en general fueron “Nihilism”, “Hating Life”, “Soulsweeper” , “Firebreath” o la ya ineludible “Boiling Blood” una de sus composiciones más contundentes. Un buen concierto con aspiraciones de serlo mucho mejor, tal y como ellos han demostrado en alguna que otra ocasión.

 

Y llegó el turno de los polacos VADER. El equipo técnico de la banda se ocupó de optimizar los recursos para que aquello sonara lo mejor posible, por lo cual los minutos previos al comienzo del show se alargaron algo más de lo que algunos hubieran deseado. Sin embargo, finalmente el sonido bordearía durante toda la actuación la fina línea que separa lo correcto de lo bueno, quedando bastante por detrás del conseguido unos cuantos meses antes por DISMEMBER en esa misma sala por poner un ejemplo representativo. Una pena, ya que el hecho de que la banda llevara técnico de sonido propio me hizo presagiar que aquello sonaría quizá algo mejor. A pesar de ello, nada impidió que quienes hubieran venido a disfrutar como locos de una buena ración de death metal con oleadas de headbanging y andanadas de ostias no lo hicieran, por lo cual ya con “Shadowsfear” vióse desatada la furia. Muy a pesar de todo, aquello sonó potente y las canciones se distinguieron lo suficiente, quedándose tan sólo soterradas algunas de las segundas melodías de los temas que más se prestaban a ello.

 

Con la interpretación de “Sothis” y “Helleluyah!! (God Is Dead)” Piotr (o “Peter” para los amigos) demostró que sigue sabiendo cómo vociferar,  tocar la guitarra y, sin tener sentidos disponibles para más, conseguir que el público esté animado y monte un buen pogo. De hecho con el segundo e irónico tema de los dos citados, la concurrencia se animó a cantar el estribillo, cual picaresca celebración de la muerte del Bastardo (léase Dios). Tras “Warlords” llegarían un par de peritas en mugre (iba a decir peritas en dulce, pero como que no), al menos para mi gusto, como son “Epitaph” uno de sus temas más clásicos del bastante querido “Revelations”, cuya interpretación fue celebrada como es debido por el respetable, y el tema que abría de forma fulgurante su penúltima obra de estudio, “Out of the Deep”, para quien aquí suscribe uno de los mejores temas que han escrito VADER en los últimos años.  

 

“Litany” posiblemente sea uno de los discos que con el tiempo ha pasado a ocupar un lugar privilegiado dentro de las preferencias de los seguidores de la banda, por lo cual tanto la interpretación de “Xefer” como la de “Wings” (con la que, si mal no recuerdo, finalizaron el show) se alzaron como los puntos de inflexión a partir de los cuáles la velada cobró su significado más atroz. Ávidos de caña, tampoco tuvimos problema alguno en emular los movimientos de Maurycy y Marcin a la hora de cabecear con cortes como  “Lead Us!!” o “This Is the War”, pues, fieles a sus costumbre, ambos no pararon de moverse ni un instante, participando de la máquina de death metal que es VADER sobre un escenario con todas sus consecuencias.

 

El cabreo de algunos por lo que viene a continuación resultó en gran parte comprensible. La banda desaparece de escena y tras un par de minutos de incertidumbre en los que la mayoría espera que los músicos vuelvan a escena para hacer los bises y complacer a los fans con la hora y diez minutos más o menos estándar que suele caracterizar a este tipo de eventos, se encienden las luces. Se escuchan algunos silbidos, otros abandonan la sala satisfechos y unos cuantos ligeramente enojados. Lo cierto es que 60 minutos peladísimos supieron a poco, y ese bis insinuado y no consumado deslució un poco la actuación de VADER Y, aunque me consta que la banda no se caracteriza precisamente por hacer shows especialmente extensos, un par de temas más con “Dark Age” y algún que otro corte antiguo no hubiera estado de más. Sinceramente, resultó mucho más espectacular y especial la descarga en Tarragona hace un par de años. En ningún caso fue un mal concierto, pero no fue tampoco una velada para no olvidar. Quizá la próxima vez logren dejarnos mejor sabor de boca. Hasta entonces les seguiremos dando la credibilidad brindada hasta ahora, sustentada en un historial que habla por sí solo.

Texto: Penumbra /Fotos: Jordi Fosch

Promotor:Voliac

Asistentes:250

Día:15/10/2006

Sala:Mephisto

Ciudad:Barcelona

Puntuación:7