Scorpions se arrancan por bulerías (literalmente) en Córdoba junto a Medina Azahara y Sabaton
La plataforma de la batería fue bajando, y cuatro bailaoras flamencas a un lado, y un bailaor a otro, hicieron una exhibición de arte andaluz a base de taconeos y abanicos al aire, acompañado por los ritmos de Dee ante la mirada atónita de los casi 10.000 espectadores que poblaban el taurino recinto. Lo que pudiera haber sido una situación surrealista, resultó ser un momento único que difícilmente repetirán SCORPIONS en algún concierto de su longeva carrera.
Todos los años, Córdoba reserva para su caluroso verano el festival de la guitarra. Una serie de conciertos de muy distintos estilos en el que, en mayor o menor medida, la guitarra es la protagonista. Como siempre, nunca se olvidan del rock, y en todas las ediciones le reservan mucho protagonismo. Artistas de la talla de ZZ TOP, BB King, Chuck Berry, Bob Dylan, Gary Moore, Joe Bonamassa, Carlos Santana, JETHRO TULL, Joe Satriani, John Fogerty, John Mayall, o Mark Knopfler por citar algunos de los más allegados a nuestro estilo, ya han dejado escrito sus nombres en la historia del festival. En esta edición número 36, además de Steve Vai el próximo 16 de julio, una fecha muy especial eclipsaba prácticamente todo el cartel: la visita de los alemanes SCORPIONS. Y para hacerlo más atractivo si cabe, actuarían los suecos SABATON y los cordobeses MEDINA AZAHARA en calidad de teloneros. Obviamente, dada la demanda de público, este show se trasladó a la plaza de Toros Los Califas sin hacer uso del habitual teatro La Axerquía, con una capacidad mucho menor. Pero en un sitio u otro, en esta o en las anteriores ediciones, siempre hay un denominador común. El calor. Mucho, mucho, pero mucho calor. Si Sevilla goza del sobrenombre de la sartén de Europa, los andaluces ya sabemos que hay otra ciudad capaz de superar las temperaturas de la capital en verano. Y esa es Córdoba, que roza los 40 grados sin mucho esfuerzo. Aun así, las ganas de disfrutar de la buena música superan estos sacrificios físicos.
Con el Sol todavía imperando en gran parte de la plaza de toros, SABATON salieron a escena recibiendo más apoyos del que previamente se esperaba dado el marco de su concierto. Y sí; sufrieron de lo lindo. Porque su estética gusta, pero cómoda a esas horas de la tarde y bajo estas temperaturas, no lo es. Su vocalista Joakim Brodén hizo público el sufrimiento de sus compañeros y suyo propio, pero lo dieron todo de forma intachable. “Ghost Division”, “Calorus Rex” o “The Lost Batallion” sirvieron para hacer saltar a un público al borde de la insolación, y aunque el sonido no estuvo muy a la altura, su actitud, sudando la gota gorda en todos los aspectos, les salvó la actuación. Seguro que podremos disfrutar de ellos en plenitud de facultades cuando pasen por nuestro país para presentar su nuevo álbum “The Last Stand”. Darán mucha guerra, nunca mejor dicho. No lo duden.
Siempre han tenido la fama de no ser profetas en su tierra. Pero en los últimos años, y después de décadas de carrera, se han ganado una reputación más que merecida. MEDINA AZAHARA tenían el deber y la obligación de dejar bien alto su nombre y el de su ciudad en esta cita tan importante. Aunque conociendo el estado de forma actual de la formación, no les iba a resultar difícil siempre que gozaran del calor de su público. El concierto trascurrió según los guiones imaginados. La banda comenzó a lanzar clásicos de ayer, de hoy y de siempre, y los asistentes se rindieron a sus país con una participación que, en canciones como “Córdoba” y “Paseando por la Mezquita”, hicieron retumbar los cimientos del recinto logrando además que a más de uno se les llegará a poner los pelos como escarpias. “Velocidad”, “Necesito Respirar”, “No quiero pensar en ese amor”, o una más actual “Aprendimos a Vivir”, fueron arrancando las letras de las gargantas de la mayoría de los presentes. Manuel Martínez, con sus recién cumplidos 65 años, sigue y seguirá siendo un vendaval en directo, manejando al público a su antojo. Con “Todo tiene su fin” se despidieron del público que les acompañó con sonoros aplausos y con el graderío completo prácticamente en pie. Tenían que estar sobre el escenario. Sobre ese escenario. No podían faltar a la cita, y firmaron una actuación en el que se respiró un aroma muy especial. Servidor habrá visto más de una docena de veces a los cordobeses en directo, pero lo vivido en esta calurosa tarde, en Córdoba, en su casa, alcanzó otras dimensiones.
