Todos los Sonisphere que se han celebrado en nuestro país han tenido ciertas diferencias. Teniendo en cuenta el casi binomio METALLICA-IRON MAIDEN a la hora de encabezarlo (exceptuando la no menos destacable edición donde FAITH NO MORE y RAMMSTEIN fueron los principales actores), estas cinco ediciones nos han dejado más cosas buenas que malas. Quizás fueron muchos los entrecejos que se arrugaron cuando se anunció dos jornadas pero en dos ciudades distintas, ¿quién sabe?. Muchas serán las opiniones en contra y otras tanto a favor, pero no es menos cierto que la sensación de este año era que el Sonisphere se había convertido en un concierto de IRON MAIDEN con muchos teloneros, más que en un festival en sí. Sin jornadas intensas donde buscar fuerzas de donde sea, sin zonas de acampada…Cierto, el aroma de festival tal y como estábamos acostumbrados se diluyó por completo. Pero no por ello, el cartel dejaba de ser atractivo. Sí, de nuevo IRON MAIDEN eran los protagonistas, pero ya sabemos todos que en esta ocasión los británicos venían bajo el manto de “Maiden England”, recuperando la esencia de aquella maravillosa gira en la que presentaban “Seventh Son Of A Seventh Son”, uno de los mejores discos para quien suscribe estas líneas. Aunque no adelantemos acontecimientos, iremos metiéndonos de lleno y de forma más detallada en cada crónica de las bandas participantes.

En el caso de Madrid, este año el recinto elegido fue el Auditorio Miguel Ríos situado en la localidad de Rivas Vaciamadrid. De entrada, solo había que echar una visual para contemplar que era un recinto perfecto para la celebración de un festival. En ningún momento se vivió situaciones de agobio, y la amplia grada nos facilitaba el descanso sin perder visualidad del escenario. Otro de los puntos muy positivos fueron la gran cantidad de w.c.’s exteriores e interiores. Las largas colas para cumplir con nuestras necesidades fisiológicas eran nulas. Y el aprovisionamiento líquido a través de sus numerosas barras también fue de notable alto. Pocos tiempos de espera había para surtirnos de hidratantes de distinta naturaleza. En cambio, y siendo uno de los pocos puntos negativos de su organización, los puestos de comida no eran muy variados. Ni muy amplios. Obviamente, dependía mucho del momento en los que solicitar sus servicios. Por poner un ejemplo, hacerlo después del concierto de IRON MAIDEN no era lo mismo que hacerlo durante.

El Sonisphere de Madrid también contaba con puestos de merchandise, zonas de descanso para tumbarse donde también había varios dispensadores de tabaco, y una carpa donde Juan Pablo Orduñez, más conocido como El Pirata, pincharía música hasta casi el amanecer. Estaba más que animado tras la última actuación del festival…

De nuevo, para alegría de muchos y para penas de otros, el Black Circle gobernaba el escenario único y principal Clive Burr. Aquí podría haber debate sobre el trato discriminatorio del mismo, sobre lo triste que era para ciertas bandas verlo un tanto despoblado y ver que el grosso de la audiencia se situaba a varias decenas de metros atrás… Todo ello se podría discutir. Y también se podría hablar de la picaresca que nos caracteriza, acompañado de la manga ancha de los miembros de seguridad para su libre entrada en alguna que otra actuación. El caso es que ahí estaba, para bien o para mal.

Por lo demás, muy pocos peros se le pueden poner a la organización. Unos pequeños retrasos en los horarios que hicieron que Tobias Sammet y los suyos, que cerraban esta jornada única, demorasen más su salida, y un nivel de sonido general que, debido al intenso viento hacía que en según qué partes del recinto, se percibiera mejor o peor. Y en según qué actuación, fue más notorio que en otras. Habrá miles de detalles que comentar, pero como siempre, son más de índole personal. Cada persona vive un concierto o un festival de forma muy distinta, y no iba a ser menos en esta ocasión. Eso sí, el frío que nos invadió fue inesperado. Cada uno combatió este destemple como buenamente pudo. Lo cierto es que estas bajas temperaturas cortaron los ánimos y las ganas de jolgorio. Era algo que nadie deseaba. Pero ya se sabe, no se puede luchar contra la climatología.

Sin más dilación, pasamos a describir lo que siempre es lo más importante de cada festival. Las actuaciones de los grupos que forman el cartel.

