La banda alemana anunció ya hace cinco años su “gira de despedida”. La cual luego alargaron bajo la premisa de que el mundo es un lugar muy grande y lleva tiempo tocar en todas partes para despedirte de los fans. En Marzo, actuaron dos noches en Madrid bajo el lema de la despedida. Y unos días después, tras haber agotado entradas dos noches en la cita madrileña de marzo, se anuncia que son los cabezas de cartel del Azkena Rock. Tócate los huevos, hablando mal y claro.

No hay nada más lícito que disfrazar las mentiras de medias verdades malinterpretadas por la prensa, especialmente cuando formas parte de una banda de rock and roll.  Cuando Mariano Rajoy aumentó el IRPF a los trabajadores, alguien dijo que era “un recargo temporal de solidaridad”. Eufemismos de esos que se emplean para maquillar las intenciones o cuanto menos, para aligerar el peso de las críticas. En el rock and roll, los ejemplos son tantos que aburren. Por hacer un repaso rápido: Ozzy se retiró en 1992 y sigue todavía dando vueltas 22 años después. KISS se retiraron en el 2001 para luego decir que se “retiraban como formación original” pero que volvían con nuevos miembros. Aquí siguen también. JUDAS PRIEST hacían su gira de despedida hace tres años pero ya están preparando su nuevo disco y gira. Y obviamente SCORPIONS no iban a ser menos. La banda alemana anunció ya hace cinco años su “gira de despedida”. La cual luego alargaron bajo la premisa de que el mundo es un lugar muy grande y lleva tiempo tocar en todas partes para despedirte de los fans. En Marzo, actuaron dos noches en Madrid bajo el lema de la despedida. Y unos días después, tras haber agotado entradas dos noches en la cita madrileña de marzo, se anuncia que son los cabezas de cartel del Azkena Rock. Tócate los huevos, hablando mal y claro.

Obviamente, la banda no está haciendo ninguna gira de despedida, sino usando la excusa para generar el interés necesario y vender fechas a los promotores a un precio muy superior al de antaño. Echemos un ojo: antes de la gira de despedida, un show de SCORPIONS costaba alrededor de 100.000 Euros. Ahora ese importe se ha triplicado en el mejor de los casos, sin contar gastos de producción. Y no solo eso: la banda está ya preparando su gira del 50 Aniversario, porque total, está a la vuelta de la esquina. Y un nuevo disco está listo.

La cuestión es ¿quién puede criticarles por seguir adelante? Cuando tienes 66 años como Klaus Meine y llevas toda la vida moviendo a miles de personas con tu pulgar, es difícil decir “ah, me voy a Lloret de Mar, me instalaré en un apartamento y esperaré la hora de mi muerte”. Y no solo eso: decenas de personas viven de la banda: managers, técnicos, pequeños negocios adscritos a la actividad de Scorpions, etc, etc, etc… No cabe duda de que hay una responsabilidad más allá del ego colectivo de los integrantes de la banda. Pero por otra parte, lo que si es criticable es la indiferencia con la que la banda ha hecho publicidad engañosa. En pocas palabras: les da igual quedar bien o mal a estas alturas. Saben que la carta de la despedida es mucho más provechosa que cualquier otra, pero no deja de ser éticamente reprobable lo que están haciendo. Pero si alguien les pone unos cientos de miles de euros en los morros para que vengan a tocar, pensándolo bien, ¿para qué decir que no?

