SOBER

No sé si fue el chaparrón previo de lluvia otoñal, o el chaparrón de goles que recibió el Málaga por parte del Real Madrid (el concierto se retrasó dos horas por el partido), pero nada más entrar a la sala París 15, se palpaba un ambiente frío. Muy frío. La esperanza estaba puesta en que los asistentes se animaran con la actuación de los madrileños, que tras su pasado el pasado verano en el festival Boquerock, visitaban tierras malacitanas para presentarnos su nuevo disco “Superbia”. Y en este marco de frialdad, el concierto comenzó, y sí, también se comenzó a caldear la sala. Pero poco a poco.

Un vistazo rápido al escenario y los que habían asistido a otros conciertos de presentación de este último disco de SOBER, se percataron que iban un poco más desnudos en cuanto a efectos lumínicos se refiere; las luces estroboscópicas que usan (o usaban) en el potente comienzo de show con “Superbia” se ausentaron esa noche. Aún así, lo verdaderamente importante, las canciones, fueron las protagonistas de la velada. Porque SOBER, en su haber, tienen una buena cosecha después de tantos años de carrera y tanto temas actuales, como canciones más atrás en el tiempo, todas se reciben por igual. Evidentemente, temas singles como “Arrepentido”, “La Nube”, “Diez Años” o “Oxigeno” captan un plus de atención, y es donde el público da el do de pecho en cada estrofa y estribillo.

El sonido fue muy bueno durante todo el trayecto, y la actitud de la banda siempre es de constante atención al público para hacerlos partícipe en cada momento. Destacaría la interpretación de “El Hombre de Hielo”, una inesperada (al menos para servidor) “Paradysso” y “La Araña”, uno de los temas de su último trabajo que más ganan en directo. Es aplastante. Y hablando de su último trabajo, también hubo hueco para “Tic Tac”, y unas potentísimas “Umbilical” y “Fantasma”, otro corte que en vivo es donde encuentra su razón de ser, y donde se nota que ha calada hondo entre sus fieles seguidores. También hubo lugar para la balada “Naúfrago”, que fue interpretada por Carlos Escobedo con acústica en mano en principio y sumándose el resto del combo en su tramo final. El caso es, que su orden en el set, estuvo un poco desmedido. Vino después de varios solos de guitarra y su habitual y entretenida batucada y causó un poco de zozobra entre el público.

Lo que muchos echamos en falta fueron más temas de “Morfología” y “Synthesis”. Cierto es que no son los dos trabajos que más fama les ha reportado a los madrileños, pero muchas joyas sonoras esconden ambos trabajos para no sacarlos a lucir. No falto su clásico “Loco” en el final del show, donde “Sombras” fue la elegida para dar por concluida esta fría noche, pero bastante animada por momentos.

No fue el mejor concierto de los muchos que he visto de SOBER, aunque el esfuerzo, la sobresaliente interpretación y la entrega de todos sus componentes siempre están presentes. Y es que cuando despachan tal cantidad de temas de una calidad indiscutible, mucho se tienen que torcer las cosas para que alguien no salga, como mínimo, satisfecho de su actuación. A nivel estatal, siguen teniendo un directo al alcance de muy pocos.