PRIEST FEAST: JUDAS PRIEST – MEGADETH – TESTAMENT
Como era de esperar el sacerdote Judas triunfó por todo lo alto en la Ciudad Condal. Estamos hablando del concierto del año pues girar con colosos como lo son Megadeth y Testament es todo un regalo para cualquier fan metálico que se precie. Otro punto a favor que cabe destacar es el tratamiento que le han dado los medios informativos al evento. No sólo han aparecido referencias en periódicos sino que incluso TV3 hizo un reportaje de cinco minutos con entrevistas e imágenes de las tres bandas y el público.
TESTAMENT
Desde que los californianos decidieran reunirse con su formación original hace unos pocos años, los españoles hemos tenido bastantes ocasiones para poder ver a TESTAMENT en directo, bien sea en festivales o de gira. Su anterior visita nos remonta al verano del año pasado donde la banda de Chuck Billy y Eric Peterson hizo una serie de fechas por España espectaculares. En esta ocasión, las obvias circunstancias de la gira llevarían a TESTAMENT a abrir la velada con unos escuetos 45 minutos que supieron a muy poco. Pese a ello, la banda salió al escenario como si de su último concierto se tratase con un Chuck Billy imponente y un Alex Skolnick en estado de gracia.
Su repertorio mezcló a partes iguales viejos clásicos con temas de factura más reciente, no obstante, parece que no contentó a muchos, algo normal pues con semejante catálogo de himnos y discos editados, es difícil quedarse con 8 o 9. Tras la intro que habría su último disco “The Formation of Damnation”, TESTAMENT arrasaron literalmente con todo gracias a “Over the Wall”, “The New Order” y “Souls of Black”. El sonido, al menos desde donde un servidor se encontraba, dejaba bastante que desear no siendo muy nítido y estando alto en exceso provocando cierta confusión sonora. Pese a que se fue arreglando a medida que el grupo iba desgranando más y más temas, podemos decir que TESTAMENT no contaron con el buen sonido –ni de lejos- de JUDAS PRIEST o sobretodo MEGADETH. Tras semejante triada de clásicos, los californianos presentaron “The Legacy”, la mejor balada hecha nunca por un grupo de Thrash y de lejos su mejor corte lento. Supongo que siendo como es un temazo de culto, muchos se debieron hacer polvo pues el grupo se la dejó fuera en detrimento de “Trail of Tears” en su última gira por aquí el verano pasado.
Tras 5 minutos intensos y épicos, TESTAMENT tiraron del sempiterno “Practice What you Preach” para ponerse al público en el bolsillo. A partir de ahí, la cosa aflojó bastante pues pese a que “DNR”, “3 Days in Darkness” o las nuevas “The Formation of Damnation” y “More than Meet the Eye” son excelentes temas, desde luego, no son tan conocidas como los temas que el grupo había interpretado con anterioridad. No obstante –sobretodo las 2 pertenecientes a su nuevo disco- no creo que tarden mucho en convertirse en clásicas en el setlist de TESTAMENT.
MEGADETH
Con MEGADETH las inclemencias sonoras se solventaron para bien, y de que forma. De hecho, no solo se arregló el desaguisado sino que encima se bajó considerablemente el volumen, factor indispensable para poder saborear mejor un concierto. Y es que a los que estábamos cerca, TESTAMENT nos estaban destrozando los oídos. Yo no sé qué sucede con MEGADETH, pero de unos 4 o 5 años para acá, sus conciertos han ganado muchísimo.
De hecho, de las 7 u 8 veces que he visto a MEGADETH en el último lustro, ninguna de ellas me ha decepcionado, es más, cualquiera de ellas la recuerdo como mil veces superior a los 4 shows que de MEGADETH vi en los 90. Prueba evidente de que MEGADETH creen en las posibilidades de su último trabajo la encontramos en el tema de apertura del concierto; Teniendo semejante repertorio de trallazos, hay que tenerlos muy buen puestos para abrir con “Sleepwalker”. Con dicho tema, MEGADETH abrirían y cerrarían el repaso a sus últimos 12 años de carrera, algo un tanto injusto pues creo que “The System has failed” tenía muy buenos temas.
A partir de ahí, ya fue un no parar de clásicos uno tras otro. “Wake Up Dead”, “Skin O’my teeth”, “In my Darkest hour”, “Sweating Bullets”, “She-Wolf” y “Symphony of Destruction” pusieron el pabellón patas arriba y pese a que Dave Mustaine hizo algún que otro amago de no llegar a ciertas notas altas, podemos decir que tanto él como la banda en general rindieron a un altísimo nivel. Chris Broderick, por su parte, hizo una labor encomiable (Ejecutar un setlist entero de MEGADETH no es mocote pavo), no obstante, creo que todavía le queda para encajar en la banda de la forma que lo hizo Glen Drover. Para la traca final, MEGADETH se dejaron la coreada “A tout le monde” (Versión clásica, no esa adaptación chusquera de su último trabajo), la inesperada “Take no Prisioners” y como no, “Holy Wars”, “Peace Sells… y “Hangar 18”, los míticos cortes que vienen cerrando todos sus conciertos desde tiempos pretéritos.
