Tercer día del Rock Fest Barcelona: renacimiento de Whitesnake, la brutalidad de Slayer y espectacular despedida de Twisted Sister
A nivel musical, el día fue mucho más clásico que otras jornadas, aunque con grandes momentos de tralla como Amon Amarth, Obituary, Slayer y Anthrax. Pero el hard rock reinó en la noche y todo el mundo cantó los himnos de Thin Lizzy, Whitesnake y Twisted Sister. ¿Quien quiere un tercer cabeza de cartel?
Unas 200 personas se personaron para ver los shows de Alyanza y los melódicos Eclipse en una jornada marcada por el potente y asfixiante sol. Aguas y sombras fueron lo más buscado pero con The Answer bastantes más gente salió buscando las primeras filas. No estaban en el programa pero reconocer a los Motörhits (banda tributo a Motörhead) su entrega cada día tocándose algunos de los clásicos de la banda de Lemmy. Parece ser que incluso hubo una petición de matrimonio sobre el escenario. Todo parte de una idea, el Motortent, creada para homenajear a Lemmy Kilmister de la manera más obvia posible: con su música, sus canciones, su bebida favorita (una barra que solo servía Jack Daniels y Cola), fotos y recuerdos y una lona gigante donde poder escribir dedicatorias al fallecido músico, la cual será posteriormente enviada a su familia.
A nivel musical, el día fue mucho más clásico que otras jornadas, aunque con grandes momentos de tralla como Amon Amarth, Obituary, Slayer y Anthrax. Pero el hard rock reinó en la noche y todo el mundo cantó los himnos de Thin Lizzy, Whitesnake y Twisted Sister. ¿Quien quiere un tercer cabeza de cartel?
THE ANSWER
Los norirlandeses celebraban los 10 años de su disco debut. Ya no utilizan el clásico: “We are The Answer and we play rock and roll”, tan de Motörhead, para romper el hielo y optan por una intro con una preciosa canción de folk tradicional. Gran inicio con dos de sus grandes himnos (para muchos lo mejor que han grabado) como son “Under the Sky” y “Never Too Late”. Entrega y clase por parte del grupo pero con un Cormac Neeson más comedido que en las anteriores veces. Ropas de aire 70, mucho material de su ópera prima pero interesantes cortes como “Solas” inspirada en el folk patrio. El sol les restó muchos puntos y no se acercaron a la intensidad que consiguen en una sala, pero infinitamente mejor que la vez que telonearon a AC/DC quedando desdibujados completamente.
CANDLEMASS
Mis expectativas respecto a la descarga de los suecos no eran muy halagadoras, no tanto por el hecho de que CANDLEMASS no rindan en directo sino más bien por toda la confusión que gira entorno a su formación actual y situación (¿No os separabais?) y porque no decirlo, unos últimos discos un tanto flojos e irregulares. Pero toda duda quedó completamente desvanecida cuando la banda capitaneada por el mercenario Mats Leven arrancó los primeros acordes de “Mirror Mirror” tras la consabida introducción al ritmo de la Marcha Fúnebre de Chopin (que abre sus conciertos desde hace 30 años). Daba igual que el líder del grupo Leif Edling ni siquiera estuviera en el escenario (Las malas lenguas le vinculan a GHOST); el resto del grupo con el citado Leven al frente y el teclista reconvertido en bajista Per Wiberg se encargaron por sí solitos de dejar el pabellón bien alto derrochando majestuosa oscuridad y elegancia en un ejercicio de Doom Metal de alto calibre. Así pues fueron sucediéndose himnos y más himnos de la talla de “Dying Illusion”, “A Cry from the Crypt”, “Crystal Ball”, “Demon’s Gate”, “At the Gallows End”, “Emperor of the Void” o la legendaria “Solitude” para cerrar un bolo excelente pese a las adversidades (Calor asfixiante y CANDLEMASS son términos antagónicos). Por supuesto, una hora no da para mucho y fueron demasiados los cortes míticos que se quedaron fuera, pero nunca llueve a gusto de todos. Eso sí, venir presentando un EP y no tocar ni un solo tema del mismo está fuera de lugar en mi opinión. Ahora solo falta esperar a que Leif Edling vuelva al grupo y la banda se encierre en el estudio para dar vida a un disco en condiciones con Mats Leven al frente tras el agridulce final de la etapa Robert Lowe.
