Rafa Blas no consigue conquistar

Es una pena que Rafa Blas no esté teniendo más repercusión con la gira que está haciendo. ¿Como se puede ser el ganador de uno de los mayores éxitos televisivos del último año y acabar haciendo esos números? Todo tiene su explicación, imaginamos. Pero de lo que no cabe duda es de que uno siente cierta condescendencia humana por un Rafa que sale al escenario a desgañitarse, con una banda realmente solvente tras él y que no logra todo el impacto deseado.

Noche de viernes en una semana repleta de directos. AIRBOURNE, SATYRICON, DARK TRANQUILLITY, ALTER BRIDGE, PINK TONES…y Rafa Blas. Tras pasearnos por todos los conciertos, seguramente el de Rafa era del que más respuesta esperábamos y, sin lugar a dudas, el que peor asistencia ha tenido. Un show en la sala Bikini al que apenas acudieron 60 personas de pago y del que no se había visto un cartel en toda Barcelona. Pero esto da para un artículo de opinión que leeréis durante esta semana.

Es una pena que Rafa Blas no esté teniendo más repercusión con la gira que está haciendo. ¿Como se puede ser el ganador de uno de los mayores éxitos televisivos del último año y acabar haciendo esos números? Todo tiene su explicación, imaginamos. Pero de lo que no cabe duda es de que uno siente cierta condescendencia humana por un Rafa que sale al escenario a desgañitarse, con una banda realmente solvente tras él y que no logra todo el impacto deseado.

Hay que tomarse el show de Rafa Blas como lo que es: un show de versiones. Las inclusiones propias, ya que una buena parte del concierto proviene de su primer disco en solitario, “Mi Voz”, son casi una distracción en medio de un repertorio de versiones ejecutadas a la perfección por una de las mejores voces de nuestro país. Canciones como “Vivir Morir” son buenas, el público las conoce, pero no despiertan la misma reacción que los clásicos del rock. No obstante, hay que admitir que Rafa es valiente a la hora de atreverse con versiones de artistas no precisamente conocidos para el gran público. Una cosa es versionar a BON JOVI y otra muy distinta a STEELHEART o a Jeff Scott Soto. En ese sentido, las elecciones son atrevidas, pero no compensan la ligera decepción que provoca un show que necesita de más originalidad.

Además de la elección del repertorio, lo que no es concebible es que el show de un artista que ha ganado un concurso televisivo y esta bajo los auspicios de Universal Music no tenga ni un telón de fondo, ni un parche con su nombre en el bombo de la batería. He visto a grupos con un solo EP en el mercado trabajar más la presentación de sus shows. ¿Qué es lo que sucede? ¿Que se adecua el show a las entradas anticipadas vendidas? En ese caso: que promocionen los conciertos. Simple y fácil.  Es obvio que la época en la que los triunfitos conseguían jugosas carreras en solitario tras su paso por un concurso televisivo ya queda lejos. Ni siquiera la mayoría de los que ganaron ediciones posteriores a aquella primera han logrado éxitos con cara y ojos. Pero más allá de eso, si un artista quiere que le tomen en serio, necesita presentarse debidamente.

Volviendo al concierto, quedó claro que el público no era el habitual de este tipo de citas. La mitad eran personas no habituales del circuito de conciertos, que seguramente acudían atraídos por el nombre y el concurso televisivo. La otra mitad eran de identidad más puramente heavy, seguramente acudiendo a mostrar su apoyo a uno de los suyos que había logrado llegar al gran público en medio de toda la bazofia que sale de esos concursos televisivos. Y en medio de estas dos tipologías, Rafa intentando contentar a ambos sectores. Por un lado un “It’s My Life” de BON JOVI o un “The Show Must Go On” de QUEEN y por otro lado joyitas como el “We All Die Young” de STEELHEART donde su voz mutó en la de Mike Matijevic con una facilidad asombrosa.

Si algo tienen estos concursos televisivos es que los vocalistas se exceden con su voz como si de un solo continuo se tratase. Es como si Neil Peart hiciera un solo en cada tema de RUSH para demostrar lo bueno que es. Si bien Rafa tiene una voz que es un portento, el sobreuso de esta no le hace mejor vocalista. Hay que saber donde dejar espacio para que un estribillo o una canción en si respiren.

Rafa es un buen tipo, se ha partido los cuernos por su carrera musical y ha tenido la suerte de ganar uno de los concursos televisivos más populares de tiempos recientes. ¿Pero significa algo eso sin el encauzamiento adecuado? Pues, ciertamente, no. Y me da la sensación de que Rafa podría estar teniendo mucho mejor resultado del que está teniendo con un tres o cuatro ajustes concretos: repertorio, presentación escénica, promoción/management y restricción de excesos vocales.