Satur Romero

VOODOO SIX  (6/10)

Difícil papeleta la de los británicos. Abrir esta edición del Sonisphere a la hora de la siesta les hizo un flaco favor en cuanto a número de público se refiere. Aún así, defendieron con uñas y dientes y con muchas ganas, la presentación en nuestras tierras de su nuevo trabajo “Songs To Invade Countries To”, que por suerte o por desgracia, se ponía a la venta esta misma semana. La única banda con tintes hard rock en su sonido de todo el festival, intentó por todos los medios convertir los contras en virtudes, y el público asistente les ofreció todo su apoyo viendo su entusiasmo. Arrancaron con “Falling Skies” y con su tema single “Sink Or Swim” comenzaron a conectar con el escaso público. No olvidaron su anterior trabajo “Fluke?”, siendo “Long Way From Home” la elegida para su cierre. Solvente actuación de los londinenses con un gran vocalista como Luke Purdie al frente, pero bastante deslucida por los motivos ya citados. Eso sí, visto lo visto, el sol y el calor reinante, fueron sus inesperados aliados.

Satur Romero

OCTOBER FILE (6/10)

No era la actuación de los segundos británicos de la tarde de las más esperadas del día. Seamos sinceros. Su difícil mezcla de estilos, que ellos definen como post-punk, no es de fácil digestión, y bastante tiempo han estado parados sin publicar nada nuevo. Discos en directos han sido sus últimos lanzamientos, y varios años en el dique seco para una banda es mucho tiempo.  Aún así, salieron con muchas ganas mostrándose en directo una banda mucho más dinámica de lo que se esperaba. Como a muchas otras bandas del festival, la calidad del sonido no jugó a su favor, y el público no era ni por asomo mucho más numeroso que durante la anterior actuación. OCTOBER FILE fueron directos al grano, con fuerza y garra, y poco a poco fueron calentando el ambiente hasta conseguir una buena respuesta. La poderosa y pegadiza "Falter" y “Isolation” fueron sus descargas más destacadas.

Satur Romero

RED FANG (6.5)

A nivel personal, la inclusión de los de Portland, era de las más atractivas del cartel. Son esa típica banda a punto de estallar por su calidad, y que poseen un sonido atrayente a la par que innovador en cierta medida. Una bomba de relojería que con su anterior trabajo "Murder the Mountains" mostraron todas sus bondades y del que se espera mucho en un futuro no muy lejano. Por no hablar de sus video clips delirantes y cómicos. Pero miren por dónde, ese dinamismo y locura en escena que uno tiende a imaginarse no se cumplió con total exactitud. No es que le faltaran ganas ni fuerzas, ni tampoco grandes temas en su obligada corta elección, pero su actuación fue más sosa de lo que cabía esperar. Su alarde de originalidad tanto musical como visual se quedó a medias, pero aún así sacaron adelante un show más que notable. Y es que, ¿quién se resiste a seguir el ritmo de “Malverde” o “Into The Eyes”? Y no nos dejemos atrás  “Prehistoric Dog”, de las más potentes y esperadas, y de las que mejor respuesta obtuvo. Deseosos estamos de nuevo material y de más actuaciones. Sin dejarnos un mal sabor de boca, algo faltó. Esperemos que no se queden en ese estado meseta de por vida.

Satur Romero

TIERRA SANTA (6/10)

Eran los riojanos la única representación española en esta edición del Sonisphere. No por ello tenían alguna que otra responsabilidad a sus espaldas, pero no es menos cierto que era una oportunidad de lujo para asentar su regreso con su nuevo trabajo “Mi Nombre Será Leyenda” en el candelero. El caso es que el sonido tampoco fue justo con la banda, y deslució una actuación a la que no le faltó el apoyo de su público incondicional. Su vocalista y guitarrista Ángel sufrió mucho por ello, y en ciertas partes no pudo ocultar su desesperación. Eso sí, son muchos grandes temas los que tienen en su arsenal y siempre es un punto a su favor, y no tardaban mucho en recibir una gran respuesta con  canciones de nueva ornada como “Héroe” o “El Holandés Errante”, al igual que muchos repasos a su pasado de la mano de “Apocalipsis”, “Pegaso” o “Legendario” por poner algún que otro ejemplo. ¿Lo mejor? Ese final con “La Canción del Pirata”. Creo que por primera vez se pudo escuchar las voces del público asistente. Y es que como dijo cierto escritor, TIERRA SANTA han conseguido lo que muchos profesores no pudieron. Que no sean pocos los que se pongan a recitar de pe a pa y al unísono este poema de Espronceda.

