De acuerdo, era un jueves. De acuerdo, Salamandra no es una sala precisamente céntrica. De acuerdo, la época dorada de Soilwork ya pasó. Muchos factores en contra tenían los suecos el pasado 6 de marzo en Barcelona, pero también tenían mucho a su favor. Hacía la friolera de seis años que no venían a nuestra ciudad, acaban de publicar un doble álbum que pese a no estar a la altura de sus discos más míticos aguanta muy bien el tipo, y venían acompañados de Darkane, quienes pese a tener dieciséis años de carrera a la espalda y seis álbumes de estudio nunca habían visitado España. Un último añadido fue la presencia de los bilbaínos Rise to Fall, quienes volvían a Cataluña tras el traspiés que sufrieron en el Castellhell Festival del año pasado, donde tuvieron que tocar sobre la batería grabada debido a la ausencia del respectivo miembro. Pero ninguno de estos factores salvó económicamente el concierto. Fue bastante triste ver cómo a duras penas algo menos de 200 personas se acercaban a la sala para ver a bandas que tienen tan buen directo. Lamentablemente, los estragos de la crisis y los problemas de vivir en una ciudad en la que tenemos cuatro o cinco conciertos del género cada semana hicieron su efecto.

Dicho esto, no hay que olvidar que pese a la escasez de público nos disponíamos a ver a unas bandas que se comen el escenario con una facilidad increíble. Fue agradable ver que buena parte de los presentes lucían camisetas de la banda nacional de la noche, y es que Rise to Fall hicieron un buen trabajo sobre las tablas. Siempre agradecidos con los pocos que nos habíamos dejado caer por allí y entregados al 100%, descargaron una combinación de sus dos álbumes de estudio: «Restore the Balance» (2010) y «Defying the Gods» (2012). ¡Incluso regalaron una camiseta a quien la liase más entre el público en una de sus canciones! Tras la breve actuación de los vascos salieron Darkane al escenario, que venían presentando su último trabajo «The Sinister Supremacy», publicado a mediados del año pasado. Arrancaron con un sonido devastador, dispuestos a demostrar que su primera visita a nuestro país debía ser recordada. La banda practica un potente thrash metal con tintes del death melódico sueco, pero con el añadido de un sonido algo más grave por momentos, recordando a agrupaciones del movimiento de discípulos de Meshuggah. La comparación más razonable que se me ocurre son los Testament más recientes, pero es bastante inexacta debido a que Mackory y los suyos consiguen un sonido propio que se aleja de las copias habituales que vemos en el thrash metal.

«Innocence Gone» y «Insurrection is Imminent» fueron algunos de los temas que nos lanzaron al principio de un set que se haría demasiado corto. Con una presencia escénica admirable y demostrando la experiencia que han adquirido en su larga carrera consiguieron convencer a los que ya los conocían y atraer a los que tan sólo sabían su nombre. «Mechanichally Divine», «Layers of Lies», «Ostrasized»… toda una demostración de poderío coronada por las dos joyas que le dan un valor especial a la formación: la impresionante voz del miembro fundador Lawrence Mackory, quien volvió a la banda en 2011 después de su salida en 1999 y que también hemos disfrutado en bandas como F.K.Ü., y el excepcional Peter Wildoer a la batería, a quien muchos conoceréis por haberlo visto haciendo las pruebas para entrar en Dream Theater. Para el final de su actuación se reservaron dos de sus temas más clásicos: «Third» de aquel lejano «Insanity» (2001) y la bombástica «Convicted», que abría su primer álbum «Rusted Angel» (1999). Una muy buena banda que dejó claro que en directo son capaces de hacerles sombra a los propios cabeza de cartel de la noche.

Poco después de las 22:00 salieron a escena los protagonistas, a quienes entrevistamos la semana pasada. Golpearon con la nueva y melódica «This Momentary Bliss» en primer lugar, que más tarde contrastarían con auténticos clásicos de su legendario «Stabbing the Drama» como «Weapon of Vanity». «Overload» fue la excusa perfecta para ponernos todo a saltar, y «Spectrum of Eternity» se llevó, en mi humilde opinión, el mérito de ser la nueva canción mejor interpretada sobre el escenario. Con un Björn en su habitual buen humor y luciendo un chaleco de New Model Army pudimos relajarnos y disfrutar del ambiente distendido y divertido que nos ofrecía. Una muestra de que para ser profesional no hace falta ser el típico frontman serio-tipo duro. Se lució durante todo el concierto, pero concretamente con un gran tema como «Parasite Blues». Sus dotes vocales puede sorprender a cualquiera.

«Follow the Hollow» fue otra de las canciones mejor recibidas entre los allí presentes, mientras que veíamos tanta acción sobre el escenario que era imposible dejar de sonreír y pasarlo bien. Mención especial a Ola Flink, el bajista, que es todo un espectáculo bajo los focos. Por otro lado, el enorme Dirk Venbeuren sufrió algunos problemas con la sujeción de su instrumento, pero nada que causase grandes contratiempos en la fluidez del show más allá de tener que requerir los servicios del roadie en medio de alguna canción o un pequeño parón para asegurar que todo estaba bien sujeto, en el que a Björn no se le ocurrió otro tema para entablar conversación con nosotros que qué pensábamos de su compatriota Zlatan Ibrahimovic, que había jugado en nuestro club de fútbol. Afortunadamente solucionaron los problemas rápido y se reengancharon al setlist con la asesina «Bastard Chain». A partir de aquí todo fue hacia arriba, para acabar el concierto con el tema título de su álbum más conocido. Un estupendo espectáculo del que pudimos disfrutar muy pocos. Una verdadera lástima, esperamos que la próxima vez que vengan las condiciones sean más favorables.

Promotor:Arrows Live

Día:2014-03-06

Sala:Salamandra

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Darkane Rise to Fall

Puntuación:7