QUIREBOYS
Vinieron hará un par de años presentando su “Homewreckers and Heartbreakers”, un más que interesante álbum con alguna que otra interesante joya, y ya demostraron que siguen poseyendo esa aura unívoca y ese encanto sudoroso y humeante. Los Quireboys quizá ya nunca volverán a facturar obras maestras, pero siguen siendo una auténtica fiesta sobre las tablas. Su música, muy deudora de los Faces, es irresistible, y el carisma de Spike, unido a su alucinante voz hacen que sea imprescindible perdérselos.
El quinteto definitivamente estuvo mucho mejor que en su anterior venida, y lo curioso es que el público casi abarrotaba la sala menor del Apolo. Nada que ver con la flojilla entrada conseguida en el KGB. La ocasión lo requería, pues iban a tocar todo su primer disco. Lo mejor de todo es que se palpaba que los asistentes eran fans acérrimos, dispuestos a disfrutar cerveza en mano. La mala noticia fue que Sol Lagarto no podrían estar presentes teloneando a los ingleses debido a la temida gripe A, que afectó a miembros de la banda. Una lástima, pues Sol Largarto tienen calidad sobrada y se antojaban como unos teloneros perfectos.
El otro punto flaco del concierto sería el volumen excesivamente bajo de las guitarras, algo que no sería solucionado en toda la descarga. Abrirían con “Dont Bite The Hand” y “Finer Stuff”, dos trallazos que abrirían fuego y brecha ante una desbocada sala, receptiva y participativa. Spike sigue siendo puro glamour decadente y es uno de esos frontmans definitivos del rock and roll de los últimos años. Atacarían “Dirty Town” y “Tramps and Thieves”. Una lástima que las guitarras de Paul Guerin y Guy Griffin se perdieran entre el volumen general de la banda y el rugido del gentío. Sorprendería la inclusión de “This Is Rock and Roll”, pero ya no tanto la obligada visitación a su nuevo gran clásico: “Mona Lisa Smiled”, uno de esos medios tiempos brillantes y luminosos. Si alguien dudaba que hoy en día los “Chicos del coro” fueran capaces de firmar un nuevo himno, con la sonrisa de Mona Lisa ven acalladas muchas bocas.
La labor a las teclas de Keith Weir sigue siendo imprescindible y le da a la banda un contrapunto melódico y genuinamente rockero. Son pura actitud y “7 Oclock” así lo demostró. Himno monumental y momentazo. Continuarían con “Man on the Loose” y las cadenciosas baladas de alcantarilla “Whipping Boy” y “Sweet Mary Ann”. Excepcionales en su interpretación. Quizá hayamos visto a Spike en mejores momentos, pero es igual, cuando la emprende con semejantes temas, no tiene rival.
“I Dont Love You Anymore” y la festiva e hímnica “Hey You” nos harían botar. La cerveza corrió como en pocos conciertos, pues la música de los Quireboys invita a beber. Les seguirían “Misled” y “Long Time Coming”, pero la que brillaría con luz propia sería la conocida “Roses and Rings”, balada que fue pura magia y todo sentimiento. Terminarían con “There She Goes Again” y “Take Me Home” para luego atacar con los bises.
Estaban cantados y había muchas ganas para el desparrame final. La fiesta continuaría con “Mayfair” y cómo no: “Sex Party”, otro de los trallazos definitivos a toda velocidad. Botes, cánticos, alcohol, humo… en definitiva, todos los ingredientes esperables de un show de Quireboys. Cumplieron sobrados y a pesar de este par de peros citados anteriormente, dudo que nadie pueda sentirse decepcionado. Mientras Quireboys sean sinónimo de fiesta la banda seguirá convenciéndonos de que todavía tienen mucho que ofrecer.
Jordi Zelig Tàrrega
Promotor:--
Asistentes:350
Día:21/11/2009
Hora:21:00
Sala:Apolo 2
Ciudad:Barcelona
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.