Toxic Holocaust arrasan con su thrash punkarra e incendiario
TOXIC HOLOCAUST son un "rara avis" dentro de la tendencia del thrash de los últimos diez años, donde imperan ciertas directrices que parecen preconcebidas. Ellos, sin embargo, siguen fieles a sus principios. Coged a MOTÖRHEAD y mezcladlos con una banda de thrash metal old school y tendréis gran parte de la fórmula
Aprovechamos nuestra visita a Madrid con motivo de los dos conciertos de SCORPIONS para ir a ver a los brutales TOXIC HOLOCAUST el jueves anterior, ya que la fecha en Barna nos coincidía con el citado viaje. Primera visita de los americanos a España, que hasta ahora tan sólo se habían dejado caer por Europa en ocasiones puntuales en festivales principalmente. Cuesta cruzarse con ellos y un servidor tan sólo había tenido la oportunidad de verlos en el Brutal Assault checo, donde me dejaron una grata impresión.
Abrirían la jornada los locales HINDRANCE, quienes desplegaron su death/grind con algunos toques de groove ante un público frío y expectante. Tampoco la banda nos pareció especialmente interesante, ni en cuanto a su actitud sobre las tablas ni en cuanto a su propuesta musical, bastante manida y estereotipada. Que no se me malinterprete, la banda no sonó mal, pero tampoco pudimos ver detalles de los que dan el valor añadido a un show, por lo que pasaron sin pena ni gloria. Lo único que pareció animar mínimamente al público fue la versión que se marcaron del «The Trooper» de IRON MAIDEN en clave salvaje, que les quedó bastante bien.
Mucho más a favor lo tenían todo los californianos EXHUMED. De hecho, no sería para nada precipitado asegurar que el 50% de los allí presentes habían venido al bolo para verlos a ellos. No en vano, se trata de una banda más afín al tipo de público entre el que la promotora del concierto mueve sus bolos, es decir, todo aquello que tenga el sufijo «-core» en cuanto al estilo practicado. Curiosamente, no hace muchos meses que estos veteranos del grindcore habían pasado por España como cabezas de cartel de su propia gira, lo cual no resultó óbice para que una buena selección de enfermos se acercaran a disfrutar de su ración de gore sonoro. A mí personalmente siempre me han recordado irremediablemente a los maestros CARCASS, tanto en sonido como en temática y actitud, eso sí, salvando las distancias. Sea como fuere, y aunque no lo demostraran esta noche, EXHUMED son bastante más salvajes que los ingleses. Y lo de que no lo demostraron esta noche lo digo porque para esta ocasión parecieron no querer descargar su artillería más pesada y plagada de blast beats, quizá para no desentonar demasiado con los cabezas de cartel, quién sabe. «Coins Above The Eyes», «Necromaniac», «Your Funeral, My Feast» o «Torso», fueron algunas de las enfermedades que nos contagiaron. Entre tema y tema, a veces recibíamos la visita de un cirujano tarado que se subía al escenario sierra eléctrica en mano o bien mostrándonos tiernas visceritas y otros desmanes sangrientos. Gran trabajo de los músicos en escena, destacando a un Matt Harvey especialmente motivado en su labor de frontman, incitando a que el público hiciera pogos y se matase vilmente. Finalizaron con la cañera «The Matter of Splatter» y dejaron el pabellón bien alto.
Llegados a este punto, habría que hablar de dos cuestiones interesantes de la velada. La primera, que la sala colgó el cartel de «No hay entradas», algo que nunca hubiera dicho viendo el aspecto interior del local. Tampoco lo hubiera dicho viendo la pista central del Palacio de Vistalegre los dos días siguientes durante los conciertos de SCORPIONS. En todos los casos los asistentes nos encontrábamos francamente anchos y sin ningún tipo de apretujón a pesar de estar casi en las primeras filas. En definitiva, nada, pero nada, que ver con los sold out a los que asistimos en Barcelona, en los que cuesta respirar. Sin duda la tragedia hace unos años del Madrid Arena ha redefinido el respeto por los aforos en la capital, algo que en Barcelona, doy fe, no se respeta ni en conciertos ni en sesiones de discoteca. Algún día, cuando ya no tema porque me partan las piernas los matones de turno, daré nombres de locales y de empresarios mafiosos de la Ciudad Condal.
Otro aspecto en el que me gustaría hacer hincapié es en el sonido, que durante toda la noche fue de aprobado justísimo. La sala Silikona no es otra cosa que un garito más o menos grande, con capacidad para unas 130 personas, habilitado para conciertos, con un sistema de PA perimetral francamente insuficiente para eventos de esta índole. Por supuesto, el sonido que se le puede sacar al sistema es muy limitado, por lo cual tanto los conciertos de EXHUMED como de TOXIC HOLOCAUST nos ofrecieron un sonido algo carente de nitidez, potencia y graves. El resultado terminó siendo bueno gracias a un buen trabajo a los mandos y debido a la solvencia y veteranía de las bandas sobre las tablas, pero las cosas como son.
TOXIC HOLOCAUST son un «rara avis» dentro de la tendencia del thrash de los últimos diez años, donde imperan ciertas directrices que parecen preconcebidas. Ellos, sin embargo, siguen fieles a sus principios. Coged a MOTÖRHEAD y mezcladlos con una banda de thrash metal old school y tendréis gran parte de la fórmula original y altamente adictiva que nos ofrecen los de Oregon. Escuchar sus temas y no querer romperte el cuello a base de headbanging resulta tarea imposible. Grandes temazos y poderosa ejecución, es lo que pudimos disfrutar de la mano de «Metal Attack», «Wild Dogs» o «Endless Armageddon». En teoría venían a presentarnos su todavía bastante reciente «Chemistry of Consciousness», si bien su visita resultó ser una perfecta excusa para dar un buen repaso a su interesantísima discografía, a la que su última edición de estudio hace gran justicia, dicho sea de paso. El feeling y el rollo de los temas contagió a todos y cada uno de los allí presentes. Entre moshpits y stage divings, os podéis imaginar la que se organizó en la sala. Un hervidero, como tiene que ser. Para más inri, el frontman, voz y guitarra, Joel Grind, no paró de arengar a la concurrencia, con sus inevitables consecuencias. «I Am Disease», «War Is Hell» o «Awaken The Serpent» sonaron demenciales. Con un sonido de más nivel, aquello podía haber sido apoteósico en vez de excelente, pero nos quedamos con lo bueno que no es poco. La incendiaria «Nuke The Cross» (posiblemente su tema insigne) cayó antes de lo esperado, pillándonos a todos por sorpresa. Sin embargo, se dejaron otros de sus dos mejores cortes para el final: «666» y «Bitch», que apuntillaron el concierto con la dosis que faltaba de mala baba. Demencia punk y thrash en estado puro. 60 minutos que se nos hicieron cortísimos y nos dejaron con muchas, muchas ganas de más. ¿Lo bueno, si breve, dos veces bueno?
Promotor:Hfmn Crew
Día:2014-03-06
Hora:20:00
Sala:Silikona
Ciudad:Madrid
Teloneros:Toxic Holocaust, Hindrance
Puntuación:9
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