SONATA ARCTICA + EPICA
Visto y no visto. Este recuerdo es el principal punto de incidencia que rodeó a todo lo sucedido en una atípica tarde – noche de Viernes. Sinceramente, hemos entrado en una espiral de conciertos Express que apenas dan pie a la asimilación. Ahora todo se mueve rápido, y ya puedes estar vivo y adecuarte a este rimo de vida o verás pasar frente a ti muchas situaciones sin apenas ser consciente de ello.
Pues algo así ocurrió en esta fría velada que albergaba una de las citas más atípicas en cartel, pero esperadas en seguimiento. Siendo racional y visto lo visto a día de hoy, tampoco era tan extraña la composición de una gira conjunta con una banda de Power Metal y otra de Gothic Metal, ambas de finales de los 90 / principios de siglo.
El cambio generacional es un hecho claro en estos conciertos; y cualquiera que pusiera en tela de juicio el eterno debate entre el fin de una etapa y el comienzo de otra se replantearía su posición al ver a más de 3/4 de una sala con capacidad para unas 2500 personas presenciando una actuación de una banda en plena ascensión y otra que se suponía estancada y que ha levantado el vuelo ante la sorpresa de muchos.
Con esto y con todo, hay que decir que últimamente las fechas en directo son una lotería que reparte premios similares por todo el continente. No es un lema aplicable en todos los casos. Pero sí aproximativo. Y es que cuando las giras tienen éxito en toda Europa, generalmente lo tendrán también en España; somos un país “seguidista” en términos de corrientes exteriores. Y una vez más, la norma se hizo válida en el concierto que RIDE THE SKY, EPICA y SONATA ARCTICA ofrecieron en la capital.
Lo que no cambia son las costumbres; y en este caso éstas van en contra de lo que muchos esperarían encontrar. Desconozco a que hora se produjo la apertura de puertas de la madrileña sala La Riviera, que todo hay que decirlo, da una imagen paupérrima del estado de salud de la ciudad con una obras eternas que deslucen mucho los aledaños del recinto. Una vez dentro, el cuadro era llamativo: buen nivel de afluencia y un ambiente gélido en ánimos, contagiado por la temperatura real exterior.
La sorpresa: RIDE THE SKY ya habían tocado. ¡Eran las 19:45 y ya habían tocado! No se qué papel le tocará jugar a la banda del ex – HELLOWEEN / GAMMA RAY / MASTERPLAN Uli Kusch, pero desde luego el calificativo de meros comparsas se me antoja más que adecuado. La repercusión de su actuación debió ser mínima, visto las reacciones de un respetable que o bien estaba allí por la banda que debía de subirse al escenario a continuación, o en su mayoría se había desplazado por ver a los cabezas de cartel. A tenor del número de camisetas que desfilaban por todas las partes de la sala, me decanto más por lo segundo, destacando un número más alto de lo esperado de acérrimos fans que son fieles a la causa SONATA desde el primer al último disco. Y es que el saberse las canciones al dedillo de un set list de 16 temas no es fruto de la casualidad.
En cualquier caso, el reloj marcaba las 8 de la tarde y ya estaban Mark Jansen y los suyos tomando posiciones bajo los focos del escenario. El montaje escénico quedó muy limitado por el espacio que se comía el set de los finlandeses. Pese a todo, no faltó el gran telón con la ilustración de la portada del último álbum y los clásicos ventiladores que expelían un chorro de aire continuo que creó un buen efecto visual suspendiendo de manera anárquica las largas cabelleras de Simone y del señor Jansen.
Nada parece haber cambiado en el seno de los holandeses que desde hace ya tiempo, parecen haber dado con la horma de su zapato. EPICA es una banda de trayectoria regular, y fue por eso que lo visto en Madrid no tuvo mucho de nuevo y sí de aquello que parece que ya ha sido visto antes. No en vano, en nuestro caso concreto era así, ya que su actuación del Metal Female Voices Fest en Bélgica dio respuesta convincente a toda esa colección de dudas suscitada previamente. Esta vez, la cosa se quedó a medio camino.
