A muchos les parecerá chocante; a otros, interesante; no serán pocos tampoco los que estén en mayor o menor desacuerdo; pero dada la oportunidad que se nos brindó en bandeja creo que es de recibo ofrecer alguna pincelada general sobre lo que aconteció el pasado jueves 6 de Marzo en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.

La combinación fue rocambolesca en todos los sentidos. Si alrededor de las 8 de la tarde ya nos encontrábamos en las inmediaciones de la plaza de Felipe II con un ambiente por aquel entonces escaso, a esa misma hora pero un día después estaríamos disfrutando de una propuesta totalmente distinta en el festival granadino Atarfe Vega Rock. Así que, dispuestos a disfrutar en la medida de lo posible de cada uno de estos espectáculos, lo que nos ocupaba esta vez era la venida de una banda que se ha situado por encima de todo género, etiqueta, movimiento y tendencia musical. No podemos hablar ni de rock, ni de pop, ni de gótico, ni de after punk, ni de nada en concreto. THE CURE es esto y mucho más. Gusta a fans que llevan más de dos décadas escuchando a una banda que emergió de la mano de esa hornada de formaciones como SIOUXSIE AND THE BANSHEES, THE CHAMALEONS o NICK CAVE; santo de la devoción de los grandes dinosaurios de la escena como JOY DIVISION, BAUHAUS, THE SISTERS OF MERCY o incluso U2 (escuchen sus primeros discos más genuinamente oscuros y verán que cambio con la actualidad); pero es que además arrastran a toda una nueva generación amante de la música indie y de los sonidos oscuros en la línea de INTERPOL, PLACEBO o RADIOHEAD. Así que la mezcla era más que consistente, añadiendo en último término a todos esos personajes que no se pierden un evento multitudinario sea de la naturaleza que sea y que en muchas ocasiones pasan más tiempo cerca de la barra que disfrutando del propio concierto. A lo visto me remito.

Tras su paso por el FIB 2005 – repitiendo visita después de su actuación de 2002 – y su participación en la celebración del Xacobeo (2004), THE CURE volvían de nuevo de gira sin disco nuevo bajo el brazo pero con los clásicos de siempre bien engrasados y dispuestos a ofrecer lo que todos sus fans esperan: más de tres horas de música en directo de los británicos. Desde luego ya podrían aprender muchas bandas de heavy metal con una excelsa carrera y amplia discografía y que apenas destinan una hora de actuación en cada una de sus visitas. En el caso de los de Sussex, yo lo ha repetido por activa y por pasiva el propio Robert Smith, aludiendo al final de la carrera en directo de la banda cuando ésta no sea capaz de estar varias horas sobre las tablas; será entonces cuando el principal compositor de la formación se dedique a escribir bandas sonaras, tal como declaró irónicamente el carismático frontman.

Llegaron desde Valencia tras su concierto en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de la capital levantina en el que compartieron cartel con los finlandeses HIM y los norteamericanos FROM FIRST TO LAST. Ese concierto reunió a 30.000 personas bajo el marco de lo que se vino a denominar Mtv Winter, evento subvencionado por el gobierno local y que le salió por un buen ojo de la cara (superando el millón de euros de presupuesto) para este concierto gratuito que por su naturaleza hizo que todas las bandas recortaran sensiblemente su set. Pero en Madrid esperábamos un show completo y vaya si lo tuvimos.

Es de recibo antes de comenzar con los cabezas de cartel hablar de los teloneros y del ambiente previo registrado. Con los horarios premarcados de antemano, a nadie se le escapaba que la hora fundamental llegaría a las 9:30 de la noche con la salida de THE CURE. Pero antes, llegaría el turno de 65 DAYS OF STATIC, una banda que practica un post rock experimental muy en la onda de MOGWAI, EXPLOSIONS IN THE SKY y similares. La acogida fue gélida, y es que apenas había entrado un cuarto de los asistentes que previamente habían agotado las entradas del concierto. Esa fue la tónica en todo el concierto, set reducido con luces móviles hipnotizando al personal, una buena pegada y un sonido irregular que no acabó por seducir a los asistentes. Habiendo visto a bandas de todos los colores y procedencias, quizá su apuesta quedó empequeñecida por la magnitud del concierto y por el tipo de público asistente. Estas bandas se disfrutan mucho más en ambientes más intimistas, y sino vayan a un concierto de PELICAN o de alguna banda intensa del ramo. La gente aplaudía el final de cada tema, pero quien más y quien menos dedicaba gran parte del minutaje de cada corte en mirar el aspecto general del Palacio de los Deportes o en elegir localización para disfrutar de lo que habría que llegar. Tras escasos 40 minutos de actuación los músicos desfilaron y aquello se había acabado. A destacar la actitud de los músicos, que pese al panorama que tenían delante desplegaron lo mejor de sus instrumentos derrochando buenas dosis de adrenalina, moviéndose anárquicamente sobre su parte de escenario disponible y agradeciendo el apoyo recibido. Los de Sheffield centran su propuesta en sus instrumentos sin tener cabida ningún tipo de voces; no pasa lo mismo con los efectos, que se cuentan por cientos. Y es por esto que algunos de los asistentes prefirieron esperar y ahorrar energías para corear seguidamente todos y cada uno de los temas clásicos de la banda de Robert Smith.

Entrada ya la noche, el panorama era diametralmente opuesto. Faltaba todavía alguno por llegar, pero el grueso de los 15.000 asistentes que agotaron los tickets dispuestos a la venta para el concierto del Palacio de los Deportes ya ocupaba posiciones frente al escenario. El recinto ha ganado categoría en todos los sentidos y es ahora cuando nos damos cuenta de la relevancia que tuvo aquel supuesto soplete causante del incendio y posterior remodelación del lugar. La acústica nada tiene que ver con la que sufrimos durante años y los accesos – algo laberínticos eso sí – y las condiciones de graderío y pista son inmejorables. La banda había tocado previamente en el pabellón antiguo en el 87 y en el 92 y a buen seguro que quedaron contentos con los cambios, especialmente en la acústica.

