QUEEN SYMPHONIC RHAPSODY
Si Freddy Mercury levantara la cabeza… Posiblemente estaría orgulloso de ver que en la actualidad el legado de su gran banda está a la altura de Beatles o los Rolling Stones. La Reina es soberana a pesar de que las últimas decisiones de los ex miembros del grupo son patinadas antológicas. Lo último es elegir un cantante de un casting de un programa televisivo. No me extraña que John Deacon no quiere saber absolutamente nada de ellos. El caso es que ni el musical de Queen ni la misma banda con Paul Rodgers se acercan demasiado a lo que fue Queen. Hecho por el cual, posiblemente, esta Queen Symphonic Rhapsody es lo más cercano que existe a la legendaria banda junto con esa banda de versiones llamada Dios Salve a la Reina.
Esta encarnación es un auténtico lujo. Están cercanos a la Trans-Siberian Orchestra en cuanto a medios y espectacularidad. Hay casi 30 personas en el escenario con metales, violines, coro y demás. Obviamente son los cuatro cantantes los auténticos protagonistas siendo dos de ellos muy conocidos por los más metaleros: Thomas Vikström y Mats Levén, ambos especialmente conocidos por su trabajo en Therion. Por otro lado estaba la enorme soprano Graciela Armendariz y la explosiva y simpática Michele McCain, conocida por su trabajo con BB King y con la Orquesta Mondragón. Todos rozan el excelente a pesar de que Graciela es excesivamente académica y su formación clásica la encorseta excesivamente. La inicial “Innuendo” quedó bien, pero no llegó a emocionar como otros temas.
El ritmo del concierto es alto y el material con el que juegan es el obvio. Todos los clásicos que suenan en la radio estuvieron allí; en fila. Pero el catálogo de Queen es excepcional y recuperar “Tie Your Mother Down” o “Save Me” son grandes aciertos. El público asistente no es el habitual en conciertos de rock. Incluso había gente famosa en la platea y muchos músicos. Los cantantes van turnándose y alcanzan el clímax cuando combinan sus voces. Cada uno posee su gran momento. La soprano salvó una inicial “Innuendo” pero alcanzó el clímax cuando se atrevió a cantar a dúo la colosal “Barcelona” junto a Thomas. Alucinante. Llegó a los tonos de Caballé e hizo que a más de uno se le erizara el vello. Rotunda ovación y la sala de pie.
La simpatía y carisma de McCain son absolutos. Tuvo su gran momento con un “Somebody to Love” bien apoyada por los coros. En “I Want to Break Free” acaeció el momento cómico cuando Thomas y Mats aparecen a escena vestidos de mujer, emulando el famoso videoclip. Las recurrentes “We Are the Champions” y “We Will Rock You” volvieron a levantar a la sala. Las baladas “Is this the World We Created”, “Who Wants to Live Forever” y “Love of My Life” sonaron realmente emocionantes. Y brillaron también “Crazy Little Thing Called Love” y “Play the Game”. Se hizo raro que en “Under Pressure” no la cantaran a dúo y “Headlong” quedó algo deslucida. El gran acierto de la noche fue recuperar esos mix de clásicos del rock que tanto gustaban a Mercury. “Long Tall Sally”, “You Are So Square”, “Tutti Frutti” y “Hello Mary Lou (Goodbye Heart)” serían interpretadas por cada uno de los cantantes, entrando a escena apareciendo desde platea o palcos.
El espectáculo es impresionante y vale la pena llegar a pagar la cara entrada. Desgraciadamente la crisis se nota y el segundo día de actuación se suspendió. Una lástima. Tampoco creo que la promoción haya sido precisamente brillante. Evidentemente para el fan más acérrimo de la banda faltan muchos temas brillantes que han quedado algo tapados por el magno legado del grupo. Pero es un show para todos los públicos, y eso se nota. Faltó ese duelo Freddy público en el que el divo hacía cantar al público y al que Thomas hizo un bonito guiño, aunque se quedó en nada. Toda la banda estuvo luego fuera para hacerse fotos con el público. Todo fan de Queen debe asistir a este show. Dos horas y media con descanso breve de por medio. Uno rememora esas canciones tan excelsas que son banda sonora de nuestra vida y de la historia del rock. Lo que realmente da vértigo de Queen es que podrían hacer otro show de dos horas y media y ofrecer temas que están a la misma altura de los más conocidos. Es una lástima que Roger Taylor y Brian May arrastren el cadáver del grupo por el fango. SI Freddy Mercury levantara la cabeza… posiblemente asistiría a este show y pasaría de sus antiguos compañeros.
Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Moon Records
Asistentes:1000
Día:12/05/2012
Sala:Teatre Coliseum
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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