Un cóndor noruego voló sobre el quinto South Bangers Fest

No tiran de grandes nombres, le dan la oportunidad a muchas formaciones de calidad que se aferran a ella para salir del ostracismo una noche más. Los organizadores de este evento han demostrado ser grandes ojeadores y sus asistentes pueden disfrutar de un plantel de grupos que rara vez defraudan.

Que una asociación, con sus limitados fondos económicos, hayan logrado que marquemos en nuestro calendario una fecha anual es digno de mención. No está el panorama para muchas alegrías, así que es más que meritorio que hasta por cinco veces, South Bangers arrastrara al público metálico más tradicional a degustar de un cartel de bandas de gran calibre. Porque esa es otra; no tiran de grandes nombres, le dan la oportunidad a muchas formaciones de calidad que se aferran a ella para salir del ostracismo una noche más. Los organizadores de este evento han demostrado ser grandes ojeadores y sus asistentes pueden disfrutar de un plantel de grupos que rara vez defraudan. Doble logro.

El comienzo de la noche coincidió con el comienzo del South Bangers Fest, y aunque en los aledaños de la sala Eventual Music aún se congregaban varios asistentes, ya había algunos dentro para disfrutar de la primera formación del evento: GEARS. Les costó entrar en calor, no por su actitud, sino por la del público, un tanto frío y distante en este arranque de festival. Tanto, que ni siquiera se arrimaron a pie de escenario. Pero la joven banda demostró profesional y pasión cuando repartieron heavy-thrash metal puro y duro a base de temas de su maqueta como “Iron Venom”. Dada su corta trayectoria, tiraron de versiones, y con un par de clásicos de JUDAS PRIEST llevados a su terreno de forma encadenada, y alguna que otra réplica de NUCLEAR ASSAULT, terminaron por agradar a un público que al final de su show se mostró menos tímido mostrándole su cariñoso apoyo al cuarteto malagueño. Tendrán que componer más canciones para tener un mayor repertorio único. Eso sí; su faceta de dinamismo y puesta en escena la tienen ya bastante avanzada.

POLLUX serían los siguientes andaluces en salir en escena, y hay que señalar que su guitarrista tuvo una semana para aprenderse todo el repertorio, ya que tuvo que cubrir ese puesto de buenas a primeras, y optaron por el cambio antes de cancelar esta actuación. No sé si fue el motivo por el que se notaba a la banda un tanto gris, o si es que simplemente tuvieron un mal día. Y es que los problemas de sonido tampoco les hicieron un flaco favor. No fue hasta el final del trayecto en el que parecían haber subsanado todo tipo de problemas y comenzaron a disfrutar de una actuación basada en sus canciones de thrash speed metal desgarrado, que aderezaron con versiones de TESTAMENT, SLAYER o SEPULTURA para cerrar una actuación, que de haber estado acompañada por los pogos y movimientos de cervicales que surgieron en el tramo final, hubiera dejado mejores sensaciones. Esperemos disfrutar en un futuro de otro concierto de estos almerienses de nombre mitológico, para resarcirnos de sus bondades que esta noche salieron a flote por cuentagotas, pero que no dudamos de que la posean.

Los que sí mordieron a la yugular nada más entrar, fueron MANIAC. Aquello fue un ir y devenir de riffs endiablados y crudeza elevada a la máxima potencia. Sin exhibirse de forma innecesaria en devaneos técnicos, los madrileños fueron desempolvando su thrash death metal directo y sin concesiones, ayudados por un sonido contundente. “Hellhound” o “Black Legion” (tema título de su último EP), fueron algunos ejemplos en el que demostraron que en pocos minutos y segundos, son capaces de hacerte mover tu masa encefálica con suma facilidad. Alguna versión de IRON MAIDEN en clave de metal extremo, adornó, posiblemente, una de las mejores actuaciones de la noche en la que la calidez y el énfasis ya se palpaban en el grosso del público. Sí; MANIAC son de esos grupos que en formato trío (con mención especial a la chica que aporreaba la batería con exuberante fuerza y técnica) son capaces de hacerte temblar sin gilipolleces escénicas ni postureo forzado.

Pero sin duda, los más esperados de la noche eran los noruegos CONDOR. Otro trío que saltaron al escenario con ganas de soltar hondonadas de ostias a ritmo de thrash-black metal. Aunque fuera su vertiente más thrash la que salía a flote en temas como “Chained Victims” o “The Possessor”, el poderío con el que encaraban cada canción era contagioso, y pronto se hicieron los dueños del público que se dejaba el cuerpo y alma en las primeras filas. Un vaivén de cuerpos agitados por el guitarrista Magnus que no paró de cabecear su rubia y larga cabellera mientras escupía riffs que parecerían provenir del averno.

Fueron desgranando un largo repertorio sin bajar la intensidad en ningún momento, y temas como “When Death Comes” o “Pagan Ritual” eran meran excusas para dejar testimonio de su mala leche. Solo había que echar un vistazo rápido al escenario para percatarse que, pese a su juventud, CONDOR ya están curtidos en muchas batallas y que tienen tablas como si de una legendaria banda se tratara. Entregados como pocos, no se conformaron con dejar exhaustos a los presentes, querían aniquilarlos para no dejar rastro tras devorar nuestros restos como carroñeros que son. Pero aunque se esforzaron como nadie en conseguirlo, creo que pocos asistentes podrán olvidar ese ejercicio de entrega que dejaba más que justificada su venida a la calurosa orilla del Mediterráneo  desde la lejana y fría Noruega, para encabezar este cartel. CONDOR huelen cassettes y a fanzine añejo, de esos con garabatos de lápices a mano alzada, que mantienen el underground como una joya de incalculable valor por los seguidores más neófitos. Pero desde el principio hasta el final de esta actuación, dejaron claro que su talle se merece un reconocimiento más amplio que le permita salir de los pequeños círculos.

Con este poderoso concierto se puso el punto y final de esta nueva edición del South Bangers Fest, aunque seguramente la fiesta continuaría hasta altas horas de la madrugada. Solo queda agradecerle a sus organizadores el esfuerzo (y también el trato hacia este medio) de llevar a cabo este festival aunque se presenten muchas adversidades (IRON CURTAIN, y CABEZA DE CABALLO se cayeron del cartel y tuvieron que ser sustituidos) por el camino. Y por supuesto brindarles nuestro apoyo para que la comunidad del metal pueda disfrutar del ambiente inigualable que se destila en este tipo de eventos. ¿Nos vemos el próximo año? Seguro sí, ya que sus elecciones nos animan a hacerlo prácticamente a ciegas.