Si existe una banda ejemplar en todos los aspectos, esa es, sin duda, SAXON. Su meteórica ascensión desde lo más bajo hasta el momento en el que se encuentran ahora, es difícil de explicar. No hace falta irse muy lejos para recordar las descargas que SAXON hicieron durante los 90 en salas de Barcelona como el Apolo ("Dogs Of War"), el Garatge ("Unleash The Beast") o el Mephisto ("Metalhead"), todas ellas de pequeña capacidad y ridículas tratándose de una formación que pocos años antes, llenaba estadios en Europa y en menor grado, en Norteamérica. Los tiempos cambian y con ellos, muchas bandas, que se van amoldando a las nuevas tendencias para poder seguir teniendo su hueco dentro del mercado. SAXON, por la contra, se han mantenido puros y fieles a un ideal y una forma muy concreta de entender la música; El Heavy Metal. Habrá quien no vea con buenos ojos el acercamiento que la banda dio a mediados / finales de los 80 a terrenos más melódicos con discos como "Innocence Is No Excuse", "Rock The Nations", "Destiny" o los siguientes "Solid Ball Of Rock" y "Forever Free". Pero en cualquier caso, se trata de matices, sutilezas, pues tanto esos discos, como los más clásicos del currículum de los Ingleses, poseen ese sabor tan propio de SAXON que puede resumirse, de nuevo, en 2 palabras; Heavy Metal.

Dicho esto, podemos pasar página. Estamos en el siglo XXI y SAXON, sin llegar a las cotas de éxito de los 80, se mantienen en un nivel de forma y popularidad altísimos, que no hacen sino subir y subir. Sus shows cada vez congregan a más gente (En esta ocasión incluso colgaron el cartel de Sold Out), descargan en salas más grandes y sus discos, vuelven a figurar en los puestos de listas de ventas de varios países. Ni decir tiene que la calidad de sus trabajos, sobrepasa lo común. De hecho, de toda su generación de bandas, y siempre lo he dicho, SAXON son la que todavía presenta nuevos discos interesantísimos. Desde "Unleash The Beast", publicado hace una década, cada nuevo lanzamiento del grupo es de una factura imposible de superar. Incluso su nuevo trabajo, "Inner Sanctum", me parece de lo mejor que el grupo ha hecho en toda su carrera que asciende a la friolera de casi 30 años (Sacando discos, pues SAXON llevaban de una forma u otra activos desde principios de los 70).

Da igual que se trate de un recinto pequeño, uno mayor o un gran festival, la veteranía de los incombustibles SAXON les permite afrontar el show con unas garantías insultantes e inalcanzables para el resto de mortales. Ya no se trata de tener un mejor o peor sonido y repertorio, que es innegable que lo tienen. SAXON poseen una sabiduría y un rodaje que les hace ir sobrados sobre las tablas. Por algo llevan tantos años juntos.

Junto a Biff Byford y Paul Quinn, prosiguen en el grupo el guitarrista Doug Scarret y el bajista Nibbs Carter, quienes llevan ya bastantes años a bordo. La sorpresa la encontramos en el puesto de batería donde, tras un paréntesis de 7 años, vuelve a militar Nigel Glockler, batería de toda la vida de SAXON. Si hay algo que reprocharle a la actual formación de los británicos, es precisamente el retorno del señor Glockler. Nadie pone en duda ni discute su aportación a SAXON durante tantos años, pero esta noche quedó patente que los años no pasan en balde y que a día de hoy no posee el mismo nivel que Jorg Michael o Fritz Randow, sus sustitutos durante el paréntesis de tiempo que él no estuvo en la banda. Con la energía que desprenden los SAXON actuales, Nigel parece ir un tanto rezagado, o al menos, esa es la impresión que a mi me dio.

Puntuales sobre la hora estipulada aparecieron MASTERPLAN, la banda de Roland Grapow, ex-guitarrista de HELLOWEEN. Engañaría a los lectores si dijese que conozco a la perfección la propuesta musical de este grupo. De hecho, me sorprende que estando tan en boca de todos como están desde que se crearan hace no más de 4 o 5 años, todavía no le hubiese hincado el diente a alguno de sus trabajos. De cualquier forma, reconozco que me sorprendieron muy gratamente. No pude verles nunca con Jorn Lande al frente, pero desde luego, el hasta hace no mucho frontman de RIOT Mike DiMeo hizo un muy buen trabajo. Gozaron de un sonido bastante digno y aprovecharon sobradamente los 45 minutos que se les tenía asignados. Sorprende que el señor Roland Grapow no obtenga mayor protagonismo siendo ésta su banda. De hecho Roland permaneció bastante ausente al lado izquierdo del escenario cediendo todo el protagonismo a su vocalista Mike DiMeo y como no, a Mike Terrana, su nueva incorporación. El primero cantó, cumplió y gustó, sin excederse en malabarismos vocales innecesarios y ciñéndose a su rol de recién llegado. Sin embargo, Mike Terrana, una vez más acaparó todas las miradas. No sé qué sucede con este hombre, pero ha conseguido de unos años para acá que a todo el mundo le guste la batería y espere con ansias sus interminables solos. El tipo toca bien, vamos que si toca, pero cuando le has visto 20 veces (o 30, perdí la cuenta…), resulta cansino. En esta ocasión, no se excedió de los 3 o 4 minutos, como yo creo que debería ser. Y digo esto porque muchos recordarán las interminables maratones que el tipo se pegaba con RAGE, METALLIUM o AXEL RUDI PELL tiempo atrás. Tras tres cuartos de hora, MASTERPLAN abandonaron el escenario y a tenor de los aplausos y la entrega del público, sobretodo en el tramo final de su show, da la sensación de que cuajaron bastante bien entre la concurrencia.