CICLONAUTAS
Me ha costado, pero con los Ciclonautas he ido entrando hasta el punto de disfrutar su apuesta. Evidentemente no estaban en el mejor de los sitios quedando su rock urbano entre Candlemass y Obituary, pero Mai, Txo y Alén tomaron el escenario a ritmo de algunos de sus mejores temas: “Bienvenidos los muertos” y “Los fantasmas del ocaso”. Tardaron en conectar con la gente y probaron también con material anterior como “Kamikaze del nido”. Mai me gusta cada vez más en directo con su cazallosa voz y sus frases poético-urbanas. “Ayer noche tuvimos pensamientos perros… y afortunadamente los cumplimos todos”. Una buena presentación para “Pensamientos perros”. Saludó también a sus familiares llegados de Argentina. Bien Alén y Txo manteniendo el pulso de los temas con clase y lástima que se quedara en el tintero “Mordieron Luna (hasta rabiar)”. Buenas vibraciones en ese tema que cuenta la historia de dos hermanos y con la final “¿Qué tal?. Pero de todas formas quedaban algo fuera de lugar por estilo. Hay ganas de verlos en sala donde seguro dan más de si.
OBITUARY
Ver en directo a OBITUARY es como meterse dentro de una máquina del tiempo y desplazarse 25 años atrás cuando sonoridades de este calibre eran el standard de la música extrema. Mucho ha llovido desde entonces pero ajenos al paso del tiempo, la banda capitaneada por los hermanos Tardy y el tipo con la cara más mortuoria de la historia (También conocido como Trevor Peres) a base de tesón y cabezonería prosiguen su camino inmunes a modas y tendencias musicales que van y vienen mientras OBITUARY siguen en activo y lanzando discos -en mi opinión un tanto montoneros- que les permiten seguir girando y desgranando sus viejos clásicos ante audiencias ya entraditas en edad. El simple hecho de ver la pancarta enorme con el legendario logo del grupo ya imprime respeto, casi tanto como escuchar el riff principal de “Redneck Stomp” y ver miles de cabezas moviéndose al unísono. OBITUARY venían presentando un último trabajo “Inked in Blood” del que tocaron un par de temas si mal no recuerdo (“Centuries of Lies” y “Visions in my Head”) que dieron paso a los cañonazos habituales de OBITUARY como “Intoxicated”, “Dying”, “Find the Arise”, “Don’t Care”, “Til Death”, “Turned Inside Out” o “Slowly we Rot” con la que cerraron y que como era de esperar muchísima gente coreó. OBITUARY han sufrido algunos altercados en su seno como el fallecimiento de su bajista Frank Watkins y los diversos problemas con la justicia de su guitarrista Allen West, sin embargo siguen siendo una apisonadora en directo y este pasado domingo se encargaron de demostrarlo una vez más.
IMPELLITTERI
Juraría que se trataba de la primera ocasión en la que IMPELLITTERI tocaban en territorio nacional aunque bien podría equivocarme. En cualquier caso, con una audiencia considerablemente abultada y una posición en el cartel algo alta para su popularidad creo yo, la banda liderada por Chris Impellitteri salió como un vendaval a arrasar con todo con un Rob Rock al frente en estado de gracia. Se llegó a rumorear con la banda podía venir con Graham Bonnet, algo que finalmente no sucedió aunque visto lo visto, nadie le echó en falta. Desde el primer momento, Chris se encargó de hacernos saber a todos quién capitanea la banda y sobre quién deben girar todas las miradas. Su dominio al instrumento es realmente insultante y por fortuna no abusó de tediosos e infinitos solos desgranando un setlist muy consistente dando cabida a todas sus etapas, tanto la de los años 80, 90 como la más actual. Reconozco no haber seguido su carrera más allá de “Eye of the Hurricane” de 1997, pero visto lo visto sus nuevos y más recientes cortes no suenan nada mal mostrando un nivel bastante alto y una coherencia sonora acorde a los tiempos que corren y el legado pretérito del grupo. Echando la vista atrás, IMPELLITTERI nos llegaron a remontar hasta 1987 de la mano de su primer EP (con Rob Rock al frente ya entonces) del que interpretaron “Lost in the Rain”, no obstante fueron los cortes de sus siguientes discos los que mayores ovaciones se llevaron como “Stand in Line”, “Warrior”, “The King is Raising” o “Answer to the Master” con la que cerraron su hora de actuación. Es un gran misterio descifrar porque la carrera de este tipo nunca llegó a despuntar más allá de las fronteras del País del Sol Naciente, en cualquier caso estoy convencido que tras su gran actuación de ayer por la tarde su legión de seguidores habrá aumentado en porcentaje, por pequeño que sea.
