SOULFLY+iNCITE
Un Domingo en Febrero, con el sector estudiantil en plenos exámenes, no parece la fecha más apropiada para un concierto, pero una vez más, la lógica no sirve de nada en este asunto. SOULFLY volvía a la península, en lo que parece ser ya una parada obligada cada año para Max Cavalera. Ya sea en festivales o en giras propias, con CAVALERA CONSPIRACY o SOULFLY, el caso es visitarnos de vez en cuando sin que pase mucho tiempo. Y lo que podría ser un arma de doble filo, que es la asiduidad de sus presencias en España, no resultó ser así, consiguiendo una más que buena entrada.
Con algo de retraso respecto al horario previsto, se abrieron las puertas de la sala, para no mucho después salir a escena INCITE, teloneros desconocidos que intentaron caldear el ambiente con su propuesta. Nada nuevo ni del otro mundo, pero ante la falta de originalidad, ganas no les faltaron; y de hecho, consiguieron su cometido, que era preparar el terreno a Soulfly. Ante el desconocimiento del grupo, poco más que sus tres temas expuestos en myspace pude distinguir. Metal, a secas, sin concesión vocal a la melodía, y cercano a grupos como LAMB OF GOD y sucedáneos, sin llegar ni por asomo (de momento) a un nivel siquiera cercano. Lo que queda claro es que su vocalista, Richie, tiene de quien aprender, y el apellido Cavalera seguro que le ayuda. Ya no sale a cantar algún tema con su padre como ya hemos podido ver en anteriores visitas como ocurría antes, sino que tiene su propio concierto antes; pasito a paso, tiene ya bastante camino ganado.
El grupo del señor Cavalera si cumplió su hora prevista de salida. A las diez de la noche sonaba «Blood Fire War Hate» con Max ocultando su rostro tras una máscara, y terminando el tema con un corto pasaje de «Sanctuary». Desde ese momento, pocas concesiones a la tranquilidad en su cerca de hora y media de concierto. Lo normal cuando se ha visto ya a un grupo como SOULFLY es saber lo que vas a ver: canciones rápidas, muchas parecidas entre sí, a Max dándose baños de multitudes, una tamborrada, a Rizzo luciéndose con su guitarra… y algunos temas de SEPULTURA.
Porque, por mucho que pese, tanto a Max Cavalera como a algunos de sus seguidores, la losa de su grupo original sigue siendo pesada, y las comparaciones y rumores de reunión estarán ahí siempre. Más aún si cada vez que toca alguno de esos temas, la gente se vuelve loca; más loca que con los propios de Soulfly. Y así pasó con «Refuse/Resist», «Innerself» y «Roots Bloody Roots». Y no es por desmerecer los temas de SOULFLY, porque los hay bastante buenos. «Prophecy», «Back To The Primitive», «Seek n» Strike»… mucha tralla para empezar, y mucha la que siguió después. Max en su línea, desentendiéndose buena parte del concierto de su guitarra, dando protagonismo en ese aspecto a Marc Rizzo, que incluso se marcó un solo con su guitarra de doble mástil; por el otro lado, Bobby Burns dinámico, y Joe Nunez muy comunicativo con el público, teniendo su momento de gloria incitando a gritar al público tras su bombo.
Es de agradecer que el grupo toque algunos temas más olvidados, e incluso estrenen en esta gira «Red War», del proyecto paralelo de Dave Grohl junto a diferentes cantantes de metal, PROBOT. De hecho, los temas antiguos son bastante mejores que casi cualquiera de los de «Conquer», su última entrega, que al fin y al cabo, es más de lo mismo que llevan haciendo estos diez últimos años; aún así, de todas ellas, aparte de con la que abrieron, me quedo con «Unleash», tocada cerca del final del show. Pero son ya cinco discos en este tiempo, y son muchos los temas donde se puede elegir el mejor setlist; aunque eso traiga consecuencias negativas (como siempre) respecto a la elección, echando en falta algunos temas como «Babylon», «Bleed», «Enter Faith», o la más que olvidada «No Hope No Fear». A pesar de los pesares, «I And I», «Molotov» o «Mars» se encargaron de mantener el listón alto.
Como dije más arriba, los únicos momentos de descanso fueron por un lado la habitual tamborrada donde todo el grupo se pone a dar a sus respectivos tambores, subiendo de nuevo a un chico del público; y por otro, el solo de Rizzo, aunque también se podría contar el alarde del grupo a la hora de decir cualquier insulto en español. Entre medias, más de lo mismo, tralla, golpes y mosh entre el público, e incluso el lujo de, al final de «Last Of The Mohicans», enlazar con el riff principal de «Raining Blood» de SLAYER. El final, como suele ser habitual, con dos himnos. Por un lado, de SEPULTURA, con la inevitable «Roots Bloody Roots», y por otro, tras una breve retirada del escenario, «Eye For An Eye».
En definitiva, un concierto previsible, con un sonido que podría haber sido mejor, pero que al fin y al cabo, en términos generales, aprobó con buena nota. Como dato negativo, no entiendo la manera tan fría de retirarse del grupo, con Max a la cabeza (no creo que tuviera prisa por cambiarse de camiseta, ya que lo hizo seis veces en mitad de la actuación), dejando a sus músicos solos para rematar la faena con algunas notas de «Creeping Death» de Metallica, otra cosa que ya deberían cambiar. Pero ya se sabe que a veces mas vale malo conocido…
Texto y fotos: Varo (varo@themetalcircus.com)
Promotor:Last Tour International
Asistentes:600
Día:15/02/2009
Hora:21:00
Sala:Heineken
Ciudad:Madrid
Puntuación:7
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