Sin mucha demora, SAXON salieron a escena con un Razzmatazz II reventado de punta a punta. En alusión a ello, bromeaba Biff Byford rezando para que en su próxima gira puedan, por fin, tocar en una sala mayor (Ésta era la tercera vez seguida, sino me falla la memoria, que descargaban los británicos en el Razzmatazz II). La tripleta de temas que abrieron el concierto pertenecía a su nuevo disco "Inner Sanctum". Muchos podrán pensar que, tratándose de una banda clásica, eso es un suicidio, pero en el caso de SAXON no fue así y la gente los recibió con los brazos abiertos. "State Of Grave", "Let Me Feel Your Power" e "If I Was You" dieron el pistoletazo de salida. En el cuarto puesto, venían SAXON interpretando "Killing Ground" o "Witchfinder General", pero en esta ocasión, Byff comentó que iban a improvisar un poquito y que iba a sonar ni más ni menos que "Heavy Metal Thunder". Imaginen la reacción del personal. Poco a poco, la banda prosiguió desengranando su nuevo disco del que llegaron a tocar, juraría, todo el disco a excepción de un par de temas. Destacó sobretodo la forma en la que cuajó dentro de su repertorio el medio tiempo cargado de emotividad "Red Star Falling", el cañonazo "Attila The Hun", que cerró su set a falta de los bises, y la rockera "I've Got To Rock (To Stay Alive)" que tiene toda la pinta de convertirse en un nuevo clásico del grupo en la onda de sus grandes temas más rockeros y menos metálicos. Cerraron el capítulo dedicado a "Inner Sanctum" con "Ashes To Ashes", tema que cerró el concierto de forma definitiva.

El resto, pues ya se pueden ustedes imaginar. Diéronse SAXON un buen paseo por sus discos de los 90 y si en otras giras fueron "Ministry Of Fools", "Conquistador", "Unleash The Beast", "Dogs Of War" o "Cut Out The Disease" las elegidas, en esta ocasión, al menos en Barcelona (Digo esto porque en cada concierto de esta gira van cambiando muchos temas), los británicos han optado por recuperar viejos temas de esa misma década, en una más que acertada elección, con la ya de por sí clásica "Solid Ball Of Rock", "Are We Travellers In Time", "The Great White Buffalo" y sobretodo "Requiem (We Will Remember)" a la cabeza. Dejaron, así pues, esta vez, fuera de su repertorio cualquier recuerdo a "Unleash The Beast" y "Forever Free", un disco bastante olvidado por SAXON en sus giras, pero que por lo visto tenía representación en ésta.

El resto de material que descargaron Biff, Paul y compañía, es por todos conocido; "Power And The Glory", "Crusader", "To Hell And Back Again", "Denim And Leather", "Wheels Of Steel", "Strong Arm Of The Law" y como no "Princess Of The Night", que provocó que los cimientos de la sala casi se vinieran abajo. Por desgracia, muchos otros grandes himnos de su carrera se quedaron fuera en esta ocasión como "Ride Like The Wind", "747 (Strangers In The Night)", "Rock N' Roll Gypsy", "And The Band Played On" o "Broken Heroes", pero está claro que no hay espacio para todo y todos esos temas, han tenido siempre en mayor o menor grado participación en los diferentes setlists del grupo a lo largo de los años.

De entre los 5 miembros del grupo, destaca por encima de todos, el gigantón Biff Byford. Sí sr. Ramos sí, parece que por fin cambió de gabardina (Broma estúpida que siempre hacemos en el foso de un concierto de SAXON). Byff es el alma del grupo, pues Paul Quinn, un soberbio guitarrista, prefiere permanecer al lado derecho del escenario a lo suyo sin mostrar efusividad alguna. Todo el peso escénico recae sobre Doug y Nibbs, quienes no paran quietos ni un instante, pero como les decía, el foco de atención sigue siendo Biff Byford. Es increíble como a sus 50 y muchos, este tipo no para quieto ni un solo instante, corre, canta, bromea, hace headbanging e incluso se mete entre pecho y espalda la hoja con el setlist del grupo (Toda una tradición ya). A diferencia de muchas otras bandas de su misma quinta, SAXON son reales, no hay trampa ni cartón, lo que ves es lo que hay. Disfrutan sobre un escenario, se lo pasan bomba y contagian esa alegría y energía.

Desconozco cuantos años podrán seguir rayando a este nivel, pero visto lo visto, a tenor de los resultados tanto en directo como en estudio, tenemos SAXON para rato.

 

Javi Félez (Javi Metal)

Promotor:RM Concerts

Asistentes:1200

Día:25/03/2007

Hora:20:00

Sala:Razzmatazz II

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9