ANTHRAX
Su última descarga por aquí hace unos meses como teloneros de SLAYER pese a ser notable no será nunca recordada entre las mejores, sin embargo el show que los norteamericanos se marcaron en el Rock Fest sí que puede llegar a ostentar un lugar privilegiado en ese ranking personal del grupo y su relación con Barcelona. Tras un ligero retraso, ANTHRAX salieron literalmente a matar, con una fuerza y empuje digna de ser admirada. Lo tenían todo de cara, buena posición en el cartel, un muy buen sonido y un sol que empezaba a aflojar por poco que fuese. Arrancando con un par de temas nuevos de su última obra “For All Kings” que no sonaban nada mal las cosas como son, los de New York pusieron Can Zam patas arriba nada más presentar “Caught in a Mosh”. Y efectivamente, el pitote que se montó en las primeras filas hizo buen honor a su nombre, con la gente completamente enloquecida y con ganas de más. Que sonaran a continuación “Got the Time” y “Madhouse” no hizo sino alterar todavía más el ambiente y elevar el clímax del ambiente hasta cotas considerables. Joey Belladonna rendía a un muy buen nivel y Scott Ian no paraba quieto denotando que se lo estaba pasando pipa sobre el escenario. Sin embargo, una vez más, la palma se la llevó Frank Bello quién probablemente sea el bajista más desmadrado sobre un escenario que ahora mismo recuerdo (Cómete esa Ian Hill!). Ver a Frank sobre un escenario es ver a un hombre entradito en años desgañitándose como si de un adolescente que hace sus primeros pinitos sobre un escenario se tratase. Charlie Benante no apareció por ningún lado por motivos que ahora mismo se me escapan, aunque tampoco se le echó en falta. Pese a dejarse en el tintero infinidad de clásicos, ANTHRAX dejaron para el final dos de sus cortes más conocidos como son “Antisocial” y “Indians” que fueron coreados por el personal a pleno pulmón. Tras anunciar que volverían por aquí a primeros del 2017 en su propia gira, ANTHRAX se fueron por la puerta grande dejando un muy buen sabor de boca.
AMON AMARTH
No he seguido la carrera de AMON AMARTH más allá de sus primeros trabajos, pero por supuesto soy plenamente consciente del alto status que poseen a día de hoy, ahora, ni por asomo imaginaba que podían llegar a colocarse por encima de ANTHRAX en un cartel de un festival, algo que quedó sobradamente corroborado tras ver la ingente cantidad de camisetas que de ellos se veían por Can Zam. Con una escenografía consistente en un gran drakkar situado en el frente del escenario, Johan Hegg y los suyos arrancaron a ritmo de “The Pursuit of Vikings”, uno de sus temas más conocidos, generando un estado de euforia notable ante una audiencia completamente entregada a ellos. Más comunicativo de lo normal, Hegg bromeaba sobre el calor mientras los himnos del grupo iban sucediéndose uno tras otro. De este modo, la banda de Estocolmo prosiguió desgranando su set a ritmo de “Deceiver of the Gods”, “Death in Fire”, “Runes to my Memory”, “War of the Gods” o “Twilight of the Thunder God” con la que cerraron una actuación notable mostrando porque poseen el peso que poseen en la escena actual. Tras su actuación y ante el inminente inicio del show de THIN LIZZY, fue curioso presenciar el cambio generacional que se daba entre la audiencia, con legiones de seguidores de los vikingos abandonando el recinto y ocupando su lugar un público de mayor edad. En cualquier caso, desde mi punto de vista ese es uno de los alicientes del Rock Fest; variedad de estilos y públicos coincidiendo y conviviendo en el marco de un mismo festival.
