ROYAL HUNT

No exageraría ni un pelo si os digo que para muchos de los poco más de 100 personas que asistimos al concierto de Royal Hunt vivimos un sueño hecho realidad. Los piques y los egos chocaron tras la edición de “Paradox” y André Andersen y DC Cooper decidieron separar caminos. Fueron tiempos de discos en solitario y experimentación y ya nada volvió a ser como antes. La despedida del grupo la puso ese genial “Paradox” y ese colosal directo titulado “1996”. Pero no nos engañemos, los Royal Hunt de Mark Boals y John West no estaban nada mal. Incluso su “The Mission” me parece uno de sus mejores discos. Pero esos conciertos con coros pregrabados y la banda haciendo ver que cantaban… En fin, mejor olvidarlo.  

Y es que cuando te encuentras a los Royal Hunt con todo su potencial te vuelves a dar cuenta de que este grupo es muy especial. Cooper canta como los ángeles y todo funciona, con esas dos rubísimas coristas apoyando los coros. Como siempre tiene que ser. Antes los itálicos Stamina estuvieron entreteniendo y demostrando nivel, pero lo de Royal Hunt es de otra liga. Qué lástima que la gente apenas les conozca. Incluso su excelente nuevo disco estuvo a la altura de tanto clásico. Abrieron con “One More Day” seguida de “The Mission”, dando protagonismo a las coristas. Quizá no cantaron tan bien como las de “1996”, pero son claves en el sonido de la banda. Cooper estuvo estelar, con esa media melena y su perilla eterna. Hubo poco contacto entre André y DC, pero eso no quita que el nivel rozara la perfección en todo momento.

Maravillosa “Flight” con toda su rotunda melodía, seguida de otro de los grandes temas de su nueva obra: “Hard Rains Coming”. Mención aparte merece su batería Allan Sorensen con su descomunal pegada. El neoclasicismo y las melodías hard rock calaron rápido entre una entregada audiencia. DC estuvo como siempre, simpático, entregado y comunicativo. La enorme “Lies” fue la única concesión a “Fear”, y luego cayeron “Step By Step” y el momentazo de la noche: la genial “Wasted Time”. Alucinante, con un DC excepcional. Definitivamente esta banda necesita a este vocalista. “Age Gone Wild” y “Kingdom Dark” desembocaron en la preciosa “Angels Gone”, de nueva factura. Muchos echamos de menos la genial “Another Man Down”. De las clásicas faltaron “Martial Arts”, “Clown in the Mirror” y “Far Away”, pero poco o nada había para quejarse. La banda estuvo excelsa.  

El interludio acústico, con André a la acústica resultó de lo más emotivo de la noche. Nunca imaginé que escucharía “Restless” en directo, y sí, cayó. Grandioso tema que siempre suelen olvidar. Empalmarían con “One By One” y “Bodyguard”. En los bises André volvió a su cuatriple teclado, siempre excesivo,  para brindarnos dos temas imprescindibles. El “Show Me How to Live” y la tremenda “Last Goodbye”. Otro de los momentos más impresionantes de la noche. Tras las reverencias de rigor volvieron para tocar “Message to God”, único corte del “Paradox”, del que supongo que descansan pues hicieron hace poco una gira tocándolo entero. Fue emocionante ver que todo el mundo la cantaba.  

Royal Hunt es una de esas bandas perdidas de los 90. Parece que la inmensa mayoría de metalheads apenas les conocen, y se están perdiendo un grupo realmente especial y diferente. Poseen infinidad de clásicos y un repertorio alucinante, pero han quedado sólo relegados a Japón. Dio un poco de pena que una banda como esta tenga que tocar para poco más de 100 personas. Pero los que allí asistimos salimos con una inmensa sonrisa dibujada. Dos horas largas de concierto, y lo que es mejor: un sueño hecho realidad. Espero que estos daneses, con teclista ruso y cantante norteamericano, vuelvan a retomar esa senda dorada de los 90. Podemos seguir soñando…