Que a pocas semanas del inicio de la campaña navideña aparezcan STRYPER de gira es o bien un regalo o un intento de conversión para incrédulos en épocas propensas a las crisis religiosas. Tiendo más hacia la primera opción, puesto que la banda nunca había girado con todas las de la ley en nuestro país, así que ver shows de la gran banda de hard rock cristiano americana en nuestro país dentro del circuito de salas es algo que pocos esperaban llegar a ver algún día. No obstante, tampoco esperábamos ver a QUEENSRYCHE, JOURNEY, DOKKEN, KINGDOM COME, WHITESNAKE y muchos otros y finalmente hemos podido disfrutar de auténticas noches de magia en directo de las que sólo los clásicos de verdad pueden hacer gala en su currículum. Y ciertamente, la noche que regaló STRYPER a los presentes en su concierto fue de lo más divina.

Salieron a escena inusualmente tarde para tratarse de un martes y de una sala de Barcelona, acostumbrados a los horarios estrictos de Razzmatazz 1 y 2 para las actuaciones en directo, donde a las 23.30 la banda tiene que estar fuera de las tablas. En Apolo las reglas son menos estrictas y el concierto de STRYPER acabó pasadas las doce de la noche, con el tiempo justo para que muchos pudieran coger el metro de vuelta a casa. Y es que además, en una noche en la que ARCH ENEMY también tocaba en la otra punta de Barcelona – concretamente en la sala Salamandra de Hospitalet- el público podía verse ante la duda de a qué concierto asistir, por lo que retrasar un poco más allá del horario habitual la aparición de STRYPER sobre el escenario a buen seguro que hizo posible que asistieran algunos fans adicionales que hicieron doblete, como un servidor. Fue una gozada, eso sí, ver como ambas salas estaban llenas hasta la bandera, tanto para el show de los suecos como para el de los americanos. Eso demuestra que cuando dos conciertos simultaneos se promocionan bien y se trata de dos estilos claramente diferenciados, la gente no falla. Algo más complicado habría sido en el caso de que SONATA ARCTICA y QUEENSRYCHE hubieran coincidido finalmente el sábado 17 de noviembre, antes de que QUEENSRYCHE cancelaran repentinamente su gira inglesa y española.

Como ya he dicho, la sala estaba hasta los topes para ver a la banda de cristianos más famosa del mundo. El teloneo lo realizaron los efectivos SACRED, quienes siguen presentando el genial “Transitions” más de un año después de su lanzamiento. La banda, de hecho, acompañó a STRYPER en toda su gira española, lo que a buen seguro dio la oportunidad de que SACRED ganaran varios cientos de fans con su hard / metal sin compromisos y unas aptitudes comerciales más que probadas en su sonido actual.  Pero cuando STRYPER salieron a escena, la sala se resintió en sus cimientos. Ya no es por el nombre, la anticipación o cualquier otro motivo…es que STRYPER venían con las pilas cargadas al máximo, una tarea difícil en una gira de cinco conciertos en apenas una semana cuando la mayoría de miembros de la banda ya superan los cuarenta años de edad.

El show dio comienzo con “The Way” y “More Than a Man”, seguido de “The Rock That Makes Me roll” y “Reach Out”. Casi nada. Desde el primer momento quedó patente que – como era de esperar- la verdadera estrella de la noche era Michael Sweet, quien sigue haciendo gala de una voz fenomenal que alcanza todos y cada uno de los registros de su época dorada. Evidentemente ni él ni el cantante de NITRO llegarán jamás a las voces ultra-modificadas en cuanto a pitch que habitaban los coros y estribillos de ciertos discos ochenteros, pero imagino que nadie pretende que a día de hoy STRYPER suenen como en 1986.

La banda destripó con absoluta maestría discos como “Yellow and Black Attack”, del que sonaron “Loud N’ Clear” y “Loving You”, provocando en el público una sensación de retroceso en el tiempo bastante importante. Y es que no es lo mismo experimentar a STRYPER en el marco de un gran festival como el Lorca Rock ante más de diez mil personas o el Atarfe Vega Rock del 2006 a las 3 de la mañana, como aquel que dice. Ver a STRYPER con buen sonido y en plenas facultades en un local de apenas mil personas es un placer que todo fan del hard rock debe experimentar al menos una vez en la vida si no quiere ir al infierno.

Tras la interpretación de una coreada “Honestly”, llegó la hímnica “Makes Me Wanna Sing”, seguida de un solo de guitarra del siempre efectivo Oz Fox. Algo más discretito que en apariciones anteriores, donde soltó auténticos monólogos en castellano, el guitarrista dio en apenas un par de minutos una lección de velocidad, melodía y saber hacer con su instrumento, siendo el único espacio solista de la noche. Robert Sweet, por su parte, disfrutó durante todo el show dejandole ver a la gente su estilo con su kit de batería de situación lateral, demostrando que no hacen falta solos para dejar claras las habilidades.

Tras apenas cuarenta minutos de show, la banda encaró una recta final que llegó cuando apenas llevaban una hora en escena, tras interpretar “Open Your Eyes”, “Calling On You”, “Free” y “Soldiers Under Command”. Si bien es cierto que ya habían agotado una buena parte de sus cartuchos clásicos, no era de recibo que los americanos se marcharan tan rapido del escenario. Aun quedaba un ratito para que su marcha fuera definitiva, así que volvieron para tocar “To Hell With The Devil”, “Winter Wonderland” y finalmente “Come On Rock”.

En cualquier caso, una hora y veinte minutos de concierto – si llega- es algo un poco justo para una banda que se dejó alguna que otra joya en el tintero como “Keep The fire Burning”. No obstante, la mayoría de temas esperados estuvieron ahí y eso justifica los 25 euros pagados por casi 1000 personas que abarrotaban la sala hasta los topes, incluyendo el segundo piso de la misma. Y es que cuando hay ganas de ver a un grupo, como sucedió recientemente con TESLA, se nota. Y a STRYPER había muchas ganas de verlos.

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Heavencross Records

Asistentes:1000

Día:13/11/2007

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9