THIN LIZZY
Soy poco objetivo ante un grupo como Thin Lizzy pues son la más infravalorada de las grandes bandas. Tienen que capear con eso de tener colgado el San Benito de grupo de versiones, y si nos ponemos puristas algunos ven absurdo que la banda siga sin Phil Lynott. Ya hubo tiempo de luto y las canciones están hechas para sonar en directo. La “banda-de-versiones-llamada Thin Lizzy” contaba esta vez con todo un Tom Hamilton (Aerosmith) al bajo y con Scott Travis (Judas Priest). Cada reemplazo en esta banda es mejor que el anterior. Una lástima si el hecho de que no esté Phil Lynott te impida disfrutar del show y de los músicos que allí estaban, pero os aseguro que mucha gente disfrutó de lo lindo con “Jailbreak” y “Are You Ready”. El sonido no era matador precisamente pero pudimos apreciar las diabluras en las twin guitar de Scott Gorham y Damon Johnson. He visto en mejores ocasiones a Ricky Warwick pero como show fue completo y estuvo bien apoyado con las pantallas traseras que proyectaban imágenes como la portada del “China Town” en “Killer on the Loose”. Tremenda sorpresa con “Dancing in the Moonlight” y éxtasis entre los fans con “Massacre” y la siempre enigmática y potente “Emerald”.
Hubo momentos algo fríos pero también momentos con tímidas coreografías al unísono con las guitarras y un recuerdo para Phil Lynott y Gary Moore. Muy aplaudido por parte del respetable. En “Don’t Believe a Word” y sobretodo en “Cowboy Song” pareció que conseguían conectar con las miles de personas que allí estaban, pero tuvo que ser “The Boys Are Back in Town” la que se lo llevó de calle. Puede que sea su tema más conocido, pero posteriormente era turno para la épica y grandiosa “Black Rose”, con el fondo de la rosa negra de la portada salpicada por gotitas de sangre. Maravilloso el fragmento central con las melodías irlandesas a guitarra doblada y con Darren Wharton apoyando desde sus teclas. Con una referencia al whisky entró la preciosa guitarra que da paso a “Whiskey in the Jar” para poner a bailar a todo el Rock Fest. Me sorprendió el toque más cercano a la versión de Metallica que a la que en su día puso en el mapa a Thin Lizzy en su Irlanda natal. Gran alineación y concierto pero confieso que lo disfruté más cuando vinieron la última vez bajo el nombre de Black Star Riders.
WHITESNAKE
Con Whitesnake entramos en el eterno debate de siempre… Evidentemente los shows de la serpiente blanca están marcados por el estado vocal, y todos sabemos que no es el mejor de su carrera, pero tampoco lo es el de Ian Gillan y no por eso les pedimos a Deep Purple que se retiren. Coverdale tiró de actitud, posturitas y entrega para suplir sus carencias pero el set list tiraba de espaldas. Soy de los que hubieran disfrutado con el material de Deep Purple de su última obra pero cuando caen “Bad Boys”, “Slide It in” y “Love Ain’t No Stranger” el cielo se te abre. La enorme banda es otra de las bazas con las que cuenta el vocalista para apoyarse en ellos y suplir ese plus que le falta. Solos de guitarra, bajo y batería son excesivos para un show de una hora y cuarto, pero si quieres que la voz de David no se resienta es como tiene que ser. Recordad sino lo que pasó en el Poble Espanyol de Barcelona cuando acompañó a Europe y Def Leppard… Esta vez estuvo a un nivel superior, pero no quizá el suficiente para contentar a todos.
Puro feeling y cadencia en “Fool for Your Loving” y lucimiento de Hoekstra y Beach en “Slow ‘an Easy”. La dentadura perfecta de Coverdale brilla con los focos y utiliza los solos de sus compañeros para los cambios de trapitos. Tommy Aldridge lleva 30 años haciendo el mismo solo de batería, pero es que es alucinante. Dejó a todo el Rock Fest con la boca abierta cuando arremete con puños y dedos contra platos y toms. En “Is this Love” parecía que Coverdale podría reposar un poco al ser balada pero intentó no racanear en agudos; y fin de fiesta con “Give Me All Your Love Tonight” y ese bombazo que sigue siendo “Here I Go Again”. A esas alturas Coverdale estaba castigado de cuerdas vocales pero no en cuanto a entrega. De hecho su sola presencia sigue llenando el escenario. Como viene siendo habitual “Still of the Night” cerró la velada por todo lo alto, aunque claro, las opiniones eran dispares entre la gente. Puede que estemos ante el ocaso de una leyenda pero fue infinitamente mejor que la última vez y el show está todavía para puestos de honor en festivales.
