Tyla juega en casa con unos renacidos Dogs D’Amour

Los Dogs D’Amour siguen vigentes aunque han quedado relegados al olvido cuando en su día animaron la escena a base de actitud y glam. Barcelona es y será siempre especial para el vocalista así que podemos decir que jugaba en casa. Veremos si Tyla sigue apostando por esta encarnación de los Dogs, ¡nosotros encantados!

Acostumbrado a ver a Tyla en acústico se agradece enormemente que haya reactivado a los Dogs y podamos disfrutar de su legado en eléctrico. La última vez que les vimos en directo fue acompañando a Alice Cooper en el Palau Sant Jordi, pero no fue un concierto que quedara para el recuerdo, ni la formación era la más esperada. Esta vez sí que Tyla ha armado a una banda con sus antiguos compinches, capaz de llenar una Razz 3 hambrienta de sensaciones e himnos. Precios populares en el merchandising y la sensación de que Tyla puede seguirnos emocionando a golpe de clásico.

Antes de los Dogs abrieron fuego Black Kiss Superstar, banda de Igualada que consiguió sorprender y gustar a un público festivo y receptivo. Buen rock n’ roll de raíces 70, con juegos de voces y tirando de un rock tan estándar como efectivo. Presentaban su segundo trabajo “Full Moon” dejando muy satisfecha a la parroquia y dejando patente que su propuesta es tan atractiva como potente.

Dogs d’Amour (Foto: Sergi Ramos)

Los Dogs mantienen todo su glamour de alcantarilla y parece como si el tiempo no hubiese pasado. Tylas igue derrochando carisma y el “Billy Two Rivers” nos conquistó de buenas a primeras. Muy grandes “Firework Girl” y “Last Bandit” completando un inicio de show casi perfecto. Buen sonido y muchas ganas por parte de un grupo que no se amilanó en cuanto a coros, algunos realmente complejos para lo que se suele ver habitualmente. “Heroine” funcionó como siempre y “Ballad of Jack” evidenció que junto a los Quireboys eran los más grandes de su generación. Obviamente “In the Dynamite Jet Saloon” vertebró un set equilibrado y nostálgico. Disfruté especialmente “No Gypsy Blood”, un tema monumental, aunque pronto las obras maestras tuvieron cabida. Imposible no dejarse llevar por la cadencia de “I Don’t Want You to Go” o por la magia de “How Come It Never Rains”, dos de las piezas más celebradas y queridas por la concurrencia, que cantó a pleno pulmón.

Dogs d’Amour (Foto: Sergi Ramos)

Tyla señaló a una rubia tras el mostrador de merchandising y le dijo que ella era su “Princess Valium”. Algunos trapitos glam adornaban la imagen del vocalista para deleitarnos con otra de las gemas de su discografía: “Medicine Man”. Grandes momentos con “111” o “Get By”, pero sería “What You Do” la que volvería a elevar la temperatura del recinto. El final del concierto fue tan eléctrico como coreado. Quedaban los temas más festivos y la gente gustó de cantar estribillos y corear. “Drunk Like Me” fue una fiesta a la que siguió “Errol Flynn” y la maravillosa “Satellite Kid”. Para despedirse se eligió el cover de Vera Lynn “We Will Meet Again”, hímnica y celebrada para dar carpetazo a un show potente y muy sentido.

Gran noche de miércoles y muchos momentos exquisitos de rock n roll británico a la que eché de menos el toque de los teclados a lo Quireboys. Los Dogs D’Amour siguen vigentes aunque han quedado relegados al olvido cuando en su día animaron la escena a base de actitud y glam. Barcelona es y será siempre especial para el vocalista así que podemos decir que jugaba en casa. Veremos si Tyla sigue apostando por esta encarnación de los Dogs, ¡nosotros encantados!