Abril se nos presenta con una agenda de conciertos a los que es imprescindible asistir. En esta ocasión las inmediaciones de la Sala Arena en Madrid ya hacían preveer que algo grande se cocía en su interior: una mezcla de estilos con sabor nórdico, Stratovarius y Amaranthe.

La velada comenzaba con un pequeño retraso debido a la pérdida de la mezcla de los teloneros Seven Kingdoms, que tuvieron que hacer una rapidísima prueba de sonido mientras no perdían la sonrisa para arrancar con After The Fall, canción que, como era de esperar, sirvió para realizar los últimos ajustes. Algo sosos resultaron sobre las tablas, con una Sabrina Valentine más centrada en cantar que en moverse, no así como sus compañeros Candem Cruz y Kevin Byrd (a las guitarras) y Aaron Sluss (al bajo) algo más entregados. Canciones como Flame Of Olympus o The King in The North levantaron al público, que todavía frío se comenzaba a agolpar en las primeras filas.

Tras un breve cambio de Backline y tras oírse la mítica melodía de las películas de Universal Studios, los suecos Amaranthe saltaron al escenario escuchándose los primeros vítores. Con dos discos únicamente en el mercado (el primero homónimo y el segundo llamado The Nexus) han conseguido tener no solamente buenas críticas, si no hordas de fans que les siguen allá donde vayan. Madrid no se quedó atrás, mostrando desde el minuto uno un feedback que más de una emoción consiguió sacar en los suecos. Invincible (de su nuevo disco) abrió con una Elize que aún estando enferma y habiendo tenido que ser sustituida días antes de su visita a España, demostró unas grandes dotes vocales con gran esfuerzo pero control a su vez.

Continuaron con Leave Everything Behind, 1.000.000 Lightyears y Enter the Maze, con un sonido perfecto mejorando incluso las producciones de sus álbumes (que de por sí ya son espectaculares) pero con una iluminación de lo más desastrosa, incluso peor que la de los teloneros y ya es decir. Tras este inciso, Serendipity dio paso a My Transition para volver de nuevo a su último álbum con Infinity. Era el momento de un pequeño break con un solo de batería que sonó algo monótono.

En pleno epicentro de su setlist y centrados en su nuevo disco, Burn With Me junto con Mechanical Illusion desataron los problemas en el micrófono de Elize y Jake que perdía por segundos la señal, problema que se solucionó en It´s all about me. Jake junto con el bajista  Johan fueron los auténticos protagonistas de la velada, no dando un respiro y siendo especialmente comunicativos con el público.

Una vez llegados a este punto, el concierto creció en intensidad, miraras donde miraras veías saltos, gente cantando como si le fuera la vida en ello, gente emocionada… The Nexus y Afterlife fueron precisamente las encargadas de abrir esta nueva etapa pero sin duda la palma se la llevó Amaranthine, con una Elize que se lució demostrándonos su rango vocal, dejándonos incluso boquiabiertos con la emotividad de su interpretación. Pero todo lo bueno se acaba y justo en el momento en el que más compenetrados estaba la banda y cuando el público se volcó más, llego el final con tres temas míticos (si es que los podemos llamar míticos debido a la poca vida de la banda): Call Out my Name, Automatic y Hunger desatando directamente la locura en la Sala Arena.

Tras un señor conciertazo de los suecos, los fineses Stratovarius no lo tuvieron en absoluto fácil, pero Timo Kotipelto y los suyos, cuando quieren, hacen conciertos memorables. Apoyados por un gran sonido y por de nuevo una iluminación horrible (unas mezclas de colores de lo más feo que he visto en mi vida) saltaron a las tablas a las primeras notas de Abandon de su nuevo disco publicado en Febrero: Nemesis. Si había visto a un público entregado con Amaranthe, en Stratovarius directamente reinó el histerismo.

Ya con la primera canción vimos a un Kotipelto que nada se reservó en su papel de vocalista, con Speed Of Light nos lo dejó completamente claro, en esta ocasión no se iban a andar con remilgos, mostrándonos una banda que se dejó toda a energía sobre el escenario. Así sí da gusto verles. Enlazaron con Halcyon Days (también de su nuevo trabajo) para dar paso a la canción más floja en cuanto a interpretación de la noche: Eternity. Pese a haber caído un poco, retomaron las riendas con Dragons para dejarnos boquiabiertos en el solo de Rolf Pilve (normalmente bastante comedido) completamente desinhibido dándonos un show lleno de breaks y doble bombo.

Tras este pequeño descanso, la segunda etapa del concierto daba comienzo con Eagle Heart y la fabulosa Fantasy, donde Lauri Porra nos deleitó con su impecable actitud en cuanto a animación se refiere, levantando al público continuamente y creando más de una situación graciosa con sus idas y venidas. Realmente vimos una lucha de titanes sobre el escenario (por un lado Lauri y por otro Timo) para animar a un ya más que incandescente público. Y digo incandescente porque la Sala estalló directamente con Destiny junto con Black Diamond que estuvo precedida por un solo de teclado a manos de Jens Johansson.

Tras ello era el momento de los bises, Unbreakable coreada a más no poder y que obtuvo el mejor sonido de la noche e If the Story is Over. Pero ahí no terminaron, después de los típicos agradecimientos nos quedaba la gran Hunting High and Low, dejándonos con la miel en los labios esperando ver más de los fineses teniendo en cuenta que Amaranthe habían tocado un setlist más extenso. Sin embargo, nuestras ganas se disiparon a la misma velocidad que extrañabamos canciones como Stratosphere o Winter Skies y valorando la gran noche que nos habían dado todos y cada uno de los grupos.

Texto y Fotos: Laura de Vicente

Promotor:Rock N Rock

Asistentes:500

Día:06/04/2013

Sala:Arena

Ciudad:Madrid

Puntuación:9