Es increíble y admirable que hoy en día se siga apostando por grupos con una trayectoria tan corta como los del concierto del pasado miércoles. Tres grupos con sólo un disco a sus espaldas a los que poco más les hizo falta para hacernos disfrutar durante un par de horas en la capital.

A las diez de la noche ya éramos unos cuantos en la puerta de la sala, sin muchas expectativas en cuanto a la asistencia, pero eso sí, con ganas. Y aún tuvimos que esperar a que a las once y poco abrieran las puertas, con el público esta vez algo más numeroso.

Tras las pruebas de sonido pertinentes en la que muchos decidimos echar un ojo al merchandising de las bandas (casi todos se querían llevar algo de los americanos) y unos minutos después empezaron a sonar los madrileños TOTËMWOLF. Consiguieron un concierto muy de su estilo, sucio y agresivo, pero no causaron mucho entusiasmo. En media hora tocaron algunos temas de su disco homónimo como «Brains Defeated», «Alcoholic Messiah» o «Satanik Yonkis».

Los siguientes en subir al escenario fueron MANIAC, también de Madrid, y que con un sonido algo mejor pusieron a punto a la mayoría de asistentes. Una banda con un gran directo que seguramente les hizo ganar más de un seguidor. El setlist fue bastante completo, mezclando canciones de su disco «Black Legion» con otras de la demo del año anterior, y con los dos temas del split con TEMPESTA. Uno a uno se iban sucediendo los temas de thrash metal dejando muy buen sabor de boca. «Death or Winter», «Straight Out to Hell», «Lobotomicide», «Black Legion»… hasta acabar con «Phantom» y «Rising Hell», concluyendo un concierto muy a la altura de lo que nos quedaba por ver.

Y aquí viene la mejor parte, con elogios y quejas tanto para el concierto en general como para los cabezas de cartel en particular. Aún con el retraso que había tenido el concierto, el público no aumentó mucho desde el bolo de Totëmwolf, quedándonos algo más de cincuenta personas en la sala (tal vez, siendo generosos). A pesar de eso el ambiente fue mejorando desde el principio y a estas alturas de la noche había muchísima energía para recibir a los americanos.

Por otro lado, ya toca hablar del sonido del concierto. Puede que no sean unos grupos que necesiten un sonido limpio y claro, pero un poco más de calidad no hubiera estado de más. No me refiero a que no se oiga ni un micro chirriando cuando acaba una canción, pero tal vez que las voces se oyeran algo más por encima de las guitarras, o que el bajo no tapara los punteos de la guitarra. Está claro que no se puede pedir un sonido impecable a una sala «pequeña» y a unos equipos humildes, además que el sonido sucio tiene su encanto en este estilo, pero un poco más de calidad habría sido bien recibida.

Dejando a un lado la parte mala, pasada de lejos la media noche le llegaba el turno a los protagonistas. SPEEDWOLF, desde que sacó su único disco en 2011, se ha ido haciendo hueco entre los seguidores del thrash y speed metal, tocando con grupos de la talla de Destruction, Napalm Death, Exhumed o Toxic Holocaust. Este año por primera vez encabezaban una gira europea y para estos tiempos y con tan poca trayectoria se puede considerar un éxito.

Igual que el disco «Ride With Death», abrieron el concierto con «Speedwolf» y «Up All Night», que consiguieron que la gente empezara a concentrarse en el escenario. Siguieron «I’m Beggin for Cocaine» y «1% From Hell», temas que formarán parte del segundo disco, y con los que dejan pistas de que seguirá viéndose el interés por las motos y la velocidad.

Con las siguientes canciones, «Out on Bail», «Never Twice» y «Time to Annihilate». el público ya estaba haciendo pogo y moviendo la cabeza cada segundo. Y desde aquí hasta el final la intensidad solo pudo subir, con los cinco temas que dejaron para el final.»I Can’t Die» y «I am the Demon» fueron las que precedieron a la locura, que tras una parada y unas palabras de presentación, nos trajo la esperada «Denver 666». Como dije, a pesar de las pocas personas que éramos, el ambiente era indiscutible, con unos últimos minutos de euforia de algunos que presentían el final del bolo y que entre pogo y saltos del escenario superaron por mucho la energía de los músicos.

Como se esperaba y para confirmar que merecen todas sus comparaciones con una de las bandas mas grandes de la historia, tocaron «Iron Fist», eso sí, algo más rápido. Tras acabar se bajaron del escenario, y prácticamente sólo hizo falta un par de «play one more!» para que se subieran y dieran por finalizada la actuación con «Breaking Down».

Así, a eso de la una y cuarto, hora de salir de fiesta si no fuera miércoles, acabó un concierto bastante bueno, que dejó muchas expectativas para el segundo disco, y ganas de volver a verles en el futuro.

Texto y fotos: Andrea Domínguez

Asistentes:50

Hora:23:00

Sala:Wurlitzer Ballroom

Ciudad:Madrid

Puntuación:7