Accidentada velada la que íbamos a vivir este viernes cualquiera del mes de
abril. Si bien la mini gira de STRAVAGANZZA no ha estado cosechando un éxito
arrollador en cuanto a público, sí que estaba sorprendiendo a propios y extraños
con su propuesta y nivel musical. Así pues, fueron relativamente pocos pero
selectos y entregados los fans que se plantaron a las puertas de la sala Metalzone
para seguir de cerca las hazañas de Leo y compañía.

Los primeros en saltar a escena serían los barceloneses INSIGHT, que pese a
no haber tenido la oportunidad de probar sonido en condiciones y haber sufrido
alguna que otra desavenencia con una parte del personal implicado supieron llevar
a cabo un show que funcionó a las mil maravillas. Si bien hasta ese momento
no había escuchado prácticamente nada de esta banda su directo me sorprendió
muy gratamente. ¿Las razones básicas? Su “collage” de propuestas musicales y
su calidad tanto a la hora de darles forma en escena como en cuanto a su notable
técnica. No todos los grupos poseen la gracia o la sabiduría musical suficiente
como para pasar del heavy al death teniendo tiempo para hacer una visita al
power o al nu metal en una misma canción. Muy buena nota para este grupo barcelonés
que, no en vano, ya posee en su haber el honor de haber teloneado a grupos como
AVALANCH o haber ganado el concurso de AHME. Garra, imaginación, técnica y ganas
fueron los comunes denominadores a lo largo de los pocos temas que duró el show.
No os perdáis la oportunidad de verlos en directo el 21 de Mayo en el Metal
Circus Fest, donde tendrán algo más de tiempo para mostrarnos cómo las gastan.
A no perderlos de vista.

La verdad es que debido a un cúmulo de desafortunadas casualidades la sala
había abierto tarde sus puertas, por lo cual ya desde un principio los ánimos
estaban un poco caldeados y el ambiente enrarecido, sensación que se alargaría
hasta altas horas de la madrugada a la par que daría cobijo a unos conciertos
que, de la misma manera, se extenderían hasta mucho más allá de lo que estaba
previsto en un principio. Ajenos a estos pequeños inconvenientes, EBONY ARK
llegaron a Barcelona para convencer… y convencieron. Lo cierto es que el grupo
sonó bastante más potente de lo que suena en disco, en gran parte gracias a
una mezcla donde la dureza de las guitarras se erigió como elemento dominante,
con permiso de la voz de Beatriz. Uno a uno fueron desgranando los temas de
“Decoder”, que por lo visto consiguieron calar hondo entre un público que se
fue animando a medida que sonaban una tras otra las composiciones de la banda.
Su propuesta musical también me resultó verdaderamente seductora: un heavy metal
con bastantes matices y una pragmática elogiable. Potentes y compactos, me parecen
una de las mejores bandas españolas del estilo. Quizá también me causaron tan
buena impresión porque realmente no me esperaba nada en especial de su directo.
Quien sabe. Lo que sí está claro es que lo que allí pudimos presenciar: cómo
la voz de Beatriz logró cautivar a un público que vibró al comprobar la maestría
con la cual lideraba el barco conducido con tesón por sus compañeros. Bravo
por ellos.

Comenzaron a pasar los minutos, minutos demasiado largos que incluso juraría
que rozaron la hora. Y con ello más nerviosismo y tensión, pero en muchos casos
más por las incomodidades que estábamos sufriendo (sobretodo por lo tarde que
era) que no por la emoción de poder ver a STRAVAGANZZA en directo por primera
vez, que suficiente razón para estar expectante ya era. De golpe comencé a darme
cuenta de que se había producido una injusticia: los clientes de la sala que
venían a la sesión de discoteca metal habitual tras los conciertos ya habían
comenzado a entrar; de tal modo, dos tipos de personas iban a poder presenciar
la actuación de los madrileños: los que habían pagado 15 euros y los que habían
pagado 7 y además tenían consumición. ¿Injusto?

Cuando los pipas y componentes del grupo salieron a intentar situar los candelabros
con sus correspondientes velas encendidas tuve la ocasión de comprobar cómo
aquello se tambaleaba de lo lindo, por lo que a dúo con las llamativas cortinas
que envuelven el escenario de la sala Metalzone se empezaron a escuchar como
susurros en el ambiente que decían algo así como “Espero que hayais visto donde
están las salidas de emergencia, porque os va a tocar salir por patas”. Milagrosamente,
aquello aguantó durante toda la actuación y finalmente no tuvimos que lamentar
ninguna desgracia… o eso parece.

