Comenzar un concierto con “Cumin’ Atcha Live” puede denotar dos cosas. Por un lado, que la banda busca uno de sus mayores clásicos desesperadamente para meterse al público en el bolsillo desde el primer momento y olvidarse de la “conquista”, por así decirlo. Por otro lado puede significar que la banda está tan segura de sus capacidades que le da igual comenzar con un clasicazo, porque el concierto en lugar de ir decayendo a partir de ese momento, lo único que va a hacer es ir aumentando de intensidad. En el caso de TESLA, quienes actuaron el pasado tres de noviembre en la sala Apolo de Barcelona, el segundo caso sería el más cercano a la realidad.

Suele pasar a menudo, eso sí. Las bandas reaparecen en suelo español después de quince años sin pisar nuestro país, hacen auténticos conciertazos de aquellos que dejan lagrimillas en los ojos, y luego comienzan a venir cada año hasta quemar el territorio y conseguir que los fans vengan por decenas en vez de por cientos a los shows. Es como el sexo, por establecer una comparativa que todos podamos relacionar: las primeras dos o tres veces con la misma persona son geniales, pero a partir de la cuarta comienza a ser rutinario. Para el público y para TESLA, ayer fue la pérdida de virginidad (el himen volvió a cerrarse hace tiempo, puesto que desde el 24 de septiembre de 1991 y aquel famoso incidente en el Estadio Olímpico de Barcelona, TESLA no volvieron a pisar España y eso, que el hímen volvió a cerrarse, decía). Y claro, el orgasmo fue mayúsculo. Dos horas de mete-y-saca sin cesar, prácticamente. Y encima, sin protección, pues por no haber, no había ni valla que separara al público del escenario. Contacto directo, y sino, que se lo dican a Jeff Keith, que se hinchó de chocar manos con asistentes durante el show.

Pero, volviendo a los preliminares, la decisión de traer a TESLA a España no era demasiado arriesgada. La banda no había venido por nuestro país desde su reunificación y pese a haber editado un buen disco como fue “Into The Now”, pese a las obviedades contemporáneas que contiene. Aún así, había hambre de los americanos, y eso era palpable entre el público. Asi que con una fecha en Madrid y otra en la Ciudad Condal, la banda dejó claro un hecho: que veinte años después de “Mechanical Resonance” y aun sin Tommy Skeoch en la banda, siguen siendo un auténtico torbellino en el escenario.

Con la sala Apolo llena hasta la bandera –incluso el piso superior- la banda salió a escena sin demasiadas florituras y con puntualidad de reloj suizo, pese a ser americanos. Se apagaron las luces y el grupo fue saliendo a escena con pachorra y sin delirios de grandeza. Como AEROSMITH, TESLA dejarían que la musica hable por ellos. Y con el mencionado “Cumin’ Atcha Live”, se lanzaron a la aventura, consiguiendo aullidos de placer desde –prácticamente- el primer segundo de música.

Todo el mundo sabe a estas alturas que el último disco de TESLA es un disco de versiones, titulado “Real To Reel”, donde la banda hace un pequeño homenaje a todos aquellos que han marcado el camino musical de los miembros de la banda. Así que era lógico que cayeran varias versiones durante el concierto, aunque no tantas como me temía. No obstante, cuando sonó “War Pigs” de BLACK SABBATH, aquello se vino abajo. La sala al completo coreó el tema con Jeff Keith, quien parecía encontrarse del mejor de los humores y quien, vocalmente, sigue estando impecable. Esa voz rasgada y casi de roedor sigue siendo encantadora y el vocalista no tuvo problemas en llegar a los habituales registros de Ozzy Osbourne en la mencionada versión.

El concierto, con el público ya totalmente extasiado, siguió adelante con “Modern Day Cowboy”, otra de esas canciones que resumen perfectamente el estilo de la banda, además de ser uno de los primeros video-singles de la banda allá por 1986. El solo del tema, ejecutado a la perfección por Frank Hannon y Dave Rude fue uno de los grandes momentos del show. Ambos guitarristas, situados en el centro del escenario doblaron e intercambiaron melodías como hacía tiempo que no se veía. Y es que es una pena que la música hoy en día sea tan rematadamente aburrida en ese sentido. La banda continuó el show con “Heaven’s Trail”, “Mama’s Fool” y la estupenda “Paradise”, que provocó grandes aplausos. El mayor rugido de aprobación fue, no obstante, para “Hang Tough”, ejecutada con convicción y poder por parte de la banda, que a estas alturas ya estaba a punto de fundirse, repletos de sudor y tan felices como el público que tenían delante.

La banda desgranó ante miradas y aprobación general “Freedom Slaves”, la coreada “Love Song” (precedida por un solo algo españolizado de Hannon a la acústica), “What You Give” y el fantástico clásico de UFO “Rock Bottom”. A estas alturas, tras más de hora y veinte minutos sobre el escenario, a la banda aún le quedaban bastantes cartuchos por quemar. “Into The now” fue la única concesión a su último disco de temas originales de estudio, seguido de “Solution” – del olvidado “Bust a Nut”-  y la genial “Signs”, con la que cerraron el show. Pero TESLA es una banda de la vieja escuela, y sus shows no bajan de las dos horas de duración, así que volvieron para regalar un “Little Suzie” de órdago y “Edison’s Medicine”, con la que todo terminó definitivamente.

En parte, el show recordó en intensidad a la primera vez que Y&T nos visitaron en el año 2003. La banda viene a demostrar “algo” y esas ansias de demostrar hacen que lo den todo sobre el escenario a un nível similar al de hace veinte años. Espero que la actitud se mantenga en futuras visitas, pues conciertos como el de ayer deben repetirse más a menudo.

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Promotor:RM Concert

Asistentes:900

Día:03/11/2007

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Puntuación:10