Screaming Headless Torsos no dejaron indiferente a nadie

Son considerados los embajadores y padres del funk-metal y el rock-jazz. Añadiremos que también son los hijos, los nietos, los biznietos y todas las generaciones sucesivas en un horizonte temporal bastante amplio. Simplemente, porque el estilo de SCREAMING HEADLESS TORSOS es único, genuino y presumimos que intransferible.

Pongámonos en situación: La banda originaria de New York son considerados los embajadores y padres del funk-metal y el jazz-rock. Añadiremos que también son los hijos, los nietos, los biznietos y todas las generaciones sucesivas en un horizonte temporal bastante amplio. Simplemente, porque el estilo de SCREAMING HEADLESS TORSOS es único, genuino y presumimos que intransferible. Esas bases progresivas mezcladas con el jazz, el funk, el pop y el hip-hop, y siempre con vocalistas y voces negras en sus temas, hace que su calificación sea tan amplia como los gustos musicales de los seguidores que se acercaron a verlos en el show que ofrecieron en Málaga en la sala La Trinchera, Todo ello dentro de su última gira por nuestro país presentando su último trabajo “Code Red”. Disco que la crítica ha dignificado (y méritos no les faltan para ello a los norteamericanos) como uno de los mejores de rock alternativo del pasado año. Sumen otra etiqueta más…

La cuestión es que ese sonido enérgico y eléctrico que desprenden, encuentra en el directo su hábitat natural, y no queríamos pasar por alto comprobarlo in situ. Antes de su salida, saldrían a escena como invitados ATOMICA, banda andaluza que cuenta en sus filas con el guitarrista Javi ‘Lynch’ Marssiano, conocido por haber militado en O’FUNKILLO en el pasado. Aunque lejos de asemejarse a su banda anterior, junto con sus nuevos compañeros nos ofrecieron un repertorio basado en un debut de puro rock alternativo de sonido bastante americano de los 90. La voz de Carlos Andrade comandó una formación potente que con temas “Taking You With Me”, “One Of Theses Day” o “I Hope” en su tramo final, firmaron una actuación en la que ganaron muchos amigos aquella noche. Tuvieron que luchar con la frialdad y la poca cercanía del público durante toda su actuación, pero no bajaron el listón en todo el trayecto, obteniendo una merecida recompensa.

Con la demora justa antes de salir, “Smile in a Wave” supuso el arranque de un concierto que gozó de la participación de un público que no paró de corear sus letras y de saltar con sus ritmos más bailables. Todos y cada uno de sus miembros – el guitarrista David Fuze Fiuczynski, el vocalista Freedom Bremner , el bateria ‘Biscuit’ Rose, DJ Ginyard al bajo y Nate Werth a la percusión – fueron marcando su porción de protagonismo individual por momentos, pero de forma conjunta demostraron ser una formación sólida y compacta al son de canciones como “Brooce Swayne”, “With You” o “Field of Light” en sus primeros compases. Redondearon con “Sideways” una fuerte presentación de su nuevo disco de estudio (el primero en 9 años), en el que Bremner, siempre dirigiéndose al público en castellano, consiguió la complicidad del respetable desde el minuto uno. Amén de ese vozarrón camaleónico que no dejaba de sorprendernos.

Con la versión de “Angel” de Jimi Hendrix y su popular “Vinnie”, lograron uno de los momentos más álgidos de la noche en la que todos los asistentes formaron parte de una olla a presión que no paró de animar a los de Nueva York, y en particular a su batería desde que el vocalista lo presentara como ‘Bizcocho’. “Wizard of Woo” o “Blue in Green” sirvieron para que la fiesta no decayera en ningún momento, pero con la corrosiva “Code Red”, acompañda de todas las gargantas gritando ese cortante estribillo, la banda se despedía. Los vítores y más gritos a Bizcocho, hicieron que salieran de nuevo y nos regalaran “Free Man” ante el delirio de los que ya vislumbrarán el final de un gran show.

Su variedad estilística siempre ha sido y será un arma de doble filo, ya que musicalmente andan en tierra de nadie y por desgracia, es difícil acoger a un determinado público por mucha calidad que atesoren sus canciones. Música con mayúsculas que no deja indiferente a nadie. Sin más.