Soen: calidad y carisma sin aspavientos

Soen, con su tercer trabajo,"Lykaia", bajo el brazo han ido abriendo registros manteniendo el camino iniciado con su álbum de debut y nos ofrecieron un show equilibrado donde repasaron su corta pero intensa trayectoria.

Una tarde de lluvias torrenciales de las que no apetece salir de casa sino es por una razón de peso como puede ser disfrutar del directo de uno de los grupos metal progresivos más interesantes de la escena actual como son los suecos Soen. La sala Bikini presentó poco menos de media entrada, quizás mermada por la cantidad de conciertos del estilo que tienen lugar en Barcelona esta semana (respetando otras manidas razones como que es entre semana o que el clima no acompaña). Los que asistieron no se arrepintieron.

Con poco más de 50 espectadores salieron al escenario los noruegos Madder Mortem. Como nos recordó su carismática cantante, Agnete M. Kirkevaag, ex-Magma, el quinteto hacia 14 años que no visitaba nuestras tierras. Así quedaba justificado el desconocimiento de parte del público que fue llegando durante la actuación. La propuesta conjuga, dentro de una base metal progresivo, gran versatilidad de estilos que van desde líneas Jazz, Swing y Soul hasta intricados golpes de dureza extrema. La característica más destacable de su actuación fue sin duda lo bien que combinan el contraste entre los fragmentos más melódicos y los más duros, sobretodo cuando el guitarra BP M. Kirkevaag colabora en las segundas voces y guturales. La propuesta vocal, a menudo excesivamente teatral, costó de cuajar, hasta bien entrada el cuarto tema “M for Malice” donde el ambiente empezó a caldearse, también influenciado por la petición de la cantante de que apagaran el aire acondicionado. Con “Returning To The End Of The World” demuestran el alto nivel de tralla que son capaces de alcanzar. “Resolution”, con pasajes que parecen recitados, vuelve a tomar un exceso de teatralidad. “Armour” puede ser un ejemplo de líneas con una base jazz que deriva en un crescendo hasta alcanzar el cenit explosivo y dejarnos exhaustos. La recta final, con “Hangman” “Fallow Season” y “Underdogs”, deja el pabellón alto y caldeado, como la sensible cantante quería.

Ya con un aforo de algo más de 200 personas y el ambiente aromátizado con la quema de incienso, toma las tablas el quinteto liderado por el elegante Joel Ekelöf que sin excesos ni demostraciones vocales extremas, da una lección de cómo un cantante con carisma puede dibujar el carácter de una banda. Soen captó la atención de prensa y público por contar a la batería con el ex-miembro de Opeth, Martin López, y con un disco de presentación, “Cognitive”, con reminiscencias de los añorados Tool, que dejó a propios y extraños con la boca abierta. Ya con su tercer trabajo, “Lykaia”, bajo el brazo, donde han ido abriendo registros manteniendo el camino iniciado con su álbum de debut, nos ofrecieron un show ponderado donde repasaron su corta pero intensa trayectoria.

Abrieron con “Canvas” y “Sectarian”, de su primer y tercer discos respectivamente, que nos permitió ver el hilo conductor de la banda, lo que permanece y lo que evoluciona. Tras “Savia”, un tema que pone el combo a toda máquina y acaba en un remanso de tranquilidad, abordan “Sister” para lucimiento de las voces. A estas alturas me gustaría alabar el trabajo de Lars Åhlund, multi-instrumentista que tanto se encarga de las segundas guitarras como de los teclados o las percusiones, papel que lo deja a la sombra pero que acaba de colorear el estilo que tan bien se identifican con los riff de Marcus Jidell a la guitarra o las intrincadas líneas de bajo de Stefan Stenberg. Los tres aportan la brocha definitiva en los coros en gran parte del set.

Alternando contundencia, intensidad y delicadeza a necesidad, repasan “Pluton”, la intima “The Words”, más groovy “Opal” o la tribal “Kuraman”. “Jinn” sube la tensión y pone la sala patas arriba para entregarnos al tema bandera del grupo “Fraccions” con un ejercicio rítmico y vocal que fue su tarjeta de presentación.

Después de un corto descanso vuelven con los bises “Tabula Rasa” y, para despedirse, la calmada y melancólica balada “Lucidity” , detalle que me recordó a los Pain of Salvation en su gira “The Road Salt two de 2012 donde se despedían con la sangrante “Sisters”, dejando a la audiencia saciada y satisfecha, con la sensación de que este tipo de eventos deberían gozar de mayor asistencia para mayor satisfacción general.