SKID ROW

Todos estamos de acuerdo en que los “nuevos” Skid Row poco tienen que ver con los de antaño, que Sebastian Bach sigue arrastrando mucha más gente que los actuales Row con Snake, Hill y Bolan, pero si algo dejaron claro ayer es que si a esta nueva encarnación con Solinger a las voces y Dave Gara a la batería se les da una oportunidad, en directo convencen.

Sabíamos de antemano que el show no pasaría de la hora y diez minutos y efectivamente así fue. Es una lástima que desde hace unos años bandas de larga trayectoria no ofrezcan ni hora y media de concierto, pero a pesar de los pesares ésto lo que hay. Con algo más de media sala y una puntualidad ovacionable sonó el immortal “Blitzkrieg Bop” de los Ramones de apertura, toda una declaración de intenciones.

El quinteto americano tomó las tablas al son de “Thick is the Skin”, tema perteneciente a THICKSKIN y que si no terminaba de convencer en disco, gana enteros en directo. Con una banda muy motivada pese a ser un recinto de pequeñas dimensiones y con un Solinger excelente, demostraron que los nuevos temas conectan mucho más con su dorado legado de lo que inicialmente parece en estudio. El grandioso riff de “Piece of Me” fue la primera concesión a los grandes tiempos, y si bien en este corte Solinger no brilló, en la mayoría de antiguo material se acerca a los tonos de Bach, aunque adaptados, y sale airoso por su enorme versatilidad vocal.

“Sweet Little Sister” nos devolvió a sus inicios y dejó patente que los coros de Bolan, Hill y Snake funcionan de maravilla. La combinación de material de ambas épocas se sucedía acertadamente, “New Generation” dio paso a otro de los grandes momentos de la noche con “18 and Life”, con una entrada larga y un Solinger comunicativo y motivado. Pero si alguien destacó en sobremanera no fue otro que el tatuado Dave Gara tras los parches, gran pegada, solidez, malabares con las baquetas y con un golpe circular pasándose la baqueta alrededor de la cabeza que uno no sabe si era recurso técnico o un sistema para mantener su peinado a lo emo en su sitio.

Tocaron cortes de todos sus discos a pesar del escaso minutaje, pero no esperaba la genial versión de los Ramones “Psycho Therapy” que grabaron en ese genial EP de versiones. Bolan haciendo de Joey Ramone y sacando a relucir su vertiente más punk. El recuerdo a SLAVE TO THE GRIND vino de la mano de las imprescindibles “Monkey Business” y “Slave to the Grind” ya con el público totalmente entregado. Solinger estuvo muy comunicativo y preguntó si había más cowboys de Texas para presentar “Big Guns”, que posteriormente dio paso a la gran balada “I Remember You”. Muchos creíamos que la adaptación punkrock hecha en THICKSKIN del tema era para que Solinger no tuviera que pasarlo mal, pero el tejano se atrevió con la balada y la salvó de forma más que notable. Evidentemente no es Sebastian Bach, pero probablemente si hubiera que encontrarle un sustituto quizá Solinger sería la elección más adecuada. Hubo un inicio acústico y luego con toda la banda en pleno.

Los bises empezaron con “Disease” de REVOLUTIONS PER MINUTE, el álbum menos representado igual que la siguiente concesión a SUBHUMAN RACE precedida por un guiño a “Youth Gone Wild”. El final del primer bis se cerró con la impresionante “Get the Fuck Out” de la que Solinger dijo que era una preciosa canción de amor.

Ya en la despedida Hill pedía cigarros de la risa en las primeras filas, el público estaba totalmente satisfecho y Solinger presentó su mayor himno a la juventud con las siguientes palabras: “Nos veremos la próxima vez, no importa la edad que tengáis, tampoco importa la edad que tengamos nosotros, la juventud es un sentimiento…”. Espectacular cierre con la apabullante versión de “Youth Gone Wild” con casi toda la sala botando y largos aplausos de despedida. Me quedé con las ganas de ver como suena la comercial “Ghost” en directo, una lástima.

La nueva encarnación de Skid Row merece un respeto y una oportunidad por parte de sus antiguos seguidores fieles a Bach. Olvidaros de lo escuchado en sus últimas obras porque en directo os aseguro que llegan a sonar como si fueran clásicos de toda la vida. Ha habido un gran trabajo de adaptación a las tesituras de Solinger y han sacado a relucir su faceta más punk y macarra, pero no han perdido un ápice de esa enorme banda de principios de los 90. Funcionando las cosas como ayer dudo que por parte de Skid Row se planteen una reunión con Bach, lástima que en estudio no convenzan para nada.