Un estruendo en euskera llamado Berri Txarrak

El momento de los bises llegó, pero no se movía ni un alma de la sala que reclamaban a BERRI TXARRAK como si fueran los triunfadores de una guerra. Volvieron con ese gran tema llamado “Gure dekadentziaren onenean”, y no sin antes jugar con el público sentándolos a todos, dieron la fiesta por terminada con “Oihu”. De nuevo, cumplieron con su veni, vidi, vici particular en tierras malagueñas.

BERRI TXARRAK llevan una buena temporada dejando claro que su rock-metal en euskera es una propuesta válida. Desde que ficharan con Roadrunner Records para publicar “Payola”, su popularidad ha ido es ascenso de forma más que merecida, y girar fuera del país o dentro con una infinidad de fechas, no es algo que resulte extraño para el trío navarro. En este fin de gira para presentar su último trabajo “Haria”, visitaban el sur del país, y en su fecha en Málaga lo harían acompañados por las dos bandas gaditanas COMMONPLACES y G.A.S. DRUMMERS.

Los primeros salieron con ganas de caldear un ambiente bastante frío por la poca asistencia en estos primeros compases de la noche. Pero cuando comenzaron a desplegar su post rock instrumental cargado de latigazos crudos, fue cambiando el entorno. El público seguía siendo el mismo, pero temas como “Arch Staton” o “Mariló Montero, The Witchdoctor” de su último trabajo “Catch It There” fueron la banda sonora para el paladar de esos pocos asistentes envueltos en melodías verdadermanete hipnóticas. Ya había podido disfrutar de sus bondades como teloneros de TOUNDRA, y qué duda cabe que su evolución a corto plazo ha sido enorme. No habrá que perderles la pista en un futuro, pues calidad tienen de sobras.

También de la tacita de Plata venían G.A.S. DRUMMERS, que con su último trabajo “We Got The Light”, están haciendo un poco más de ruido. El que ya se merecían tras quince años en el candelero. Dicen las buenas lenguas que en el pasado Serie Z Festival,  consiguieron con su punk rock festivo y facilón, sacarle los colores a más de una vaca sagrada. Y es que es cierto que energía y buen hacer sobre el escenario no les falta. Su gran comunicación con el público les favorece mucho las cosas, y esos estribillos coreables a las primeras de cambio, les hace ganar seguidores con suma facilidad. Con mucha intensidad llegaron al final de su tiempo en escena reservado para dos canciones de su último trabajo: “Red Carpet” (que le dedicaron al cabeza de cartel) y el tema título del mismo. Ya eran conocidos y queridos por estos lares, pero con esta actuación, reafirmaron ese cariño con el público malagueño.

La sala presentaba ya una digna entrada antes de que Gorka saliera a escena dando dos palmadas fuertes como prólogo de la aparición de la banda en el escenario. Desde el primer minuto, BERRI TXARRAK se dejaron la piel con una viveza descomunal. Tal y como ellos confesaron, los del norte hablan poco, les gusta más tocar, y como una ametralladora iban descargando un gran arsenal preparado para la ocasión.

“Gelaneurria”, “Haria” y “Albo, kalteak”, fueron las primeras en caer, y esa furia convertida en dinamismo se trasladó de forma rápida a un público que necesitó poco precalentamiento para rendirse a los navarros. También dedicaron una tripleta de canciones a su disco “Libre” con “Hil nintzen eguna”, “Pintadek”, e “Izena, izana, ezina” en sus primeros compases de concierto. Aquello no había hecho más que empezar, y todo el público se sentía bastante a gusto con lo que estaba viendo y escuchando en escena. La maquinaria seguía funcionando a pleno rendimiento, y sin dar tregua siguieron volándonos los sesos con grandes canciones como “Jaio.Musika.Hil”, que tan bien les queda siempre en directo, “Lepokoak”,  “Ez nut dai”, “Paperezkoa”, “Oreka” o “FAQ” entre otras. Su sonido en vivo es compacto, poderoso, y es imposible mantenerse quieto ante sus efluvios sonoros con una celeridad frenética. Como anécdota, señalar que el vocalista de G.A.S. DRUMMERS tuvo un curso acelerado de euskera, y así pudo colaborar con la banda en “Denak ez du balio”. La fraternidad entre todas las bandas de cartel fue más que latente durante toda la noche.

Tal era la velocidad del concierto, que llegaron al final casi sin darnos cuenta. El momento de los bises llegó, pero no se movía ni un alma de la sala que reclamaban a BERRI TXARRAK como si fueran los triunfadores de una guerra. Volvieron con ese gran tema llamado “Gure dekadentziaren onenean”, y no sin antes jugar con el público sentándolos a todos, dieron la fiesta por terminada con “Oihu”. De nuevo, cumplieron con su veni, vidi, vici particular en tierras malagueñas. En esta ocasión, aumentaron la asistencia que en su anterior visita presentando “Payola”. Y no existe la menor duda, que en futuro seguirán sumando adeptos a su más que interesante propuesta. ¿Tendrían más éxito si cantaran en inglés o en castellano? Quién sabe. Hay que respetar su decisión. Por otro lado, su base musical es tremenda, y eso es lo más importante y lo que les ha llevado a este gran momento de su carrera. Ahora, toca disfrutar.