Rata Blanca cumple en su regreso a la Ciudad Condal tras doce años de ausencia

No sé cómo lo hace este hombre pero hay que decir que la voz de Barilari está intacta, ¡este vocalista es impresionante! Por su parte, ¿qué decir de Giardino? Pues que continúa siendo el Yngwie Malmsteen latino. Su elegancia sigue incólume, una pose que, acompañada de la cálida iluminación y del humo constante, conseguía retrotraernos a los años ochenta a cada tema que pasaba. ¡A ver si no tardan en regresar!

Tras doce años sin pisar la capital catalana, la mítica banda RATA BLANCA regresaba a Barcelona a quitarnos la espinita que nos dejaron a su paso por el Rock Fest Barcelona, hace un par de años. En aquella ocasión, desgraciadamente, el show de los argentinos desmereció por culpa de un sonido pésimo y problemas en el micro de Barilari. Al igual que en el festival catalán, Giardino y compañía arrancaron con material del último redondo, “Tormenta Eléctrica” (2015), de la mano de “Los Chicos Quieren Rock”.

El público, en gran parte argentino, no llegó a colmar el aforo de la Razz II. Ahora bien, visto el apoyo y el griterío que recibió RATA BLANCA, la sala parecía llena. Acompañando al dueto clásico: Giardino/Barilari, nos encontramos con el teclista Darío Moschen y con la base rítmica formada por el batería Fernando Scarcella y por el recientemente incorporado Pablo Motyczak, al bajo, que entró en sustitución del tristemente fallecido Guillermo “El Negro” Sánchez. En segundo lugar, los argentinos prosiguieron con uno de sus clásicos más reconocidos: “Solo Para Amarte”, para luego dar paso a la más actual “La Otra Cara de la Moneda”.

Walter Giardino (Foto: Sergi Ramos)

“El Jugador” y “El Círculo de Fuego” vendrían después, con un ambiente ya caldeado, a pesar de la fría noche barcelonesa que nos aguardaba en el exterior de la sala. Otro de los temas más destacables de “Tormenta Eléctrica” llegaría a continuación, en este caso “Tan Lejos de Aquel Sueño”, con un Giardino inmenso a la guitarra. Al igual que en el último disco, este tema vendría precedido por un rockerísmo “Rock and Roll Hotel”, para que luego RATA BLANCA nos regalaran otra de las joyas de su discografía, que no es otra que “Aún Estás en mis Sueños”. Tras un emotivo discurso del vocalista, en el que habló de cómo el público hace suyas las canciones, se dio paso a la susodicha, que fue recibida por un respetable que no pudo evitar corearla sin medida.

Rata Blanca (Foto: Sergi Ramos)

La tripleta formada por “El Sueño de la Gitana”, “La Llave de la Puerta Secreta” y “Chico Callejero” daría paso al merecido descanso de la banda. Tras los aplausos y silbidos de rigor, RATA BLANCA regresaba al escenario con “El Reino Olvidado” y “Guerrero del Arco Iris”, dos grandes temas que darían paso a otro par que ya son patrimonio de la humanidad: la bellísima “Mujer Amante”, coreada a pleno pulmón por los asistentes, y la épica “La Leyenda del Hada y el Mago”, que remató la velada. Con esos dos monumentales cortes llegamos al final de un gran concierto. No sé cómo lo hace este hombre pero hay que decir que la voz de Barilari está intacta, ¡este vocalista es impresionante! Por su parte, ¿qué decir de Giardino? Pues que continúa siendo el Yngwie Malmsteen latino. Su elegancia sigue incólume, una pose que, acompañada de la cálida iluminación y del humo constante, conseguía retrotraernos a los años ochenta a cada tema que pasaba. ¡A ver si no tardan en regresar!