TEN YEARS AFTER

No hay nada mejor que acudir a un concierto sin esperar nada especial y quedarte plenamente satisfecho y sobre todo, sorprendido. No era totalmente conocedor de la obra de esta banda legendaria pero a pesar de ello, disfruté durante las dos horas que estuvieron encima del escenario.Ante una medio poblada sala Luz de Gas, perfecta en sonoridad y muy coqueta ella a la par que muuuy cara, 7 € una cerveza me parece casi insultante aunque no te obligue nadie a consumir, salieron a escena los originales Leo Lyons al bajo, Ric Lee a la batería, Chick Churchill a los teclados y la última incorporación, aunque ya en la banda desde el 2002, Joe Gooch a la guitarra y voces. A destacar el trabajo de este joven, 35 años, pero inmenso tipo ya que desde las primeras notas se metió al público en el bolsillo, con una calidad de la cual hacía tiempo que no era testigo.Su concurso era el más complicado, sustituir a un primer espada como el también grandioso Alvin Lee se antoja faena harto complicada, pero a fe que lo consiguió. Creo sinceramente que nadie le echó en falta musicalmente hablando, pero si hablamos de carisma histórico es harina de otro costal. Le encuentro cierto paralelismo a la gran banda que es Chicago, que después de la partida del carismático Peter Cetera, encontraron en Jason Scheff alguien perfecto para revitalizar su carrera.

Con la inicial ´Working On The Road´ya llegas a la conclusión de que vas a presenciar algo especial, y creeros que no soy de las personas que se dejan convencer inmediatamente. Pero no había que ser un entendido, para percibir que lo que salía por aquellos amplis tenía una calidad inusitada. Blues Rock en estado puro, con un Lyons digitando espectacularmente su bajo y como ya he comentado, un J. Gooch en estado de gracia. ´King Of The Blues´, ´Hear Me Calling´… iban cayendo temas alternando perlas de su impecable repertorio con algunas canciones de nueva factura.

Destacaré también el espectacular solo que se marcó Ric Lee, jugando con toda la batería y con “grand finale” a los platos, sin hacer lo típico y repetitivo que siempre vemos, y es que estamos ante un clásico de los tambores, con una personalidad fuera de toda duda.

Con ´Good Morning Little Schoolgirl´y ´I´m Going Home´ todo ello aderezado con una impresionante jam en la que pudimos discernir fragmentos de Cream, Aerosmith o Deep Purple, dejaron al personal extasiado. Pero ante la insistencia del respetable, se marcaron una selección de Rock n´Roll clásico que hizo mover a toda la gente. Era espectacular ver a todo el mundo contonearse al ritmo que marcaba la banda para dejarnos, después de casi dos horas, definitivamente pero con una sonrisa de oreja a oreja. Allí no cabía reproche alguno y abandono la sala pensando en que si vuelven, su fecha estará marcada seguro, en mi calendario.