El Azkena Rock Festival de este año ha tenido un cartel menos lustroso que anteriores ocasiones. Si bien es cierto que el nivel que el festival alcanzó en 2010, 2011 o 2012 es difícilmente repetible (demasiados nombres enormes para un festival que siempre tuvo una tradición de raíces, más allá de lo mediático) lo cierto es que la actual edición ha sido algo anticlimática. La situación es la que es (muchas bandas evitan venir a España porque pueden ganar más dinero tocando en otros países) y festivales como el Hellfest han dejado de ser amigos de conveniencia para convertirse en potenciales enemigos al limitar por contrato el hecho de que las bandas de su cartel puedan tocar en su cartel. Algo que, sin duda, ha hecho daño a la presente edición del festival. Al final,ha quedado un cartel heterogéneo y ecléctico, donde tanto caben SCORPIONS como BLONDIE como WOLFMOTHER, pero es cierto que falta el brillo de otros años. Aún así, el público respondió con su apoyo el día de SCORPIONS, donde se concentraron unas 10.000 personas en el recinto de Mendizabala. La insistente lluvia chafó algunos de los otros conciertos de la tarde, como el caso de BOURBON o BOMBUS, pero no pudo con los alemanes, cabezas de cartel indiscutibles de la jornada.

Después de las insistentes tormentas de la tarde, con abundante aparato eléctrico, el público tenía dudas sobre la viabilidad del concierto de SCORPIONS en el escenario principal, al aire libre. Pero a las 22:30, con apenas tres minutos de retraso, la banda salió a escena para hacer un replay idéntico del show de Madrid, excepto por el batería. Desde Abril, James Kottak está aislado de las actividades de SCORPIONS tras un incidente en un aeropuerto que le obligó a pasarse unos cuantos días detenido por ofensa pública. Mientras Kottak trata su adicción al alcohol en un centro especializado, John Franzon le sustituye temporalmente, haciendo que nadie se de cuenta de la diferencia. Toca igual, tiene la misma pegada y es más discreto escénicamente que su predecesor.

El concierto comenzó sin lluvia y al son de “Sting in the Tail”, que ya ha sido elevado a la categoría de himno de la banda. “Make It Real”, con carreras constantes de un Rudolf Schenker imparable, y “Is There Anybody There” terminaron de abrir la velada. El sonido, aunque muy poco definido en esos primeros momentos, fue ganando enteros a lo largo de la noche. La voz de Klaus Meine, especialmente ganó presencia a partir de “The Zoo” y “Coast to Coast”, que el público celebró enormemente.

La banda estuvo entregada en todo momento, especialmente Rudolf, pero no cabe duda de que el show de 100 minutos de los Scorpions, tiene poco de espontáneo. Es como ir a ver uan obra de teatro: no hay espacio a la improvisación. Lo único que cambia es que donde el día anterior decían “Danke” ahora dicen “Eskerrik Asko”. Y poco más.

Con la lluvia ganando terreno de nuevo, el grupo fue desgranando clásicos, sin sorpresas ni experimentos: “Loving You on Sudnay Morning”, “The Best is Yet To Come”, “Send Me An Angel”, “Holiday”, “Raised on Rock”, “Tease Me Please Me”, “Hit Between The Eyes”… un recital tan solo interrumpido por un par de originales solos. Uno de batería y percusión manual, novedad respecto al show de Madrid, y otro de guitarra que entretuvo, sin más, al público.

Fueron los cinco últimos temas los que todo el mundo esperaba: “Blackout”, “Big City Nights” y, en el bis, “Still Loving You” (con marea de móviles mojándose bajo la lluvia) , “Wind of Change” y la perfecta “Rock You Like a Hurricane”.Y prácticamente en el minuto 100, SCORPIONS bajaban por la rampa del escenario Lou Reed del Azkena, se metían en los cuatro Mercedes que les esperaban, y emprendían rumbo a Bilbao, donde dormían. Ni más ni menos. Otro día más en la oficina para Meine, Schenker y sus amigos. Pero la experiencia de escuchar “Big City Nights” con rayos gigantes cayendo a nuestro alrededor y la lluvia mojándonos, cuanto menos, fue original.

Promotor:Last Tour International

Día:2014-06-20

Hora:22:30

Sala:Mendizabala

Ciudad:Vitoria

Teloneros:Unida, Monster Truck

Puntuación:7