Organizar un festival es una tarea que consume hasta al más paciente, sin duda. Desde que en el año 2003 arrancara la cita anual en que se ha convertido el Metal Circus Fest, el nivel de dificultad ha ido aumentando, así como la repercusión de la cita. En aquel primer festival, celebrado en abril de 2003, tocaron cinco bandas: KRONOSFEAR, HAPAX, CYAN BLOOD BANE, BREAK THE CHAIN y MR. ROOSTER. Apenas 140 personas acudieron a la cita, que se celebró a la misma vez que maratón de radio de 12 horas por parte del equipo de ésta web y, por entonces, del programa de radio “Electric Circus”. En ésta ocasión, se dieron cita en el cartel un total de 25 bandas, incluyendo a dos cabezas de cartel internacionales, DESTRUCTION y AMON AMARTH. Más de mil personas pasaron por el recinto del festival entre los dos días, agotándose las entradas el sábado, día del concierto de AMON AMARTH. Una progresión más que lógica que muestra un crecimiento imparable que se reflejará nuevamente en la edición del próximo año.

Tras el fiasco de la edición 2006, en el que ciertos errores de cálculo y planteamiento propiciaron un festival bastante menos brillante que el de éste año, era el momento de ponerse las pilas. Penumbra sugirió incorporar a AMON AMARTH al cartel, aunque sonaron y se barajaron muchos nombres, nacionales e internacionales. Bandas suecas, finesas, alemanas y de todo tipo y pelaje. Finalmente, tras muchos meses de negociaciones, la cosa fue aclarándose: DESTRUCTION encabezarían el viernes como parte de una gira española que organizaríamos para que la visita fuera algo más provechosa para la banda y AMON AMARTH harían una fecha en Madrid y otra en Barcelona tras tres años desde su última visita a la península. A partir de ahí, la logística fue el mayor problema al que nos enfrentamos. Vuelos, hoteles, alquiler de equipo, transportes, conductores, autocares, salas, técnicos…

Las bandas locales fueron el principal punto de apoyo del festival, puesto que su participación es la que hace que el festival siga manteniendo su integridad e idiosincrasia. 22 bandas locales se ocuparon de darle color al cartel con estilos que iban desde el death metal al power metal, pasando por el metalcore, el thrash más ochentero o el gothic más actual. Evidentemente que, sin ellos, el festival no tiene razón de ser y –tal y como se les dejó muy claro a las bandas en las reuniones iniciales- incluso si un dia el festival despega definitivamente hacia otros niveles, seguirá habiendo bandas locales en mayor o menor medida en su cartel.

En ésta ocasión, el proceso de selección de bandas fue mucho más llevadero que en el 2006. En ésta ocasión, debido a la celebración del ciclo de bandas “Metal Circus On the Road” en enero y febrero, fue posible establecer contacto con muchas bandas que luego participaron en el festival a sabiendas de cómo eran esas bandas, que puntos fuertes tenían y cuál era su actitud. Si algo teníamos claro en ésta ocasión era que no queríamos estrellitas como hubo en la anterior ocasión, estrellitas que lo único que dieron fueron problemas. Curiosamente, y por ello es de recibo agradecer a todos los participantes locales, en ésta ocasión todo fue como la seda y banda tras banda la actitud fue inmejorable.

El festival comenzó a prepararse formalmente en el mes de febrero, aunque los diferentes esquemas e ideas llevaban trazandose desde el mes de diciembre. Los primeros puntos que se intentaron tener en cuenta fue que el tiempo de actuación de cada una de las bandas fuera más alto. Al menos debían existir 35-40 minutos por banda y se debía invertir mucho dinero en un equipo totalmente fuera de serie que ahorrara tiempo en los cambios entre grupo y grupo. Finalmente se logró un esquema realista y cabe decir que a lo largo del festival los horarios se respetaron de manera bastante escrupulosa, excepto en el caso de ciertas bandas del viernes debido a cambios de última hora.

