Sin complejos y sin miedo al qué dirán: Leo Jiménez

Muy pocos tienen los santísimos de salir en los bises con una camiseta del “Reign Of Blood” de Slayer para interpretar una versión – llevada a su terreno, se entiende – del cansino “Es por ti” de Cómplices. Y encima salir airoso del momento. Los grandes artistas son capaces de eso y de más.

He aquí otro par de ejemplos de bandas estatales, que se dejan el pellejo en los escenarios todos los fines de semana que tienen la oportunidad de hacerlo. Leo Jiménez viajaba a Andalucía para dar buena cuenta de su último trabajo “La Factoría del Contraste”, sin perder de vista el esperado e inminente regreso de Stravaganzza. Volver a un concierto, y ver a Leo en el escenario, es una vuelta a la adolescencia. Una vuelta a la época en la que Saratoga llenaba recintos y se convertía en una de las bandas de heavy metal más portentosas de nuestra historia. Ya sabemos que perder esa popularidad para ganar libertad artística, marcó un punto en la carrera de Juan Daniel Jiménez González. Y aunque la cifra de asistentes no es la que era, sigue erre que erre mostrado su genialidad como músico e interprete. Para esta fecha, y para su concierto al día siguiente en Granada, se hizo acompañar de Guadaña, que a la vista está que lograron caldear el ambiente antes de la puesta de largo de la banda del cantante madrileño.

Muchos se preguntarán a qué se debe el rápido ascenso de Guadaña. La ecuación, aparentemente fácil, es la siguiente: Mucha promoción – que la mayoría de grupos parecen no enterarse que es más que necesario – y mucho trabajo de campo. Sobre el escenario, se nota que les va la vida en su grupo, y que unas pegadizas canciones deben de adornarse con una cuidada puesta de escena. Un concierto es puro espectáculo, es pasión, es fuerza y energía, y bien lo saben los gaditanos que consiguieron conectar con los asistentes al ritmo de “Dios del Trueno”, o canciones ya convertidas en himnos como “Ser Uno Mismo” y “Como Hermanos”.

La poderosa base rítmica respaldaba las intervenciones de Glory y su compañero Salva Sánchez, que buscaban de forma constante el de tú a tú con un público que participó de principio a fin. Uno de los ases que guardaban Guadaña bajo la manga era “Nuestra Revolución”. Una canción festiva y alegre que hace que inevitablemente los pies se separen del suelo de forma automática. Su tercer y nuevo trabajo “Karma” tuvo un peso más que importante en su set, y fue el tema que le da título a este álbum el elegido para cerrar un show en el que ganaron bastantes amigos, demostrando estar en el mejor estado de forma de su carrera. Cuando se hacen bien las cosas, los beneficios se obtienen antes de lo esperado.

Poco tiempo después de retirar los enseres de Guadaña y preparar el terreno para la banda de Leo Jiménez (¡enorme la batería de Carlos Expósito!), todo estaba listo para que comenzara el plato fuerte de la noche. Sin más preámbulos de la cuenta, abrieron con una poderosa “Con razón o sin razón”, a la que le siguió su nuevo himno “Desde Niño”. Otra vuelta atrás a la memoria en la que los discos clásicos de heavy metal colmaban nuestras estanterías y nuestro tiempo para degustar cada nota que sonaba. ¿Se ha perdido esa sensación en la actualidad o es mi parecer?.

El público estaba volcado a sus pies a las primeras de cambio, y aprovecharon el impulso inicial con “Misantropía” y “Hambre”. Muy dura pero realista letra la de esta última, en el que se nos invita a reflexionar de un problema mayúsculo que nuestros torpes ojos nos impiden ver y evaluar.

A partir de ahí, todo fue rodado. Son músicos de sobrada solvencia, y el carácter cercano de Leo Jiménez hace que los asistentes se sientan animados en todo momento. Alguna que otra colaboración, alguna que otra balada (“Vuela Alto” o “Caballo Viejo”), iban redondeando una actuación de sobresaliente. Y mientras tanto, “Soy Libertad”, “Bebe de él” o “Tu Destino” nos iban golpeando con la fuerza de una bestia. Nunca mejor dicho.

Volvió a rememorar nuestra infancia pero esta vez con un “Neon Knights” de Black Sabbath, que Leo ejecuta a la perfección a la vez que le rinde un homenaje de altura al inmortal Ronnie James Dio. Muchos fueron los que le gritaban títulos de canciones de Saratoga, pero confesó el cantante que al seguir siendo una banda activa, sería de mala educación hacerlo. De todas formas, material tiene de sobra el de Fuenlabrada para hacer un set completo (muchos años de metal a sus espaldas, sin haber llegado todavía a los 40), y si no, lo construye a base de acertadas versiones.

Muy pocos tienen los santísimos de salir en los bises con una camiseta del “Reign Of Blood” de Slayer para interpretar una versión – llevada a su terreno, se entiende – del cansino “Es por ti” de Cómplices. Y encima salir airoso del momento. Los grandes artistas son capaces de eso y de más. Y para finalizar, más leña al fuego: “Hijo de la Luna” de Mecano. Miren por dónde, una de las canciones-versiones que más críticas recibió  Stravaganzza, ahora es de las más coreadas y solicitadas en los conciertos. Qué cosas.