Es un gran placer contemplar las tablas, la soltura y la habilidad de estos tipos que ya son historia del Metal sueco, sobre todo después de su casi disolución en 2012.

Un caramelito. Así es como esperábamos a The Haunted desde que, meses atrás, N-Events anunciaron una gira que comprendía diez fechas en la península, entre el catorce y el veinticuatro de Febrero, prácticamente a concierto por día. El martes veinte la bomba cayó en Sevilla. Mal día, pero no podíamos perdérnoslo.

El lugar elegido fue la sala Fanatic. No es precisamente la mejor sala de la capital andaluza para hacer justicia a este tipo de eventos, como detallaré más adelante, pero igualmente nos personamos allí a la hora indicada para esperar durante una hora de retraso en la puerta mientras las cornetas y los tambores de una jauría de chavales ensayando para la semana santa nos dejaban la cabeza como un bombo. Con el Death Metal sueco bien tocado no pasa nada, pero tanta corneta suelta acaba con la paciencia de cualquiera. Qué caos, por favor.

Así, con la noche entrada, los vascos The Descent comienzan su descarga de cuarenta y cinco minutos. Hacen un Death Melódico de corte muy sueco que encajaba a la perfección con la banda principal (el tatuaje de In Flames en la espinilla de su vocalista lo decía todo). Mucho tupa de batería, riffs de guitarra cargados de saltos de cuerda y buena actitud sobre el escenario. Se nota que llevan en activo desde su formación en 2006 y traen dos álbumes a la espalda. Chocó un poco lo ecléctico de su vestuario: guitarra thrasher, bajo y vocalista muy hardcoredeportistas, el otro guitarra extremo Behemoth… aún así demostraron ser banda compacta aunque el sonido no les ayudó para nada: fue una bola de graves en la que a veces se intuía la batería, las guitarras quedaron muy atrás, y la voz prácticamente ni estaba (coger el micro por la bola queda muy guapo, pero…). Al público le gustó, defendieron el concierto con soltura y tablas, y dejaron la expectativa alta.

Mientras cambiaban un monitor que estaba echando humo, los hispano/portugueses Norunda dejaron al público, para bien o para mal, con el culo torcido. No casaban ni con cola con el estilo de la noche, pero se pegaron un concierto tan a gusto. Se les veía disfrutar de lo que hacen: un Metal muy personal, a veces Thrash, a veces progresivo, a veces… imposible de catalogar. Cada tema tenía un clima distinto, con influencias distintas y referencias varias. Y eso me encanta, que los tipos hacen su música y lo hacen bien. La parte instrumental estuvo impecable en lo técnico. El vocalista hizo bien de frontman, con un registro que no llegaba a gutural que me recordaba mucho a Conrad «Cronos» Lant de Venom (o a lo mejor no). Había partes en varios cortes en que dejaba de tocar la guitarra (no se sabe si por la complejidad de los riffs o para dar más énfasis a las líneas vocales) que dejaban la mezcla un poco coja. La verdad es que Norunda dejaron al público un poco frío, pero yo lo pasé bien. Estos tíos saben lo que hacen. Lástima que en esta sala los teloneros no suelan gozar de buen sonido. Es una regla que se repite una y otra vez. No sé por qué.

Y un rato después, la banda principal subía al escenario decorado con una enorme lona trasera con la portada de su noveno y reciente último trabajo: “Strength in Numbers”(2017). The Haunted arrancaron el espectáculo con la instrumental “Fill the Darkness With Black” para dejar que el vocalista finés Marco Aro se incorporase a la tarima con la primera bofetada, “Brute Force”. Metralla desde el minuto uno. Es un gran placer contemplar las tablas, la soltura y la habilidad de estos tipos que ya son historia del Metal sueco, sobre todo después de su casi disolución en 2012. Afortunadamente, con un line up remodelado, decidieron volver a las andadas un año después y seguir difundiendo sus ideas: una mezcolanza bastante extrema de Groove, Thrash y Death sueco con mucha frescura y personalidad. De esas bandas de las que mantienen un estilo pero no todas las canciones suenan igual. De esas.

En lo individual cabe decir que Patrik Jensen nos sorprendió por su forma de tocar la rítmica, con una izquierda rápida y una derecha rascatripera que sonaba fina, fina. Ola Englund contaba con la difícil tarea de sustituir a su señoría Anders Björler, y sin embargo se ha hecho un hueco indispensable en la formación tras firmar los dos últimos estudios de la banda. Demostró una agilidad, técnica y velocidad con sus guitarras Solar Neck-through y no paró de sonreir al público, que lo estaba dando todo desde el principio. Marco Aro lo tuvo a huevo. Con semejante pandilla repartiendo cera detrás no le fue complicado que la audiencia le siguiera durante todo el show. Pero lo mejor de todo estaba en la sección rítmica. Jonas Björler es una auténtica máquina de precisión versátil. Toca a dedos y a púa, mete arreglos melódicos donde uno cree que no caben y hace coros. Una joyita de músico. Y qué decir de Adrian Erlandsson. Este hombre es una institución a la batería. Si hubiera un pasillo de la fama del Metal, sus huellas debían estar sí o sí. Es asombroso cómo toca a pesar de parecer que está sentado en el trono en lugar de tras las baquetas. A veces da la impresión de que lo pasa mal, pero tiene una precisión milimétrica con el doble pedal, pegada tremenda en caja y repiques de tombs, matices y juegos de plato… el batería definitivo. Su currículum, discografía y trayectoria le avalan. Para mí fue un placer verle tocar, y aunque mi deformación es mirar las manos de los guitarristas, en más de una ocasión me descubrí mirando a este monstruo durante temas enteros y preguntarme: ¿es que no se cansa nunca?

La iluminación, cómo no, fue un absoluto descontrol lleno de rojos quemafotos y un poco de humo de vez en cuando. El sonido, aún sabiendo que podía estar mejor (seguro), no fue del todo malo. Faltó una pizca de presencia en las guitarras, pero buen volumen en general y mezcla compacta y con pegada, con un sonido seco y metálico.

The Haunted se dieron un homenaje de hasta veintiún temas elegidos de casi toda su discografía, predominando los de los dos últimos álbumes, grabados con la formación actual. Por destacar alguno me quedo con la frescura de “Brute Force” (un cañón para empezar) y “This is the End”, y por supuesto con la traca final con “Hate Song” y “Bullet Hole” de su brillante disco homónimo debut de 1998. Chapeau para el público sevillano: casi cien personas para ser un fucking Tuesday (en palabras de Aro), que estuvo intenso haciendo pogos y pit circles en varios temas. Tan intenso que el finés bajó a la pista y estuvo cantándose la citada “Hate Song” mientras se forraba a empujones con los fanes. Fue un show un poco largo, pero muy gratificante. Al final de la fiesta, algunos miembros de la banda bajaron frente al stand de merch para saludar y hacerse fotos con la concurrencia. Viva Suecia y el legado de Death Metal que nos está dejando.

Texto y fotografías: Odigir Olaf.

The Haunted Setlist:

Fill the Darkness With Black

Brute Force

99

Trespass

The Flood

The Medication

Preachers of Death

Spark

Trend Killer

Time (Will Not Heal)

All Against All

No Compromise

Hollow Ground

This Is the End

D.O.A.

The Guilt Trip

Dark Intentions

Bury Your Dead

Hate Song

Eye of the Storm

Bullet Hole

Texto y fotografías: Odigir Olaf.

Promotor:N-Events

Día:2018-02-20

Hora:21:00

Sala:Fanatic

Ciudad:Sevilla

Puntuación:8