Satur Romero

NEWSTED (7/10)

No es ningún secreto que la reputación de Jason Newsted se la debe a METALLICA. Ni que METALLICA le debe mucho a Jason Newsted, tampoco lo olvidemos. Por todo ello, es una figura de la historia del metal que siempre ha sido vanagloriado. Después de abandonar las filas de los de San Francisco, la suerte no ha estado de su lado, y no han cuajado sus proyectos como ECHOBRAIN, ni tampoco terminó de volver a tiempo completo a VOIVOD, pero en vez de echarse atrás, vuelve con más ganas y con su querido metal corriendo por sus venas con esta nueva banda. Escoltado por grandes músicos como Jesus Mendez Jr. (THE NAPOLEON BLOWNAPARTS) a la batería y los guitarristas Jessie Farnsworth y Mike Mushok (STAIND), se presentó el bueno de Jason en nuestro país desde tiempos inmemoriales, y temas como “Heroic”, “Soldierhead” o “As The Crown Flies” fueron cayendo ante un público entusiasta. Y cómo no, ¿quién no esperaba algún flashback?. En “King of the Underdogs” intercaló algunas partes de "Creeping Death", y cerró una más que notable actuación con “Whiplash”. Casi nada. Algo con lo que terminó de enloquecer al público asistente.  Le deseamos la mayor suerte del mundo, y con ese disco debut a las puertas tras la publicación del EP “Metal” (toda una declaración de principios) y con un nivel de directo como el que presenciamos, puede que el viento en esta ocasión sople a su favor.

Satur Romero

GHOST (7.5/10)

Con el sol desapareciendo poco a poco (pero no la claridad), era el turno de que repitieran por segundo año consecutivo los suecos GHOST, con su Papa Emeritus II al frente. El boom mediático en este tiempo ha crecido como la espuma, tanto a nivel mundial como en el caso de nuestro país; sus detractores, también, que no ven en ellos más que un producto efímero que no durará muchos años. Lo innegable es que han sabido atraer la atención de medios y compañeros músicos con una música de lo más simple, anclada en los 70 y con esa imagen tan impactante. Después de que el año pasado estrenaran por aquí sus hábitos blancos, esta vez vinieron con su habitual negro, empezando con la breve instrumental ‘Infestissumam’ (tras la intro de ‘Masked Ball’, siguiendo con ‘Per Aspera ad Inferi’ mientras entraba su vocalista. Su ejecución y puesta en escena, seria, sobria y sin aspavientos. Los únicos, los de Emeritus, que se movía de un lado a otro del escenario, recio, incitando a sus fieles, haciendo reverencias y ocupándose de que las cabezas de sus Nameless Ghouls no quedaran al descubierto por el molesto viento que les quitaba sus capuchas. Su set reducido estuvo dividido a partes iguales entre sus dos trabajos, aunque sorprendió que del primero cayeran temas como ‘Death Knell’ y ‘Stand by Him’ en detrimento de otros. Del segundo, además de los mencionados, las inevitables ‘Secular Haze’ y ‘Year Zero’. Terminarían su peculiar ‘Ritual’ con la sensación de que habiéndoles visto el año pasado algunos tuvimos suficiente, a pesar de traer un nuevo disco bajo el brazo. Siguen siendo una debilidad para mí, pero disfrutar de su ceremonia al aire libre, con ese viento, y sobre todo con la claridad que había, no era la mejor forma de hacerlo. A ver si a su próxima visita es en una sala y no con un cartel en el que siguen sin pegar nada. A oscuras y en un ambiente cerrado y más íntimo ganarán enteros.