Pero vayamos por partes…

LAS INSTALACIONES

Un año más, el festival se celebraba en la sala La Capsa. Es la sala que, hasta ahora, ha visto crecer al festival y la única en la que se ha podido celebrar hasta el momento. Pocas salas o ninguna sala de Barcelona tiene un entorno tan ideal como el de La Capsa y permite que se realice dentro un festival con tantísimas bandas y tantas horas de duración. El hecho de salir fuera de la sala y encontrar césped, terrazas de bar, tiendas y grandes avenidas es todo un plus si uno ha de pasarse todo el dia en un recinto esperando a que toque ésta o aquella banda. Efectivamente, éste año el césped volvió a rozar un grado de ocupación bastante alto en las horas de sobremesa, demostrando que la gente le gusta tomarse las cosas con calma.

Con capacidad para 600 personas, La Capsa era el sitio perfecto para meter a una banda como AMON AMARTH. Siendo la primera vez en la que la banda venía a nuestro país como cabeza de cartel y unico reclamo (sin compartir con CALLENISH CIRCLE, por ejemplo!), las previsiones de asistencia rondaban esa cifra y, ciertamente se cumplieron, aunque un sobre-entusiasta Penumbra insistía en que tendríamos que cambiar de recinto un par de días antes del festival, toda una pesadilla solo equiparable a derruir y volver a construir una casa en dos días.

Eso sí, y que la crítica sirva para que los responsables tomen nota, no se puede llevar a cabo un festival del nivel del de éste año con una instalación de luces y sonido como la que actualmente hay en la sala. En otras palabras, para un concierto de grupos locales que no tienen tantas necesidades en ese sentido, la sala es genial. Pero tener a AMON AMARTH bañados durante todo su show con apenas 2 o 3 colores de focos es escaso, aunque contribuyó a que el show fuera todavía más especial y atípico si cabe. Y el sonido, ciertamente, podría ser mucho mejor. Había momentos en los que, ciertamente, faltaba volumen o potencia añadida. Y es que pocas veces se ha visto esa sala tan hasta los topes como en el festival de éste año.

EL DIA ANTES…

Con DESTRUCTION dando vueltas por el Teatro Albeniz asturiano y AMON AMARTH llegando a Madrid – Barajas esa noche, la cosa era relativamente tranquila. El único problema era terminar de arreglar el asunto del equipo de sonido necesario para el festival, especialmente en lo referente a las necesidades de AMON AMARTH en Madrid. Las cosas fueron resolviendose poco a poco mientras todos los detallitos terminaban de perfilarse: pases, carteles indicativos, situación de los stands, reparto de trabajadores, compra de walkie-talkies, bolis, rotuladores, papel, tinta de impresora, microondas, planchas, comida…por no hablar de verificar reservas de hoteles, enviar contratos firmados, chequear horarios de vuelo y configuraciones de habitación, así como toda una lista de detalles que parecía no tener fín. Como siempre, en esos momentos en los que no das abasto, no paran de llegarte e-mails con compañeros de prensa pidiendo sus acreditaciones el día antes y por la tarde. Por una vez comprendo a los promotores profesionales en ese sentido y su prevención a la hora de cerrar listas de acreditaciones una semana o dos antes del show. Los periodistas somos unos pesados y unos tardones, no cabe duda.

VIERNES 18 DE MAYO

El día arrancaba relativamente pronto. Un servidor se había propuesto éste año dormir hasta las 10, como mínimo, el primer día del festival para evitar llegar ya destrozado al recinto para iniciar los preparativos. Y así fue, porque si algo tiene que ir mal no va a venir de una hora de sueño la mañana del festival. Y, efectivamente, los detalles más importantes iban a fallar igual. El chico de la imprenta a la que acudimos para realizar todos los pases e impresiones y dossieres no tiene nada preparado y dice que “no le va a dar tiempo hoy”. ¿CÓMO? Los gritos de ira aún resuenan por todo el municipio de El Prat de Llobregat. Así que, con los pases llegando de diez en diez (el pedido superaba los 200) el festival fue sufriendo los típicos descontroles del primer día.

Por otra parte, DESTRUCTION vinieron con todo un séquito de técnicos de luces, de sonido, de guitarras, de batería, alguna novia, un tour manager…lo que multiplica cualquier problema por el número de personas que vengan acompañando a la banda. No obstante, la banda observó que había muchas otras cosas en marcha y muchas otras bandas tocando y que el equipo de currantes del festival no estaba especialmente dedicado a conseguir comida o cambiar colores de focos. La banda fue enviada al hotel a comer y descansar y mientras tanto, el festival abrió puertas con algo de retraso y un primer cambio: no abrirían VIRULENTOS, por problemas laborales, sino que lo harían PROFANOS pero manteniendo su horario original y sin adelantar la actuación.