TWISTED SISTER
Para muchos, era una ofensa que Twisted Sister volviesen al festival por tercer año consecutivo «con la de bandas que hay». Pero por algún motivo vuelven: el escenario está lleno hasta arriba de principio a fin de su show. En esta ocasión, el morbo añadido era el de su despedida. La gira «Forty and Fuck It» es el fin de una era para Twisted Sister y lo demostraron realizando el concierto más espectacular que han hecho en Rock Fest. Trajeron las llamaradas, la pirotécnia y el logo que se eleva tras la batería al final del show para dejar claro que si, que se van con una explosión, como una supernova.
El setlist no tuvo excesivas sorpresas: empezaron con «What You Don’t Know», «The Kids Are Back» y «Burn in Hell», donde las llamaradas de varios metros de altura iluminaron la cara del público mientras Dee Snider hacía su papel más diabólico. Solo con esas tres canciones te das cuenta de que no deberían marcharse: es una banda que está al tope de sus capacidades en base a la edad que tienen. Es un show dinámico, lleno de hits y con un Dee Snider que corre y corre por el escenario como si tuviese treinta años menos. Viendo la cantidad de bandas que se arrastran por el escenario hoy en día, está claro que Twisted Sister no es una de ellas.
Algunos temas menos habituales que sonaron fueron «Like a Knife in the Back» o «Destroyer», del mismo modo que en años anteriores sonó «Captain Howdy», «Shoot ‘em Down» y otros hits menores pero que todos los fans conocen. Snider no se encaró con ningún técnico del escenario contiguo en esta ocasión pero dejó claro que el manda en el escenario más que nadie en todo el festival. El mejor frontman, probablemente junto a David Coverdale. De hecho, cuando uno de los técnicos de luces se equivocó al no iluminarle en un momento clave del show, Snider reclamó su haz de luz y tuvo una puya amistosa para el lider de Whitesnake: «menos mal que no soy David Coverdale. Si lo fuese te estaría pateando el culo. De hecho, quizá viene David y te lo patea».
El fin de show, con «SMF» como único bis fue tremendo: explosiones, bombas, llamas y un Snider desbocado por el escenario que se abrazó afectuosamente con Jay Jay French al acabar, de salida hacia el backstage. Se les echará de menos, al menos hasta que se vuelvan a reunir.
SLAYER
Pese al deceso de Jeff Hanemann todavía reciente en la retina de sus seguidores, SLAYER parecen vivir una segunda juventud por muy contradictorio que parezca. La entrada de Gary Holt en el grupo, el fichaje por Nuclear Blast y sobretodo “Repentless” -en mi opinión lo mejor que han hecho en décadas- ha situado a la banda de Kerry King y Tom Araya en una posición privilegiada de banda clásica pero todavía fresca y vigente. En su reciente visita con ANTHRAX ya mostraron galones barriendo con todo y en esta ocasión en el Rock Fest repitieron jugada y resultado, con un show en líneas generales muy parecido al que llevaron a cabo en su citada última gira. Con la negrura de la noche jugando a su favor, SLAYER lo tenían realmente difícil tras 3 conciertos seguidos sencillamente espectaculares como fueron los de THIN LIZZY, TWISTED SISTER y sobretodo WHITESNAKE quienes para mi dieron el mejor concierto del festival y de los mejores que he presenciado en años. No obstante, SLAYER que son perros viejos ya supieron jugar bien sus cartas y salir airosos ante tal elevado listón. Arrancaron los californianos con “Repentless” que rápidamente dio paso a los primeros hits de la noche de la mano de “Postmortem”, “War Ensemble” o “Mandatory Suicide” que caldearon el ambiente ya de por sí algo menguado por el cansancio acumulado tras 3 días de festival, mucho calor y tanta o más cerveza. La gente todavía guardaba energías para SLAYER y la locura se apoderó del recinto mientras Tom, Kerry & Cía proseguían con su bombardeo en forma de “Dead Skin Mask”, “South of Heaven”, “Seasons in the Abyss” y por supuesto “Raining Blood” y “Angel of Death” para las cuales pasan los años sin afectar lo más mínimo su popularidad e impacto sobre la audiencia. Tras hora y media de actuación, SLAYER se despidieron por todo lo alto cerrando un festival que no hace sino crecer y afianzarse -esperemos que por muchos años más- en el panorama europeo veraniego.
Día:2016-07-17
Hora:13:00
Sala:Parc de Can Zam
Ciudad:Santa Coloma de Gramenet
Puntuación:9
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