Después de la fulminante salida de Tarja Turunen de NIGHTWISH, el futuro de
la vocalista ha quedado en entredicho. Para muchos, poder subsistir a base
de sus dotes como cantante clásica va a ser dificil, pues en el mundo clásico
Tarja Turunen es una buena interprete, pero no un peso pesado. En el mundo
del Heavy Metal, Tarja Turunen era la diva, la estrella, idolo y heroína de
muchos heavies que admiran su clase, estilo y saber estar. Evidentemente, la
decisión no ha sido enteramente obra suya (aunque estuviera en sus planes a
medio plazo) pero que Tarja Turunen siga manteniendo la cantidad de seguidores
y adeptos que tenía hasta el momento va a ser una tarea ardua. Eso sí, como
caído del cielo le ha venido a la artista esta gira de conciertos navideños,
que le ha servido para mostrar sus mejores cualidades como vocalista operística
y clásica ante fans que la conocen básicamente por sus años en NIGHTWISH y
aprovechando el evidente tirón publicitario que ha supuesto su salida de la
banda. De todas maneras, mientras que en otras ciudades europeas se agotaron
las entradas, Barcelona fue un caso aparte. Parece que los fans de su ex –banda
escasearon y solo decidieron acercarse los más acérrimos y aquellos que pertenecen
al club de fans español de Tarja. Además, el público aglutinó a una serie de
energúmenos poco deseables y que deslucieron un poco esa fria noche de lunes
en la que Tarja venía a ofrecer sus buenos deseos de la manera más cercana
posible.

El Casino de l’Aliança del Poble Nou no es Razzmatazz 2, está claro. Solo
al llegar, ya se vió que allí no iba a haber mucho metal precisamente, aunque
todos lo sabíamos de antemano. Ni estaba el tipo que vende encendedores con
una pegatina del grupo pegada de mala manera encima, ni los que siempre reparten
flyers, ni los que siempre enganchan carteles de próximos conciertos, ni los
okupas reconvertidos a vendedores de cerveza. Con suerte, unos cuantos miembros
del público llevaban camisetas de NIGHTWISH y algun ropaje gótiquillo, con
más de una chica acompañada por sus padres. Estaba claro que aquello no iba
a ser una noche al uso.

El recinto es un auditorio destinado a conciertos de corte clásico aunque
en una escala modesta. No hay ningun parecido con el Palau de la Música mas
allá del hecho de que en ambos hay un escenario y asientos. Es una pena, pues
si Tarja tuviera el tirón de otros artistas habría sido precioso verla en un
recinto tan típico de estos actos como es el Palau, pero la escasa respuesta
del público dejó claro que o bien Tarja ha sufrido un duro espaldarazo por
parte de los fans españoles de Nightwish, o que nadie se enteró del concierto
(cosa dificil, pues había carteles por toda Barcelona anunciando el asunto).

En las primeras filas del recinto se situaban los asistentes que habían comprado
el pack VIP de Tarja Turunen a través de la web oficial de la finlandesa afincada
en Argentina. El pack valía alrededor de 200 Euros e incluía una cena con Tarja,
autógrafos, asientos preferentes en el recinto y trato muy personal con la
artista. De todos modos, quien quisiera conocerla pudo hacerlo tras acabar
el show, pues Tarja –pese a su estado febril- salió a departir brevemente con
los que se quedaron a intentar hacerse alguna foto y conseguir alguna firma.

Con buena puntualidad, poco después de las 21:45 comenzaba el concierto de
Tarja Turunen en suelo catalán. Ante un aforo de unas ciento y poco personas,
aparecieron Sonja Fräki (piano), Edurne Vila (primer violín), Geert Krosenbierg
(segundo violín), Joan Ignasi Ferrer (viola), Esther Vila (cello) y Bernat
Castillejos (flauta). Los músicos afinaron brevemente y unos tacones anunciaron
que Turunen estaba saliendo al escenario. Fue recibida con aplausos por doquier
y estupefacción ante el modelito de turno. En ésta ocasión Tarja recordo más
a una Björk desbocada que a otra cosa, aunque más adelante cambiaría su vestimenta
por otra un poco más sobria. El concierto dio inicio con Tarja a viva voz cantando “Kun
Joulu On” de Kotilainen (gracias a Dios por el programa del evento, que sino…)
y acabando de ejercitar sus cuerdas vocales con “Agnus Dei” de Mozart y “Pie
Jesu” de Fauré. A partir de aquí la cosa fue tomando forma, pese a que tres
individuos con más pinta de yonkarra de Can Dragó que de fans de la música
clásica se empeñaran en levantarse e irse de su asiento continuamente para
volver poco después, haciendo todo el ruido posible con sus tacones sobre el
suelo de madera del recinto. Lo que parecía despiste se convirtió en falta
de respeto cuando uno de los mencionados hizo un “zapateao” para incordiar
al resto del respetable y a la propia Tarja antes de salir por última vez de
la sala junto a sus compañeros. Los motivos que hubiera tras ese comportamiento
son extraños, pero pagar 35 euros por ver a Tarja Turunen durante media hora
y joderle el concierto al público es una afición bastante rara. Desde aquí,
deseo que a esos individuos que los atropelle un camión cargado de estiércol.
Gracias.

Uno de los temas más emotivos de la noche fue, sin duda, “When
a Child Is Born” de Damiccio, en el que Tarja demostró sobradamente sus cualidades.
Quizá dentro del universo clásico no sea la piedra angular de la música, pero
para un montón de tipos como yo que lo más refinado que han escuchado en su
vida es a Bono de U2 o a Emma Bunton de las SPICE GIRLS, pues lo de Tarja Turunen
tiene su merito. Es cuestión de adecuarse a la situación, simplemente. Para
finalizar la primera parte del recital, Tarja interpretó “Jo Joutuu Ilta” de
Sibelius y “Adeste, Fideles” de Wade.

Tras un intermedio de diez o quince minutos, Turunen volvió a escena con un
nuevo vestido y unas cuantas canciones más conocidas. De entre ellas, cabe
mencionar “Ave Maria” de Schubert, que fue perfecta en ejecución y sentimiento.
Era difícil no seguir las palabras de la pieza en cuestión, mil veces escuchada
y probablemente, mil veces ignorada pese a su belleza innata. “The Eyes Of
A Child” de Russell y Bloom fue otro punto álgido, en dura disputa con “Silent
Night” de Gruber. Tarja cantó con evidente sentimiento navideño la melodía
del conocido “Noche de Paz” mientras los músicos dibujaban sin error posible
las melodías. Eso es algo que me impactó: la ausencia de errores en la ejecución. ¿Cuándo
fue la última vez que vi un concierto rockero sin el más mínimo error o un
gallo del vocalista? Me temo que nunca!

El final llegó de la mano de “Waling In The Air” de Blake, tema que muchos
fans de NIGHTWISH ya estaban acostumbrados a oir y que fue la única “concesión” deTarja
a los seguidores de su ex –banda. De todas maneras, los aplausos fueron muchos
y la vocalista acabó saliendo a interpretar el “White Christmas” que todos
conocemos solo con piano y mirando la letra porque, al menos eso parecía, el
bis era bastante improvisado.

En definitiva, una noche diferente, en un ambiente diferente, con una propuesta
diferente pero con una vieja conocida. De todas maneras, seamos sinceros: vamos
a ver si ambas partes recapacitan y NIGHTWISH se reúnen, pues sino, nada será lo
mismo. Crucemos los dedos.

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Datos:Casino de l'Aliança
Barcelona
Público: 150 personas
Promotor: Rock n' Rock

Día:12/12/2005

Puntuación:8