A PROFANOS no le hizo demasiada gracia, y desde aquí aprovecho para pedirles disculpas. A VIRULENTOS les faltaba, si no recuerdo mal, un guitarrista y no había manera humana de hacer el concierto si no era tocando los últimos a las tantas de la mañana. Así que con las prisas habituales de los inicios de un festival, PROFANOS salieron a escena a darlo todo, aunque la suerte no estuvo de su parte y no hicieron un concierto especialmente bueno. La mayoría de los fallos recayeron en el vocalista Adrian Santoro, quien unas semanas después abandonaría la banda siendo sustituido por Javier Gianfrancesco, al que aún tenemos que escuchar en directo. La banda hizo todo lo que pudo, pero entre que el público estaba todavía más pendiente de tomar algo en la terraza anexa y de que el técnico de sala no recordó siquiera apagar las luces y poner en marcha los focos en el escenario, la cosa no parecía estar destinada al mayor de los éxitos. Pero la banda suena mucho mejor que el año pasado y, sin duda, el duro trabajo que están realizando les va a servir de mucho en años venideros.

Salieron al escenario sobre las 20:30 los “The Gathering catalanes” como todo el mundo se ha empeñado en llamarlos. LEAVES, con la guapa Adela al frente, se encargaron de crear atmosferas y dejarse llevar por la música consiguiendo así algunos momentos verdaderamente mágicos durante sus 35 minutos en escena. Presentaron temas como “So Am I” o “Zero” demostrando que no solo de caña burra vive un festival de metal. Completados por Jordi a la batería, Manjón y Frank a la guitarra, Francis al bajo y Mireia a la guitarra, los del Baix Llobregat cuajaron una actuación especialmente buena, mejor si cabe que la de enero en la sala La Rulot.

KAOTHIC, venidos expresamente desde Madrid para probar suerte nuevamente en Barcelona, sufrieron la indiferencia general del público en una hora mala, la hora de cenar. Muchos optaron por ir a comer algo en el bar de la sala y recargar las pilas antes de DESTRUCTION, una decisión bastante absurda a juzgar por la leña que repartieron los de Alberto Marín sobre el escenario. Pese a que el sonido nuevamente no acompañó, la entrega y determinación de los músicos compensó sobradamente. Presentando aún su “Order To Chaos”, los madrileños convencieron a unos cuantos nuevos fans que se suman a todos los que se ganaron cuando acompañaron a KILLSWITCH ENGAGE en febrero. Sin duda, el vocalista más bruto de la jornada debió ser Ciro.

En la mejor posición del cartel, justo en medio de KAOTHIC y DESTRUCTION, quedaron situados FENRIR. La banda de Granollers también participó en el Metal Circus On The Road del mes de febrero, y ya demostró su valía en la sala Carretera 13 de Badalona. Con el joven Piru a las voces y los precisos Roger y Jordi a la guitarra, la banda descargó una buena ración de death metal melódico al más puro estilo IN FLAMES, aunque probablemente habrían pegado mucho más al día siguiente justo antes de AMON AMARTH, puesto que las similitudes estilísticas son bastante considerables.

DESTRUCTION fueron los primeros héroes del festival. Aunque su concierto no gozó del toque especial que tuvo la actuación de noviembre en la sala Razz3, el show de DESTRUCTION fue especialmente intenso, con alrededor de 400 personas congregadas en la sala para ver a la banda de Schmier y compañía. Salieron a escena con algo de retraso, poniendo de los nervios al respetable que llevaba todo el día esperando la actuación de los germanos. Como dato especialmente curioso, tres días antes del show la gira practicamente se cancela debido a cierto promotor francés que canceló su parte del trato de la noche a la mañana provocando que toda la planificación de la gira se fuera al garete en cuestión de horas. Pero pese al mal humor que genera una situación como esa, la banda se lo pasó especialmente bien en escena.

