Una tradición llamada Paradise Lost se establece con éxito en Barcelona

Un concierto cada 2 años, sin contar las visitas a festivales, de PARADISE LOST será una tradición sí, pero igual que repetimos las otras los fieles a los británicos repiten la suya. Cumplieron notablemente y nos retiramos pensando: ¡hasta dentro de 2 años!.

¿Os apetece jugar a un juego? Va, por cinco céntimos: decidme tradiciones. Empiezo yo: navidad, el café de la mañana, aguantar la pregunta de si tienes novio o novia en las reuniones familiares y por último, y no menos importante, un concierto de PARADISE LOST cada 2 años. Suena irónico pero sí, la banda de Nick Holmes nos visita cada 2 años y asistir a sus conciertos se ha convertido en toda una costumbre. En esta ocasión venían a presentarnos “Medusa”, un disco que ha certificado la nueva edad dorada del conjunto inglés.

Sinistro (Foto: Toni Villen)

Debo reconocer que me gusta lo que están haciendo ahora, por eso marqué en rojo la fecha del 23 de octubre. Cuando llegué SINISTRO acababa. Me habían hablado las mil y una maravillas de la banda portuguesa y me fastidió no poder ver su concierto íntegro. Las dos canciones que si logré ver fueron, si se me permite la expresión, flipantes. El toque y la puesta en escena que da Patricia Andrade te hipnotizan gracias a su oscuridad psicodélica. Ojala vuelvan pronto y pueda darles la oportunidad que se merecen.

Pallbearer (Foto: Toni Villén)

Tras acabar SINISTRO, pude relajarme y saborear el ambiente. Pese a que estaba la cortina puesta, algo que me sorprendió, el público no esperó a último minuto para entrar. El cartel era atrayente y cuando salieron PALLBEARER quedó demostrado. En sus 45 minutos, el grupo de Estados Unidos demolió la sala golpeándote el corazón con un doom bien selecto. Ambos guitarristas, especialmente Brett Campbell que ejerce de vocalista, fueron los directores de un show demoledor. Canciones como “Thorns” o “Foundations” lo certificaron. No lo negaré, se hizo corto ya que cuando nos dimos cuenta estaban bajando del escenario para dejar paso a los maestros del Reino Unido.

Puntuales como sólo ellos saben ser, PARADISE LOST salieron al escenario al ritmo de “From The Gallows”. El público no pudo evitar concentrarse más alrededor de sus ídolos y explotar con las primeras notas de “Tragic Idol”. Dos años después “Erased” volvió a provocar el delirio colectivo con suma facilidad; por otro lado: el nuevo disco ha gustado y prueba de ello fue escuchar la reacción de “Gods Of Ancient” y la propia “Medusa”. La banda se siente cómoda con su más reciente trabajo y Nick Holmes y su growl están a la altura, lástima que con su voz limpia fallase en más de una ocasión. “Faith Divide Us – Death Unites Us” fue un ejemplo de ello.

Paradise Lost (Foto: Toni Villén)

No se puede negar la presencia de la banda; sin ir más lejos os cito dos ejemplos: Gregor Mackintosh sigue siendo la exquisitez y Aaron Aedy la simpatía personificada. Volviendo a lo que nos interesa: “Blood And Chaos” fue el momento con más adrenalina de la noche, incluso se creó un pequeño mosh, y “As I Die” hizo que más de uno se quedase sin cuerdas vocales por la explosión de júbilo inicial.

Paradise Lost (Foto: Toni Villén)

“True Belief” marcó la primera pausa tras una hora y diez minutos. Había ganas de más e volvieron al son de “No Hope In Sight” para quedar impregnados de efusividad. Ante tal respuesta por parte de los fans, no me extrañó que “The Longest Winter” sonase tan bien. “The Last Time” fue el final a una hora y media de glamurosa oscuridad.

Un concierto cada 2 años, sin contar las visitas a festivales, de PARADISE LOST será una tradición sí, pero igual que repetimos las otras los fieles a los británicos repiten la suya. Cumplieron notablemente y nos retiramos pensando: ¡hasta dentro de 2 años!.