Varo

IRON MAIDEN (9/10)

Ser una banda grande hace que todo movimiento pase por un rasero que casi siempre provoca controversia. Algunos no nos terminamos de acostumbrar que IRON MAIDEN salgan a escena luciendo todavía el sol. ¿Por qué? La escenificación pierde mucha parte de su encanto a nivel visual, entre otros motivos. Y más en esta ocasión, donde IRON MAIDEN con esta gira rememorando su mítica gira “Maiden England”, no han escatimado en gastos siendo de los mejores de toda su carrera. Así de claro. Y sí, el nivel de sonido volvió a hacer de las suyas, y sólo pudieron beneficiarse los que se tiraron al “arenal” para darlo todo. Pero bien es cierto que cuando comienza a sonar el “Doctor, doctor” de UFO, nos dejamos llevar por la emoción de los británicos al ritmo de “Moonchild”. Y luego no hay marcha atrás. Todo comienza a rodar, y la banda se muestra totalmente entregada. Con “Can I Play With Madness”, Bruce Dickinson fue sumergiéndonos en un concierto que sólo con su set list ya tenía la partida ganada de antemano. Porque sus clásicos fueron cayendo uno a uno haciéndonos disfrutar de cada minuto. “The Prisioner” y “2 Minutes to Midnight” son canciones que todos llevamos muy adentro, y viendo a los protagonistas de parte de nuestras vidas dándolo todo sobre un escenario, lo cambia todo.

Como siempre, los movimientos de todos sus miembros, incluyendo a Steve Harris ametrallando a la audiencia con su bajo, no hacían más que exaltar los grandes momentos  que se estaban viviendo. Da igual que “Afraid to Shoot Stranger” no tenga sentido en esta gira si se intenta rememorar de forma fidedigna el tour de presentación del “Seventh Son Of A Seventh Son”, esos coros que incitan a la participación del público lo resuelve todo. Y también da igual que una y otra vez Dickinson se vuelva a enfundar una casaca roja y con bandera británica en mano interprete por enésima vez “The Trooper”. La magia de ciertas canciones nunca se pierde.

La noche iba cayendo y la pirotecnia ofrecía más efecto al espectáculo de la mano de “The Number Of The Beast” (con uno de los varios eddies que vino a visitarnos a lo largo de su actuación), una muy bien acogida “Phantom Of The Opera” y “Run To The Hill”, que hizo que nos desgañitáramos hasta más no poder. Con tal elección de canciones es imposible no dejarse llevar. El gran Adrian Smith daba comienzo a “Wasted Years”, una de las interpretaciones más querida de los británicos que gozó de unos de los mejores recibimientos por parte de la audiencia. Pero ese clímax conseguido continúo con “Seventh Son Of A Seventh Son”, con una ejecución perfecta, cuya parte final instrumental hizo saltar las lágrimas de más de uno, acompañado de un Eddie clarividente tomando protagonismo. Soberbio tema que posiblemente fuera de esta gira sería imposible oír. “The Clairvoyant” siguió poniendo en pie de guerra a todo el público asistente, para continuar volviéndolo loco con “Fear Of The Dark”. Otra canción que no encuentra razón de ser dentro de esta gira (¿soy el único que echó de menos “Infinite Dreams”?), pero que presumiblemente se ganarían la apatía de una mayoría si este tema insignia se quedase fuera. Sea la época que sea la que la banda intente recrear. Y antes de los bises, “Iron Maiden”, con otro espectacular Eddie en escena, en esta ocasión el de la portada del “Seventh Son Of A  Seventh Son” con bolsa amniótica en movimiento por ese feto que todos creemos conocer. Y es que no me cuesta repetirlo, la puesta en escena de IRON MAIDEN de esta gira es espectacular.

Las palabras de Churchill nos metía de llenos en la recta final a través de una gran “Aces High”. Aunque Dickinson omitiera ciertos agudos, la banda al completo se mostró compacta, sin fisuras. A día de hoy, rinden en escena como una máquina perfectamente engrasada. La calidad siempre está asegurada. “The Evil That Men Do” iba poniendo los puntos sobre las íes, obteniendo otra gran respuesta por los allí congregados. Otro de los temas más esperados donde el público dio el do de pecho vislumbrando un inevitable final en el que “Running Free” fue el adiós definitivo. La ovación fue unánime, pero como decía al principio, IRON MAIDEN siempre tendrán en contra un sector cargado de críticas reforzado en esta ocasión, por las deficiencias de sonido de esta actuación. Es lo que tiene ser una de las bandas más grandes de heavy metal de la historia.