Al poco tiempo de empezar a escucharse unos acoples y ruidos ensordecedores
que nos hacían presagiar que aquello iba a explotar salieron a escena Leo y
los suyos para dar comienzo al show. Durante los dos primeros temas, el festival
de acoples fue constante, pero luego la cosa mejoró un poco y el equipo de sonido
aguantó lo justo (aunque siempre al límite) hasta que hacia el final el grupo
tuvo que ver como su espectáculo era interrumpido. Pepe Herrero, Dani, Edu,
Leo y un violinista que no me esperaba encontrar sobre el escenario y que por
lo visto les acompaña en la actual gira iniciaron su extravagante ritual de
la mano de una de las composiciones de su última obra de estudio. Si bien el
primer disco de la banda me pareció impresionante, el segundo redondo que ahora
se están encargando de presentar me ha parecido, pese a contener algunos grandes
temas, ostensiblemente inferior; por ello, si bien cortes como “Miedo” o “Esperanza”
sonaron potentes y bastante resultones en directo, sería con composiciones como
la delicada “Oveja Negra” o la muy ambiental “Mi tempestad” (en la cual Leo
también tocaría la guitarra) con las que un servidor sintió la más agradables
sensaciones. A pesar de la gran labor de todos los componentes de la banda,
quedó en evidencia que Leo es el amo y señor del escenario desde que la banda
pisa la escena por primera vez. Evidentemente tablas no le faltan al cantante
de SARATOGA, que supo como mantener la atención del público en general a la
hora de ejercer su labor de frontman y conseguir que el sector femenino le gritara
un poco de todo, especialmente algunas que otras palabras subidas de tono. Me
pregunto cuántas de esas jovencitas habían venido por la música y cuántas habían
venido a ver el torso desnudo del cantante. En cuanto al resto de los instrumentistas
destacar la labor de Dani (uno de los mejores baterías españoles, que no abundan),
que se encargó de fabricar con su máquina los potentes ritmos que darían el
contrapunto a las refinadas y agudas tesituras de Leo, consiguiendo así construir
el puente por el cuál la guitarra de Pepe, el bajo de Edu y las orquestaciones
se ocuparían de las demás virguerías.

Asimismo, cabe no menospreciar la labor del músico que llevan de gira para
las teclas (para el disco todas estas partes son interpretadas por Pepe) ni
la de el violinista, que con su quehacer logra dar profundidad al sonido, logrando
que las múltiples orquestaciones pregrabadas no hagan perder la sensación de
música en directo, acercándonos más una parte de dichas ornamentaciones a un
plano real, cosa que se agradece.

Como he comentado antes, el concierto había comenzado bastante tarde y mucha
de la gente que había entrado en la sala motivada por la discoteca metal que
se celebraría a continuación comenzaba a impacientarse, hecho que se tradujo
en un desenlace drástico. Ante el caso omiso de la banda ante las peticiones
por parte de los propietarios de la sala de que terminaran su actuación, éstos
últimos decidieron, primero, apagar las luces del escenario, por lo cual el
tema que sonaría a continuación comenzó a interpretarse totalmente a oscuras.
A continuación, el micro de Leo fue desconectado, ante lo que el frontman nos
obsequió con un buen grito de los suyos “a capella”, pues, en ese momento, la
banda ya había parado de tocar. Dejó de sonar cualquier cosa audible por la
P,A, y el público comenzó a corear “Metalzone hijos de puta” y “Esta sala la
vamos a quemar”, hecho que provocó que volviera a fijarme donde estaba la salida
de emergencia, por si acaso a unos cuantos se les ocurría cumplir su promesa.
La banda bajó del escenario y empezaron a discutir entre ellos y con los encargados
de la sala ante el griterío y el disgusto del público. Al cabo de un par de
minutos Dani volvió a subir al escenario para descargar su furia mediante un
potente solo de batería con la microfonía desenchufada. Finalmente grupo y responsables
salieron fuera de la local y en medio de la discusión comenzaron a liarse a
puñetazo limpio los miembros de la sala con los componentes de STRAVAGANZZA
y el tour manager. Incluso la cantante de EBONY ARK apareció en medio de la
pelea para salir despedida en poco tiempo. En fin…

Sin meterme mucho en el ajo, tan sólo comentaré que por lo visto la sala no
pudo aportar algunas de las cosas que la banda había reclamado para la actuación
(a causa de un imprevisto no pudieron aportar compresores en condiciones) y
el grupo, por su parte, también había tenido algunos problemillas con los horarios
de llegada a la sala y otros aspectos, por lo cual la tensión ya venía de lejos.
¿Culpas? Por ambas partes, o por ninguna de ellas. Estas cosas pasan. Pero eso
de terminar a tortazo limpio… más bien podría haberse evitado.

En al aspecto musical, decir que es curioso comprobar como bandas que presentan
un nivel ciertamente más elevado que la media española van dirigidas a un público
minoritario, concentrándose la masa en otro tipo de agrupaciones de mayor anclaje
estándar. Y no entraré a valorar en las causas de por qué las bandas nacionales
que nos salvan de la mediocridad están aquí y el público está allí. Tanto STRAVAGANZZA
como EBONY ARK como INSIGHT resulta que, miren por dónde, son tres agrupaciones
con un estilo bastante personal, que se encuentran al otro extremo de la “amenaza
de los clones” y que estoy bastante seguro de que si tuvieran una distribución
más allá de nuestras fronteras causarían más impacto del que están causando
aquí (sobretodo STRAVAGANZZA e INSIGHT). Ahí queda eso.

Texto y Fotos: Penumbra

Datos:Metal Zone
Barcelona
Promotor: AHME
Publico: 130 personas

Día:22/04/2005

Puntuación:8