Truckfighters redondearon una segunda y variada edición del Astral Fest
Si en su primera edición se superaron todas las expectativas, en esta segunda se dispararon. Cierto es que había dos grupos más en el cartel de la noche, seis en total, pero la asistencia casi se dobló si hacemos el inevitable juego de comparaciones. Pero no todo es fortuito.
El año pasado nació en Málaga el festival Astral Fest. Las intenciones eran claras: mezclar a base de bandas de calidad el stoner y el rock más ecléctico en un mismo cartel. Algo que no se suele prodigar mucho en los festivales españoles. Y aunque dichos principios se han mantenido firmes en esta segunda edición (que Truckfighters fueran cabezas de cartel, es toda una declaración de intenciones), se abrió un poco el abanico sónico y se incluyeron bandas un tanto más alejadas de la filosofía pionera del festival. Tanto da; todos salimos ganando.
Si en su primera edición se superaron todas las expectativas, en esta segunda se dispararon. Cierto es que había dos grupos más en el cartel de la noche, seis en total, pero la asistencia casi se dobló si hacemos el inevitable juego de comparaciones. Pero no todo es fortuito. Hay mucho trabajo de promoción y publicidad anterior a la celebración del evento, y mucha dedicación y detalles que se tuvieron en cuenta en el trascurso del mismo. Solo pecaron de ser un tanto impuntuales, ya que la apertura de puerta se demoró, y casi todas las banda sufrieron el recorte de alguna que otra canción para que el final fuera sólo un poco más tarde de la hora prevista. Por lo demás, chapó para la organización y la crew de la sala. Precios populares en bebidas y un pequeño puesto de comida y merchandise abundante, unidos a un gran ambiente por todos los presentes, hicieron que la noche saliera a pedir de boca.
Por naturaleza, y llevados por prejuicios, no solemos darle mucha importancia a las bandas que abren los festivales. Y después de presenciar el show de Dirty Army, podemos asegurar que es un grave error. Precisamente fueron los malagueños los que más sorprendieron a la audiencia con una apuesta sencilla, pero a la vez atrayente. Sus canciones, resultado de una mezcla de stoner y rock alternativo muy americano, llegan al oyente con suma facilidad, y su buen hacer sobre el escenario ayudaron a que nos sumergiéramos en sus melodías. Simple, efectivo y hecho desde el corazón. Con sus juegos de claros y oscuros, temas como “Die Wolf” o “Nothing To Say” ganaron muchos enteros en directo. Aunque jugaban en casa y se notaba entre el público los ánimos de sus incondicionales, hicieron bastantes amigos durante su más que notable actuación.
Los siguientes en salir fueron Catorce, una banda muy querida entre el público malagueño. No son pocas las veces que tocan por estos lares, pero con cada concierto firman otro éxito. Con dos trabajos en su haber, ya han conseguido un bueno número de fieles seguidores, y se nota en las gargantas que corean todas sus canciones. Aunque pasado un año, todavía está reciente su último “Agua. Naufragio. Equilibrio.”, pero en su set no faltaron algunos cortes de su querido debut “Atlas”. Sonaron contundentes cuando tenían que sonar contundentes, y delicados y melódicos cuando la ocasión lo requería. Y es esa mezcla la que gusta de oír para disfrutar en canciones como “Nuevacosta” o “El Tiempo del Fuego”. El vocalista de Tenpel, Kantz (y su compañero de banda en De La Cuna a La Tumba) salió a escena para acompañarlo en «Naves en Llamas” las primeras filas enloquecieron. Otro gran concierto de los sevillanos con el que seguirán ganando adeptos a su propuesta. Otra noche más que disfrutamos de su directo.
Precisamente fueron Tenpel los siguientes en salir. La banda madrileña nunca había actuado en Málaga. No sólo en su reciente reunión, sino en toda su carrera. Así que salieron a matar, y esa energía por el bautizo de una nueva ciudad, se contagió desde las primeras de cambio. Regresan con nuevo trabajo bajo el brazo, “Culto a Mí”, y estrenaron en vivo algún que otro tema como “Deplata”, que recibieron todo el apoyo. Pero fueron sus clásicos los que sonaba por boca de los presentes con más fuerza. “Kharma” y “Manual de Autoayuda” fueron de lo mejor de su set, y a pesar de que tuvieron algunos fallos en el sonido (sobre todo en el micro de Kantz), estos pasaron a un plano secundario por la entrega de la banda sobre el escenario. Cerraron con la misma fuerza que con la que empezaron, y haciéndolo con un tema insignia de su discografía: “Pegaso”. Casi una hora repartiendo cera, y el público aplaudiendo con énfasis al final por su concierto. ¿Qué más se puede pedir?