Nunca antes a lo largo de sus 50 años como banda, SCORPIONS habían pisado el suelo de los antiguos califatos. Sí en distintas ciudades de Andalucía, ya que en la última década, Almería, Granada o Málaga entre otras, han sido testigos de su directo. Pero nunca Córdoba. Los preámbulos apuntaban a que los germanos tenían especial interés por este concierto y por la ciudad y su historia. Horas antes, sus componentes, con Mikkey Dee de MOTORHEAD en sus filas, pudieron disfrutar del embrujo de sus calles, de su gastronomía y de la actuación de un cuadro flamenco entre otras actividades que a buen seguro, nuestro querido Sergi Ramos, podría relatarnos con más detalles al haber estado acompañando al grupo antes de saltar al ruedo. Y sin duda, estas actividades adquirieron un cariz personal, que luego trasladaron a su show. Pasen y lean.
No sabemos si estaban viendo el partido de su selección contra Italia de la Eurocopa, o fueron otras causas las que hicieron que se retrasara el comienzo casi media hora sobre la hora fijada. El telón con la portada de su último “Return to Forever” que tapaba el escenario, cayó bajo un mar de luces al ritmo de “Going Out With a Bang”, y a partir de ese momento, todo fue una demostración de fuerza y poderío que justifica en gran parte su vuelta tras su falsa despedida. “Make It Real” sacó la bandera de nuestro país en las inmensas pantallas repartidas por el escenario, y con “The Zoo” y “Coast To Coast”, lograron que el sudor de los presentes tuviera un fin concreto. Con esta gira están celebrando sus cinco décadas de vida, y por ello se permitieron un medley compuesto por “Top of the Bill”, “Steamrock Fever”, “Speedy’s Coming” y “Catch Your Train” que sus más fieles seguidores agradecieron. Temas vetustos y setenteros que entran en perfecta comunión con su himno más actual “We Built This House”, también cantada a grito pelado por sus seguidores, como si de otro clásico de tratara.
Matthias Jabs y Rudolf Schenker se dirigieron con sus acústicas al final de la pasarela central del escenario, y al poco se sumaron el resto de sus compañeros para interpretar un set acústico encabezada por “Always Somewhere”, continuada por “Eye Of The Storm” y “Send me an Angel”, y cerrada con una memorable “Wind Of Change”. Aunque hayamos escuchado estas baladas hasta la saciedad, el poder del directo logra que las vivamos con verdadera pasión.
Siguieron dando caña con temas de nueva hornada y con más clásicos, y “Rock ‘n’ Roll Band” y “Dynamite” subían más la temperaturade todos los presentes, antes de que Jabs tomara el protagonismo interpretando la instrumental “In The Line Of Fire”. Y llegaba el turno del solo de batería. Llegaba el turno de un enorme Mikkey Dee Todos los ojos se postraban en él cuando su batería se elevó a lo más alto del escenario mientras aporreaba cajas, bombos y platillos, demostrando su más que conocida solvencia técnica y desprendiendo simpatía a raudales. Pero ahí no quedó todo. Ni mucho menos. La plataforma de la batería fue bajando, y cuatro bailaoras flamencas a un lado, y un bailaor a otro, hicieron una exhibición de arte andaluz a base de taconeos y abanicos al aire, acompañado por los ritmos de Dee ante la mirada atónita de los casi 10.000 espectadores que poblaban el taurino recinto. Lo que pudiera haber sido una situación surrealista, resultó ser un momento único que difícilmente repetirán SCORPIONS en algún concierto de su longeva carrera. Dicho esto, y con todos los respetos a James Kottak (que ojalá consiga superar sus problemas de adicción), el batería sueco disfruta de una actualidad reconfortante tras la extinción (por desgracia) de su banda de toda la vida.
El show continuaba encarando su tramo final, y la enésima Flying V que sacaba a lucir Schenker escupía humo con una corrosiva “Black Out”, que fue continuada por unas no menos esperadas “No One Like You” y “Big City Nights”. La locura se desató entre todos los presentes y estaba claro que aunque se despidieran, quedaban unas pocas balas más en la recamara. Las inmortales “Still Loving You” y “Rock You Like a Hurricane”, redondeaban un concierto que quedará grabado a fuego en la memoria de los presentes, y que, sin duda, formará parte de la historia de la banda, de la ciudad de Córdoba y de su festival de la guitarra.
Después de ver y disfrutar de este concierto de SCORPIONS, se puede llegar a entender que tras finalizar la que supuso su gira de despedida en diferido, quisieran volver a su estado natural. A los escenarios del mundo. Me atrevería a decir que estos sexagenarios están muy lejos de encontrarse por debajo del estado de forma de la que presumían hace dos décadas. Buena muestra dieron de ello en, posiblemente, uno de los conciertos más calientes en sus 50 años de carrera. Larga vida a los escorpiones.
Promotor:Rock N Rock
Día:2016-07-02
Hora:19:45
Sala:Plaza de Toros Los Califas
Ciudad:Córdoba
Puntuación:9
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