Con un set list arriesgado de temas largos, la banda presentaba en directo su nuevo disco “The Divine Conspiracy”. Hasta cinco canciones cayeron del álbum, dejando tan sólo lugar al repaso de un par de cortes de otras entregas anteriores. Y es que cosas como “Sensorium” o “Cry For The Moon” parece que siguen ostentando la categoría de irremplazables en el set de los de Limburg.
La banda salío bien, con la lección aprendida, pero algo carente de pegada. El sonido era regular y apenas se podían escuchar los teclados; las guitarras se percibían de manera saturada y lo único que lo inundaba todo era la voz de Simone, bien secundada por las partes vocales guturales de Mark Jansen.
El público se fue despertando de su letargo, pero no llegó a alcanzar las cotas de furor que habrían sido vistas en una de esas actuaciones estelares que dejan huella. Fue con concierto apreciado, pero en su justa medida. Ya no sólo por la calidad interpretativa, las condiciones existentes y el esfuerzo de la banda….sino por el clima en general, más expectante ante la llegada de los finlandeses SONATA ARCTICA.
En cuanto al desarrollo de la misma, lo dicho; cada cual jugó su papel y no hubo tiempo para mucha improvisación. En “Cry Of The moon” llegó el momento de desconcierto, con una banda que perdió el tempo y se acabó liando entre la maraña sonora. Luego, todo hay que decirlo, se resarcieron con una interpretación clavada de “Consign To Oblivion”. Lo que me llamó la atención es la poca sangre que imprimió en ocasiones el público, apenas contagiado con algunas de partes más pegadizas como la correspondiente a los coros de “Sancta Terra”. A fin de cuentas, tampoco era su público por excelencia.
Set list EPICA
- Indigo
- Obsessive Devotion
- Sensorium
- Menace of Vanity
- Quietus
- Cry for the Moon
- Sancta Terra
- Fools of Damnation
- Consign to Oblivion
Y llegaba el momento de SONATA ARCTICA. Lo que a muchos nos parecía más que sorprendente, finalmente se materializó en una velada atípica pero efectiva desde el punto de vista de poder de asistencia. El concierto había sido reubicado en una sala de mayor aforo tras la gran demanda de entradas y desde luego que esto se tradujo en un “poder llamada” que hizo batir cualquier tipo de previsiones.
Eran ellos, los mismos finlandeses que ondearon la bandera del power metal europeo de principios de la década y que han conseguido resurgir de las cenizas para sacarse de la manga un disco como “Unia” que, independientemente de que haya gustado más o menos, ha servido para relanzar la carrera del quinteto liderado por Tony Kakko.
En una noche que parecía una especie de confraternización con el sonido y la senda que comenzaron en su día STRATOVARIUS, los fans de la banda disfrutaron como enanos. Y eso que el show en sí, fue bastante irregular. La audiencia respondía emocionada con los temas antiguos; y fría con los nuevos. Y desde el punto vista de los más profanos en la materia, hubo momentos difíciles de superar. Ya se sabe lo que pasa con el Power Metal: o lo amas, o no te dice mucho. Pero en esto de la música, lo de los gustos va por barrios; y sin duda alguna el de los finlandeses tenía una nutrida representación en aquel Viernes. Incluso se pudieron ver a algunos rubios compatriotas que entendieron que el hecho de ser finlandeses les daba derecho a entrar en el foso frente al escenario sin ningún tipo de problema. Obviamente, no lo consiguieron, quedando tal detalle como la anécdota de la jornada, ya que a nadie sorprende a estas alturas que la marca de vodka que utilizaron los músicos en el escenario fuera “Finlandia”. Tiene cierto sentido, la verdad.
En lo puramente musical, y pese a las malas referencias que tenía de las actuaciones del pelirrojo teñido, Tony Kakko rayó a un nivel aceptable y supo imprimir la intensidad adecuada en buena parte de los temas que fueron cayendo a lo largo de la noche. El resto de compañeros hicieron lo propio, demostrando que las clásicas maneras finlandeses son comunes en las bandas de aquel país, ya te llames SONATA ARCTICA o CHILDREN OF BODOM. Y como este, muchos otros casos similares.