Satur Romero

ANTHRAX (8.5/10)

Tras el concierto de IRON MAIDEN me había quedado a medias. Espectacular visualmente, su actuación no terminó de llenarme. Con ANTHRAX pasó algo parecido, pero con distintos elementos, y encima con un retraso que empezó a aumentar según avanzaba la noche. La mitad de su set, sencillamente perfecto, empezando con los tres temas que abrían el mítico ‘Among the Living’. ¿Quién no se rinde ante la canción del mismo nombre, ‘Caught in a Mosh’ y ‘I Am the Law’? Y ¿qué te vas a esperar de un grupo donde están Scott Ian y Frank Bello para animar el cotarro todo el rato? Además, Jonathan Donais ha sido un buen fichaje para suplir la inesperada espantada de Rob Caggiano. Charlie Benante es una máquina tras los parches, y Joey Belladonna… bien, cumpliendo en la voz y correteando. Estos días se cumplían diez años de la última visita de la banda a la capital (por aquel entonces, con Bush y presentando ‘We’ve Come for You All’), y había ganas de ellos; de hecho, desde entonces, sólo pisaron el Kobetasonic en 2009 con Don Nelson. Pero por mucho que quise dejarlo de lado, mi cabeza no podía evitar pensar cómo lo harían ahora con el bueno de John. Ese fue el lado negativo. Bueno, también que se marcaron tres versiones en un espacio en el que sólo les dio tiempo a tocar diez temas. Vale que ‘Got the Time’ y ‘Antisocial’ se han convertido se han convertido en clásicos de sus repertorios y que lo más reciente que tienen es el EP de versiones, del que tocarían el ‘T.N.T’ de AC/DC… pero ¿realmente eran necesarias todas ellas? Lo mismo se puede decir del minisolo de batería, en lo que lo único digno de mención fue el guiño y homenaje a Jeff Hanneman con una pequeña parte de ‘Raining Blood’; no fue el único, ya que hicieron lo mismo (pero por medio de telones) con Dio y Dimebag. Detallazo el suyo. Pero que muchos pensemos que algunos grupos (y más de esta trayectoria tan larga) deberían replantearse la manera de enfocar su poco tiempo de actuación da que pensar. En el lado positivo, los dos temas que tocaron de ‘Worship Tribute’ sonaron tremendos, ‘In the End’ y ‘Fight 'Em 'Til You Can't’. Bueno, tremendos dentro de lo que dejó el sonido, que a esas alturas de la noche era bastante malo; el viento no ayudó. Cumplieron derrochando actitud, y realmente fueron de los mejores de todo el festival… pero podría haber sido mucho mejor si se hubieran juntado otros factores.

Varo

MEGADETH (6/10)

En nuestro Facebook avisamos de que MEGADETH ahora llevaban proyecciones en las pantallas (al menos en festival), y no deja de ser triste que de un grupazo como ellos sea una de las cosas más meritorias a su paso por Rivas. Si uno ve sobre el papel las canciones que tocaron, seguramente piense que tuvo que ser un muy buen concierto. ‘Trust’ para empezar, ‘Hangar 18’ para continuar, el adelanto bueno y rápido de ‘Super Collider’ (‘Kingmaker’)… la cosa prometía si no fuera por la apatía que mostraba Mustaine; que si normalmente es poco expresivo en los últimos años, esta vez lo fue menos. De nuevo tampoco acompañó ni el sonido ni el viento, haciendo que la apatía que mostraba el grupo se contagiara al público. Además, el contraste con la energía que había desplegado ANTHRAX era evidente, y la comparación en ese caso fue odiosa. ‘Public Enemy No. 1’ fue su guiño a ‘Thirteen’, y a pesar de que uno de mis discos favoritos sea ‘Youthanasia’, creo que ya va siendo hora de que se cepille del set ‘A Tout le Monde’. Entonces nos habló de que su set en ese momento se iba a centrar en recordar ‘Countdown to Extinction’, que recientemente tocaban de manera íntegra en una de sus últimas giras (que no vimos por aquí). El tema título, ‘Architecure of Agression’, ‘Sweating Bullets’ y ‘Symphony of Destruction’, sin sonar mal, sí quedaron algo deslucidas. Y no sería por Chris Broderick, que actualmente es el miembro del grupo que mejor está y más transmite al público (cumpliendo perfectamente tanto en los solos como en los coros). Entre medias de ellas intercalaron el tema título de su inminente nuevo trabajo, que si ya dejaba frío en estudio, en directo nos dejó helados. Tras ‘Peace Sells’ se retiraron un rato… y el público ni se inmutó, la verdad. Pero el bis de rigor llegaría con ‘Holy Wars… The Punishment Due’, tras dejarnos claro su agradecimiento al público, yendo de lado a lado del escenario a hacérselo saber a la gente que aguantaba a esas horas (no nos engañemos: mucha gente se fue tras Maiden). Esperemos que si vienen a presentar ‘Super Collider’, lo hagan mejor y sin necesidad de pantallas que enmascaren un concierto que la gente no recordará mucho tiempo. 