Abieron con “The Buthcer Strikes Back”, y a partir de ahí ya se ganaron a todo el mundo. Con un Schmier especialmente dinámico que fue alternando micros durante todo el show, Destruction efectuaron un concierto de hora y media con temas como “Nailed To The Cross”, “Total Desaster”, “Release From Agony”, “Cracked Brain”, “Metal Discharge”, “Life Without Sense”, “Thrash Til Death”, “Curse The Gods” y “Mad Butcher”. El guitarra, Mike, demostró no estar tan terminal como sugiere su aspecto físico, y dio buena cuenta de ello a lo largo de todo el concierto. Vestido de tachas hasta el cuello, el hacha cumplió a la perfección tema a tema, uniéndose a Schmier para llevar a cabo las clásicas coreografías en ciertos temas.

Sin duda, conquistaron a todo el público y disfrutaron del mejor sonido de la noche, en gran parte gracias a que utilizaban su propio técnico de sonido. Al acabar el show y tras relajarse un rato, la banda bajó al stand de merchandise para firmar autógrafos y hacerse fotos con todos los fans, llegando a quedarse hasta altas horas departiendo con ellos. Mientras tanto, Marc Reign, el batería de la banda, optó por permanecer en el backstage alucinando con el colgado que resultó ser Samu, bateria de VIRULENTOS.

De todos modos, en el escenario seguían adelante las actuaciones, en éste caso con los thrashers STEELGAR, que tenían encima la difícil papeleta de tocar después de DESTRUCTION, uno de sus héroes y padres musicales. Los de Gavá se las ingeniaron para convencer al público que se quedó a verles, bastante si tenemos en cuenta que mucha gente opta por marcharse después del cabeza de cartel. La banda presentó su disco “Thrashing Knights”, el cual parece haber tenido bastante repercusión en la escena local en los últimos meses. No es para menos, porque con temas como “Riders Of The Sand” o el intenso “Retaliator”, la integridad del Thrash Metal de toda la vida está a buen recaudo.

El festival iba tocando a su fin y lo hizo al son de HYPNOSIDE, VIVID REMORSE y VIRULENTOS. HYPNOSIDE son una valiente banda de Barcelona, creada en el 2006, donde militan el guitarrista Julian A. Janovich, la vocalista Martha Lopez y el bajista Lemmy. Con un metal de riffs duros y ardientes, la banda ofrece un interesante giro respecto a los habituales grupos con vocalistas femenina, casi todos ellos de corte gothic-metalera. El estilo de HYPNOSIDE va a caballo entre el power metal y el Heavy Metal de riffs prominentes, utilizando la voz de Martha más como elemento de apoyo melódico que como vehículo principal del sonido de la banda. Con canciones como “Remembrance” o “Here Was The Sanity”, la banda logró dejar una buena impresión en su show metalcircense.

VIVID REMORSE salieron a escena alrededor de las 3 de la mañana, sufriendo algún retraso respecto a los horarios originales debido a los problemas que existieron para tocar con la configuración estándar de escenario por parte de DESTRUCTION, lo que obligó a deconstruir y construir de nuevo el montaje antes y después de su actuación a toda prisa. Con el vocalista Joel dejándose la garganta canción tras canción y el guitarra argentino Gufy emitiendo riffs sanguinolentos sin cesar, la cosa no podía ir mal. Pese a que ya solo quedaban unas 50 personas en la sala, VIVID REMORSE recibieron grandes aplausos tras su actuacón, en la que incluyeron canciones como “Love Songs And Hate” o “Stop On Time”, temas a medio camino entre el Thrash el Heavy Metal y ciertas influencias del metal noventero. La formación quedaba completada por el batería Xavi y el bajista Ant, que tuvo que abandonar la banda también unas semanas después del festival.

El show lo cerraron los inefables VIRULENTOS. Amenazantes y con un batería capaz de dejar anonadado al mismísimo Marc Reign de DESTRUCTION, los catalanes no dejaron que la hora de acutación les cohibiera. Al contrario, probablemente dieron un concierto mucho mejor a las casi cuatro de la madrugada del que habrían dado a las siete de la tarde, asi que los problemas de última hora al menos tuvieron un lado bueno. Grind-core guarrísimo, death metal ultra extremo y canciones realmente asquerosas fue lo que nos regaló un grupo que, si viniera de cualquier otro país, probablemente sería tomado mucho más en serio.

Y aunque, eso sí, algunos les odiamos con todas nuestras fuerzas porque nos hicieron ir a dormir una hora más tarde!

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Promotor:The Metal Circus

Asistentes:350

Día:18/05/2007

Sala:La Capsa

Ciudad:El Prat de Llobregat

Puntuación:8