Como las cosas hay que cogerlas como te vienen,
y este viernes pasado nos tocaba volver a visitar la capital del Pisuerga, aprovechamos
que en un pueblo en las afueras de Pucela (donde se sitúa la casi única sala
vallisoletana que se anima dar conciertos de metal) pasaban a tocar Saratoga,
y allí estuvimos para verlos. Con una apertura de puertas programada para las
21h, y con 0º de temperatura en la azotea del Centro Comercial Equinoccio de
la localidad de Zaratán (a 5Km de Valladolid), nos dispusimos a ir entrando
poco a poco en la sala Szena, porque el fresco que hacía en la terraza no invitaba
a ninguna forma de litroneo, botellón o demás formas de tertulia a la intemperie.

Cuarenta y cinco minutos después terminaba de circular el
flujo de gente que entraba a la sala, y sobre las diez en punto de la noche
se empezó a escuchar el tema introductorio de su reciente disco "El clan
de la lucha", mientras brincaban a escena los cuatro miembros de la formación
madrileña. Gran parte de la gente les acogió fríamente (a parte de la extrema
temperatura exterior) y hubiera sido buena idea hacerse acompañar –en general,
en cada cita- de un grupo local, que ayudaría a entonar a la gente y además
favorece a los grupos de cada comarca y al rock en general.

Inmediatamente después de la intro empezaron con "Quizá
el sol no saldrá" perteneciente también al "Clan". No es el tema
que precisamente ayude a calentar en exceso al personal, pero lo que quedó claro
fue que en este principio de gira lo que están haciendo es únicamente presentar
este trabajo. Muestra de ello es que dedicaron más de la mitad del concierto
a tocar temas de su reciente CD. Tocar una decena de canciones pienso que es
excesivo, porque de esta forma no pueden incluir en una hora y media larga las
suficientes canciones como para que el público salga del local con total satisfacción.
Y esto, junto con la escasa complicidad que tuvieron con el público –algo nunca
propio de Saratoga y que podemos corroborar por todas las veces que los hemos
visto en los últimos años por toda la geografía nacional- y el apático final
sin opción a bis, han hecho que nuestra valoración conjunta de la actuación
haya bajado algún que otro punto. Sin embargo, calificando únicamente por su
calidad interpretativa, honestamente habría que ponerles un 9,5. Pero creo que
cuando se va a un concierto y les entregas las pelas (12€) a unos señores por
un ver un directo, esperas algo más.

De hecho nos ha parecido que el setlist hubiera sido establecido
por completo antes de la actuación, sin posibilidad alguna de alteración y entrando
un poco con calzador. Han desaparecido de él todos los solos de batería, guitarra
y bajo. Porque el medio minuto de Dani con las baquetas en solitario parece
más un vacile que una interpretación.

Continuando con lo que fue su lista de canciones,
la segunda que tocaron causó mayor entusiasmo entre el público, como no podía
ser de otra manera con "A morir", ensamblada entre aplausos con su
single "San Telmo 1940". A partir de este momento nos ofrecieron los
momentos de más furia de toda su actuación, tocando de forma encolerizada "Con
mano izquierda", la siempre coreada "Heavy metal", "Maldito
corazón" (la canción más trallera y reconocible de "El Clan",
cuya bélica temática anunciaron no querer volver a repetir con ocasión de ninguna
otra guerra) y su próximo sencillo "Lejos del tiempo". Se tomaron
una ligera pausa con la balada cargada de sensibilidad "Si amaneciera".
Recuperaron paulatinamente la garra tocando "Ratas", "Oscura
la luz", "No", "Ángel de barro", "Tras las rejas"
y "Blanco y marfil".

Ya nos estábamos acercando sin darnos cuenta al
final del show, y nos lo recordaron con "Las puertas del cielo" y
con "Mi ciudad", esta última como único vestigio que queda en directo
de sus trabajos con otros cantantes anteriores. Retornaron a promocionar por
última vez en la noche "El clan de la lucha" con "Buscando el
perdón", y concluyeron la actuación con "Resurrección" y la inevitable
"Vientos de guerra".

Esperamos que los próximos conciertos se dejen llevar
más por la espontaneidad y no se centren tanto en un trabajo que apenas lleva
días en la calle, porque ya tendrán tiempo de que el público reclame temas de
él en directo -en vez de hacérselos comulgar por obligación-. Antes de la hora
de las brujas ya estábamos fuera, a bajo cero, recargando el depósito por antros
pucelanos.

Texto y fotos: Toni de la Quadra

Datos:

Szena
Valladolid
Promotor: N.D.
Publico: 300 personas

Día:26/03/2004

Puntuación:6