Varo

AVANTASIA (10/10)

Los mejores conciertos no son los mejores ejecutados. Ni los que mejor sonido tienen, ni los que mejor puesta en escena tienen. Los mejores conciertos son los que consiguen hacerte emocionar, y en este caso, a muchos nos cogió por sorpresa que fueran AVANTASIA los que lo hicieran en esta primera actuación en España desde su creación, a altas horas de la madrugada. Y añado que, como otros tantos, esperábamos un show de power metal embarullado y deslucido visto lo visto por el nivel de sonido general del resto de la jornada. Para nada. Salieron casi una hora más tarde de lo programado, pero tras el tema de apertura de “Also Sprach Zarathustra” a modo de intro, todos los instrumentos encajaron a la perfección para que AVANTASIA, con Tobias Sammet al frente, dieran comienzo a los mejores momentos del festival con “Spectres”. Viendo la respuesta del público en su estribillo, todo hacía presagiar que un manto de magia protegería esta actuación.

Sobre escena ya estaban Sascha Paeth a la guitarra, Amanda Somerville y Thomas Rettke (¿dónde ha estado metido este hombre?) haciendo coros, y un no menos destacable Oliver Hartmann a la guitarra y haciendo otros tantos y maravillosos coros, entre otros músicos, incluido el batería de EDGUY, Felix Bohnke, y el teclista Miro Rodenberg. Con este plantel de músico es cierto que todo es más fácil, pero son los vocalistas invitados los que más llaman la atención. El primero en salir fue Ronnie Atkins de PRETTY MAIDS para acompañar a Sammet en una enorme “The Scarecrown”. Y de los sonidos folkies que animaron mucho a los asistentes, con una sentida interpretación por parte de sus guitarristas, nos relajamos con una estupenda interpretación de “The Story Ain’t Over” con Bob Catley de MAGNUM subiendo a escena.

La elección de temas de AVATASIA fue muy conseguida y variada sónicamente, lo que le añadió un plus para que esta actuación fuera redonda. Todos los vocalistas estuvieron a gran altura, pero mentiría sino confesase que se me pusieron los pelos como escarpias cuando ese druida rebautizado como Ernie subió al escenario para acompañar a su compatriota, e interpretar “Reach Out For The Light”. Sí, señoras y señores, Michael Kiske estaba allí. Y se quedó para continuar con “Breaking Away” donde siguió demostrando su poderío. Nuevo momento de relax de la mano de “Farewell” (“en un festival de heavy metal también hay lugar para una balada épica”, comentó Sammet) donde Amanda Somerville tomó el protagonismo y nos mostró lo bien que funciona su preciosa voz en directo. La peculiar “Lost In Space” fue el ecuador de una actuación que mantenía nuestra expectación por las nubes por todas las sorpresas que aún nos quedaba por disfrutar. Y es que oír otra prodigiosa voz como la de Eric Martin de MR. BIG, fue eso. Un enorme regalo. En esta ocasión, compartió micros con Atkins en “Twisted Mind”, demostrando que dos voces tan distintas entre sí pueden coaccionar en un mismo tema. Se quedó Martin sobre el escenario para acompañar a Sammet en la pegadiza “Dying For an Angel”, antes de los bises de un show recortado para la ocasión, como tristemente anunció el también vocalista de EDGUY.

La fiesta tenía que terminar por todo lo alto, y Kiske y Catley subieron para seguir haciéndonos sentir su embrujo con “Shelter For The Rain”, antes de finiquitar esta estelar actuación con todos los participantes en escena y descargar un popurrí formado por “Sign Of The Cross” y “The Seven Angels”. Simplemente, soberbio. Perfecto. Con permiso de IRON MAIDEN, el mejor concierto de esta edición del Sonisphere.

Satur Romero

Texto: Varo Andres - Satur Romero / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Last Tour International

Asistentes:14000

Día:31/05/2013

Sala:Auditorio Miguel Rios

Ciudad:Rivas VaciaMadrid

Puntuación:8