La introducción elegida fue la de la banda sonora de “La Novia Cadáver”, cosa que fue casi tan testimonial como el hecho de que en el entreacto sonaran THE GATHERNG por los altavoces de la Riviera. Pese a todo, se de dos a los que les alegró la espera sobremanera.
El nivel de aplausos subía cada vez que la formación anunciaba un tema de “Ecliptica”, disco que por una razón o por otra, muchos hemos mantenido en nuestras estanterías pese a no ser grandes seguidores del género. Lo pegadizo de sus cortes es indudable; y es quizá por esto por lo que su recibimiento fue más caluroso.
El escenario estaba gobernado por el set de batería y por una mini pasarela elevada, que permitía a los músicos subirse y dirigirse al público a modo de vigía. Detrás, un telón de grandes dimensiones con el logo y las clásicas tonalidades azules, imagen de marca de la formación, pusieron la nota de color.
El sonido fue mejorando a lo largo del transcurso de la actuación; las guitarras que comenzaron sonando bajas fueron ganando en poderío y finalmente no hubo mucho que se pudiera reprochar en este apartado. Los músicos se mostraron menos fríos de lo habitual, y es que el rollo melancolía – frío no cobra tanto sentido en este tipo de formaciones. Un comunicativo Kakko tuvo en su compañero guitarrista a su fiel pareja de diálogo y fue así como no faltaron los típicos chascarrillos y expresiones del tipo “¿y qué coño pasa?”, “Hola Madrid” y demás frases comodín de las bandas extranjeras.
En el escenario unos parecían disfrutar más que otros, pero desde luego lo que es innegable es que la comunión creada en temas como “8th Commandment”, la balada “Tallulah” o el destacado “FullMoon” fueron del gusto de los asistentes que no tardaron en transmitir su agrado en forma de saltos y ovaciones.
“Caleb” mostró los aires más progresivos de la formación mientras que los músicos, como si aquello fuera lo mejor que habían hecho nunca, sonreían y no paraban de animar.
Otro momento destacado fue la transición entre “San Sebastian”, los bises y el final del concierto. Kakko quería que su visita a Madrid quedara en algo más grande de lo anteriormente visto en el caso de SONATA ARCTICA. Con el poder que le otorgaba la posición de cabeza de cartel, no tuvo problemas en salir en solitario al escenario y dividir a la audiencia en tres grupos. A cada uno de ellos le asignó un sonido de batería, y sin pensárselo dos veces comenzó un juego de esos rellena tiempos en los que el público debe responder a la demanda del artista que invitaba a pronunciar tal sonido con cada una de sus órdenes. Pese a haber visto multitud de inventos de este tipo, la cosa resultó curiosa y arrancó las sonrisas de muchos de los congregados. Tommy Portimo se unió a la fiesta y comenzó a tocar el “We will rock you”, cediendo un par de baquetas a su compañero para que pudiera seguir dirigiendo la orquesta con la gente.
Lo último que faltaba por llegar eran los bises. Tres temas escogidos de “Ecliptica”, “Winterheart’s Guild” y “Reckoning Night” y que sirvieron para que la gente apurase al máximo su deseo de disfrutar con los finlandeses. Y por si faltara algo, una especie de oda festiva al vodka que tuvo un muy buen recibimiento.
En definitiva, un concierto más que servirá para contentar a los seguidores, para demostrar que cada cual tiene su visión musical dependiendo del prisma por el que lo mire, y para darse cuenta de que si una banda como esta es capaz de conseguir una buena entrada en la Riviera, eso quiere decir que algo queda del Imperio.
Set list SONATA ARCTICA
- In Black And White
- Paid In Full
- Victoria's Secret
- Broken
- 8th Commandment
- Tallulah
- FullMoon
- Caleb
- Black Sheep
- It Won't Fade
- Gravenimage
- San Sebastian
- My Land
- Dont Say A Word
- The Cage
Texto y Fotos: Alejandro Pérez / Fotos EPICA: Mariano Crespo (forecerock@yahoo.es)
Promotor:Rock n rock
Asistentes:1500
Día:16/11/2007
Hora:19:00
Sala:La Riviera
Ciudad:Madrid
Puntuación:7
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