La noche iba avanzando, pero el ímpetu del público no decaía. Y si alguno empezaba a flaquear, Elephant Riders se encargaron de reanimarlo. Eran otros que jugaban en casa, y buena parte del público se adueñó de las primeras filas y no tardaron muchos en convertir la sala en una olla a presión. Los pogos eran constantes, y es que con canciones como “Hyenas” o “Vultures”, todo es más fácil. El ahora cuarteto golpea sin piedad, y tantos los temas de su debut como el de su nuevo EP “Slave Of The New Age”, sonaron arrolladores. Van a más con cada concierto que ofrecen. Se sienten cómodos, con garra, y eso lo trasladan a un público que lo da todo con cada canción. Nadie puede sentirse indiferente a su stoner rock rabioso, y cuando en el tramo final dejan caer “Supernova”, ya no hay marcha atrás. Caña, caña y más caña, que dejó al público exhausto, pero curiosamente, con ganas de más.
Llegaba la hora del grupo más diferente de la noche. Este año Jardín de la Croix se están saliendo, y no son pocos los festivales importantes de nuestro país (Download, Be Prog! My Friend…) los que han contado con su presencia este verano. Había ganas de verlos por estos lares presentando su último “Circadia”, otro ejercicio de post-math rock instrumental de altos vuelos. Puede parecer que después de tanto poderío musical y tanto riff machacón, los madrileños iban a estar un poco fuera de lugar. Para nada; salieron, comenzaron a disparar sus speedicas escalas, y el público se quedó embobado con su firmeza y calidad. “Green Architect” o “17 Years to Hatch an Invasion” sonaron como auténticos cañonazos, pero es que el cuarteto no dio tregua de principio a fin. “Colorado Springs” fue la guinda de un show que fue pura explosión instrumental para todos los sentidos para muchos, e imaginamos, una desidia perpetua para los que no gustan de música instrumental y técnica. Aunque en ambos casos, nadie puede negar la categoría de esta banda.
Eran sin duda los suecos Truckfighters los más esperados de la noche. Que hicieran un concierto en Málaga no era lo más común del mundo. Ya sabemos que en sus giras, las citas suelen darse en las ciudades de siempre, y en esta nueva visita, además de coronar el AMFest de Barcelona, sería la capital de la costa del Sol la que también los recibiría con los brazos abiertos. Con el retraso que anteriormente citaba, salieron el trío (con un nuevo batería, no sabemos si de forma transitoria, que respondía al nombre de Taco) a liarla parda con «Mind Control». El público estalló al mismo tiempo que el guitarrista Dango (Niklas Källgren) inició su retahíla de saltos, brincos y caretos imposibles. Tantos, que en «Atomic» enredó al vocalista y bajista Oskar “Ozo” Cedermalm con el cable de su guitarra, y estuvo a punto de dar con sus huesos en la tarima. Siguieron con «Monte Gargano» al mismo tiempo que la fiesta entre el público iba en aumento.
La muestra más fiel de que Truckfighters no sólo son potencia sin control es «Calm Before The Storm»; una gran combinación de parte sicodélica en su inicio, con un tramos rocosos y arenosos a partir de su ecuador, que en directo les quedó de maravilla. A continuación, siguieron presentando su trabajo «V» del pasado año de la mano de «The One», y continuaron disparando riffs a diestro y siniestro con «In Search of (The) y «Warhead» como si le fueran la vida en ello. Se podría decir que pocas personas del público se aburrían con los suecos, pero el final se acercaba y «Kickdown» sonó potente, pero también a despedida. Perocomo se esperaba, volvieron a salir, y es que quedaba el final. Mejor dicho, LA canción final. «Desert Cruiser» sonó épica, apoteósica; un más que digno final a un show en el que demostraron el por qué de su gran reputación, y el motivo de que sean los encargados de encabezar algunos escenarios de grandes festivales por todo el mundo.
Las notas y los riffs de la guitarra de Dango de «Desert Cruiser» aún siguen resonando en nuestras cabezas….
Promotor:Devilstone Productions
Día:2017-10-28
Hora:20:00
Sala:Eventual Music
Ciudad:Málaga
Puntuación:8
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