Se veía poco pelo cardado entre un público mayoritariamente compuesto por personajes que superaban la treintena y que habían visto con anterioridad a la banda. Sumando a algún que otro despistado y a gente que le sonaba a la banda de refilón, la masa heterogénea lo único que quería era disfrutar con el desarrollo del concierto, siendo las motivaciones particulares diferentes en cada caso.

Con un sonido más rockero de lo esperado – motivado en parte por la carencia de teclados en directo -, THE CURE saltaron al escenario con el grito de “Robert, Robert” en boca del público de las primeras filas. Se daba el pistoletazo de salida para repasar temas de toda su discografía, haciendo especial mención a las primeras etapas del combo inglés. Faltaron algunos temas que particularmente esperaba como “Charlotte Sometimes”, pero tampoco hubo mucho tiempo para asimilar esta falta ya que la banda parecía un rápido y eficiente despachador de canciones, disparando temas uno tras otro e incluso recortando la duración de los mismos a base de una cadencia más rápida.

Los temas de “Pornography” pusieron la nota más oscura, mientras que fueron clásicos como “Lovesong”, “Pictures Of You”, “Friday I’m in Love” o “Just Like Heaven” entre otros, los más coreados de la noche y los mayoritariamente demandados.

Robert Smith se encuentra en buen estado de forma vocal, no así física ya que su cuerpo gana kilos según pasan los años. Su estética no varía en el tiempo, y una vez más pudimos ver su particular pelo desaliñado y sus pinturas de guerra. También Simon Gallup, Jason Cooper y Porl Thompson estuvieron al nivel esperado; especial mención a la vitalidad del bajista y al dominio y supremacía del guitarrista, actualmente, miembro que destaca sobre el resto dada la diversificación del trabajo que le ha supuesto la falta del apoyo del mencionado teclado. Hizo un gran trabajo y tuvo tiempo para hacer de las suyas con esos característicos giros sobre sí mismo y posturas desafiantes luciendo un tren superior ampliamente tatuado y unos ropajes oscuros de estética gótica.

Pero el genio y figura es el señor Robert Smith. Su mirada perdida, sus movimientos desquiciados y medio descoordinados son ya un clásico y esa sonrisa de loco es realmente inquietante. Se le vio algo cansado y sacando la lengua en momentos puntuales para tomar oxígeno, pero aún así los temas los clava y su voz sigue rayando a un gran nivel. Es además todo un personaje, y fue por ello que ante la molestia causada por un láser desde el público dedicó unas palabras al susodicho poseedor para citarse tras el concierto. Irónicamente, se entiende. Ya se sabe, humor inglés.

El escenario, en el apartado logístico, fue austero, con unas pantallas de soporte donde se proyectaban imágenes y grabaciones dispares.

Los temas fueron cayendo y como no, los bises se repetirían hasta en tres ocasiones. Buena elección de repertorio, pero pequeño chasco el de “A Forest”. Es cierto que el tema suena más oscuro y cercano al rock gótico a más rpm, así que la interpretación más pausada nos dejó con la miel en los labios a aquellos que esperábamos algo más rápido e intenso.

La segunda parte de los temas extras estuvieron liderados, como no, con canciones como “Boys Don´t Cry” un tema que no pasa de moda pero que sí que es verdad que no emociona tanto después de haberla escuchado miles de veces. También “Killing an arab”, enseña de la formación, hizo las delicias de los asistentes con esos sonidos oscuros e influencias del Oriente, pero con sin la macarrería de antaño.

El delirio acabó por llegar en el tema de despedida, “Why can’t i be you?”. Los bailes eran la nota predominante en el foso y en el graderío y la banda agradeció el apoyo y la entrega del público que no estuvo frío, pero tampoco hizo del Palacio una olla a presión.

Buen concierto en cualquier caso, de esos que hay que ver al menos una vez en la vida y con una banda más que profesional y entregada a la causa. Parece que todavía tardará en llegar unos años el final de la actividad de THE CURE en directo. Con Robert Smith y los miembros de su banda rozando la cincuentena, al menos nos queda una década más de buenos directos. Si esto ocurre, tengan seguro que allí estaremos. Al igual que pasa con las grandes bandas como AC/DC, DEPECHE MODE, ROLLING STONES….sean del género que sean, la calidad es patente y a buen seguro que merecerá la pena volver a verles.

Set list THE CURE

 

  • Plainsong
  • Prayers for rain
  • A strange day
  • Alt.end
  • The blood
  • The end of the world
  • Lovesong
  • To wish impossible things
  • Pictures of you
  • Lullaby
  • From the edge of the deep green sea
  • Hot hot hot!!!
  • Please project
  • Push
  • Friday i’m in love
  • Inbetween days
  • Just like heaven
  • Primary
  • A boy I never knew
  • Never enough
  • Wrong number
  • One hundred years
  • Disintegration

Encore 1:

  • At night
  • M
  • Play for today
  • A forest

Encore 2:

  • Three imaginary boys
  • Fire in cairo
  • Boys don’t cry
  • Jumping someone else’s train
  • Grinding halt
  • 10:15 saturday night
  • Killing an arab

Encore 3:

  • Why can’t i be you?

 

Texto: Alejandro Pérez / Fotos: Ludovic Chiari

Promotor:Gamerco

Asistentes:15.00

Día:06/03/2008

Hora:20:20

Sala:Palacio de los Deportes

Ciudad:Madrid

Puntuación:9