Un martes cualquiera y con muchas entradas de regalo en nuestra web hacían prever que esta visita de Soulfly iba a ser un pinchazo importante, pero Barcelona respondió a la llamada de los cariocas más internacionales. Había ganas de ver a Max y a sus Soulfly. Las pintas de los asistentes eran inequívocas de que el mayor de los Cavalera venía a la Ciudad Condal. Camisetas de Sepultura, de los propios Soulfly y hasta de Nailbomb, así como rastas largas y cuidadas escudadas por camisetas de la canarinha.

Incite caldearon bien el ambiente y la verdad es que fueron una banda ideal en sonido y propuesta para abrir boca. Las banderas brasileñas estaban sobre los amplis y cuando sonó la introducción de “Blood Fire War and Hate” la sala se vino a bajo. Las primeras pilas se amontonaban y saltaban al son de los guitarrazos de Max y el combo.

“Prophecy” precedió a ese ya clásico llamado “Primitive”, toda una continuación del sonido conseguido en el “Roots” y muy deudor del “Rattamahatta”, que por cierto, esa noche no iba a caer. La banda que acompaña a Max iba enchufada y ejecutaba esos riffs demoledores a la perfección. El sonido quizá estaba excesivamente alto pero la contundencia de su propuesta bien lo valía.

Siguieron con “Seek and Strike” y con “Downstroy”, en los que el guitarrista Rizzo se lucía con su buen hacer pero también con alguna que otra patada al aire estilo capoirea. Su destreza en los solos es digna de mención. “Umbabarauma” es ya todo un pedazo de historia, perteneciente a su primer larga duración hace ya muchos años. Max tiene siempre detallitos que suelen pasar desapercibidos pero que reflejan su apoyo a otras bandas que ama. Así pues le vimos lucir camisetas de Napalm Death, concretamente del “Scum”, así como la de los propios Incite. También en el terreno musical se tocó el riff de “South of Heaven” y ya en el final harían sonar el de “Creeping Death” de Metallica.

Otra importante como “Mars” precedió a uno de los momentos más esperados: “Refuse/Resist” de Sepultura, que hizo botar de lo lindo a los presentes. Las estructuras de madera del Apolo temblaron por momentos. No era para menos, el 80% de los que asistían esperaban que Soulfly tiraran de su pasado histórico.

“Doom” dio muestras de que su nuevo disco vale mucho la pena. La verdad es que en muchos de los temas Soulfly beben de unas fuentes muy evidentes. Sepultura son obviamente el punto de incio, también esos ritmos tribales de la etapa “Roots” pero hay muchos momentos que llegan a sonar como Slayer (con la diferencia obvia de las guitarras), pero también hubo algún tema que parece un homenaje a Anthrax.

El ritmo era de piñón fijo, y a pesar de los “holas” y saludos varios la banda seguía descargando tema tras tema sin dar tregua. Hubo un solo por parte de Rizzo con una guitarra de doble mástil de la que Max decía que tocaba flamenco. Desgraciadamente dicha superguitarra no sonaba, así que del solo escuchamos apenas la mitad del prometido solo.

La sorpresa (monumental para mí) fue la inclusión del “Red War” del proyecto Probot de Dave Grohl, todo un regalo. Siguieron con “Molotov” y “Fall of Sychophants” de su última entrega. El crowd surfing y algún que otro espontáneo que subió a las tablas dieron colorido y fueron ingredientes que todos esperábamos en un recital de Soulfly. Otro de esos grandes detalles fue la batukada en la que sacaron todos instrumentos de percusión. No les quedó tan espectacular como la que conseguían Angra ya hace unos años pero es todo un detallazo.

“Unleash” marcó ya la recta final de la velada con otro regalazo para los “sepultureros”: “Inner Self”, otra joya digna de enmarcar que volvió a calentar la sala. Cerrando la velada la inevitable “Roots, Bloody Roots”, que supuso la fiesta absoluta y fue sin lugar a dudas el momento de la noche. Y ya en la despedida ese temazo llamado “Eye for an Eye” que el tiempo ha puesto al nivel de los clásicos de su anterior banda.

Buen concierto a pesar de que había muchas opiniones críticas sobre los conciertos de esta gira. Quizá hubiésemos preferido que ahondara más en su legado de Sepultura o que la hora y veinte de concierto se pudiera alargar, pero visto lo visto Soulfly mantienen un gran nivel sobre las tablas, incluso bastante superior a lo que son Sepultura hoy en día.

Desconozco si en un futuro próximo terminarán reuniéndose, supongo que el tiempo y el dinero terminarán por lograrlo, pero es una lástima que esta gente sigan separados. Si Soulfly es capaz de llenar el Apolo, imaginad lo que conseguiría Sepultura con la formación origiunal. Por cierto, los conciertos de Sepultura a finales de los 90 son de las experiencias más salvajes que se recuerdan por Barcelona…

Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Last Tour International

Asistentes:900

Día:17/02/2009

Hora:22:10

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Teloneros:INCITE

Puntuación:8