JUDAS PRIEST
Las muchas dudas que suscitaron los Priest en su gira de reunión, con un Halford en muy baja forma, hicieron que mucha gente quedara decepcionada. Algunos llegaron a pensar que el dios metálico por excelencia se arrastraría por los escenarios. Equivocados estaban pues las tornas han cambiado. Evidentemente sus días de gloria quedan lejos en los que sus falsetes y agudos eran espectaculares, pero el sacerdote pasea la madurez de maravilla.
La intro “Dawn of Creation” dio un toque muy teatral y majestuoso. La banda se hizo con la escena al tiempo que regalaban la preciosa “Prophecy”, excelentemente ambientada. El show que tienen montado está a la altura de su leyenda y Halford aparece en un lateral con una plataforma elevadora enfundado en un traje de metal brillante resplandeciente bajo los focos.
El sonido estuvo a la altura, si bien en un principio los bajos estaban excesivamente altos. Bombo y bajo quedaban muy por encima del resto. El divo estuvo algo parco en movimientos y en “Metal Gods” no llegó a hacer esos pasos característicos que todos esperábamos. El primer clásico encendió a una audiencia ávida de himnos.
Es todo un regalo ver que han recuperado temas tan especiales como “Eat Me Alive” o “Dissident Agressor”. Su discografía tiene tantos buenos cortes que se hace difícil componer un set list para el agrado de todos. Como acérrimo adorador que soy del disco “Painkiller”, “Between the Hammer and the Anvil” fue uno de esos momentos mágicos de la velada. Ese sonido tan metálico de guitarras que consiguen Tipton y Downing es toda una marca personal. Mientras tanto, el bueno de Ian Hill sigue palplantado en su rincón manteniendo el pulso a los temas. A pesar de su “secundariez” es otro de los símbolos inequívocos de los ingleses.
“Devils Child” es otro regalo al fan más clásico y devoto. Halford capeó bien el tema y eso que tiene agudos alucinantes. Digamos que don Halford ha adaptado bien los temas a su estado actual. Los muchos telones que llevan se van combinando dando espectacularidad al concierto. Sonó pronto “Breaking the Law” poniendo en pie hasta a los sentados a las gradas. Todo un himno.
Sería “Hell Patrol” otra visita al celebrado “Painkiller”, un tema excepcional en el que Travis se lució. Aparte de la contundencia y pegada que tiene se dedica a lanzar las baquetas a una altura de cinco metros mientras sigue con su cometido. “Death” demuestra que el nuevo material vale mucho la pena. La idea de tocar el “Nostradamus” entero es arriesgada pero puede que funcione. El disco, a pesar de ser poco Judas, me sigue pareciendo excepcional. Su entrada sentado en el trono es otro de los efectos escénicos más espectaculares del concierto.
Un telón con la portada del “Angel of Retribution” anuncia que “Angel” es la siguiente en caer. Buen tema y buena idea la de recordar que siguen teniendo grandes composiciones contemporáneas. Halford estuvo notable y le dio la intensidad y sentimiento que requería el tema.
“Electric Eye” es absolutamente obligada. Aparece de fondo el ojo eléctrico y el divo se encarama hasta la pupila. Le siguieron piezas de auténtico culto como las celebradas “Rock Hard, Ride Free” o la primeriza “Sinner”. Quizá en este momento sí que hubo un poco de bajón por parte de un público mayoritario que las desconocía, pero que en ningún momento dejó de animar y vitorear a los músicos.
Con la entrada apoteósica de “Painkiller” llegó el delirio. ¿Hay un tema que defina mejor qué es el heavy metal? Despedida momentánea con un público entregado que se preparaba para la tanda de bises. Bajo luces rojas rugió el motor de la moto con la que Halford entraría para brindarnos un “Hell Bent For Leather” masivamente coreado. El nivel de los bises fue rotundo. El gran “Green Manalishi” quedó bordado y la despedida final la puso la excepcional “Youve Got Another Thing Coming”, otra de esas absolutamente imprescindibles.
Muchos esperaban “Living After Midnight” y se quedaron con las ganas, así como esa gente que se curró una pancarta que rezaba: “Please play Turbolover”. Hora y cuarenta minutos de devoción al sacerdote que pasea sus canas con estilo y calidad sobrada. Quizá criticaría el hecho de que el concierto fuera el mismo que en el pasado Kobetasonic pero poco queda que achacarle a una banda sincera, que piensa en su legado a la hora preparar una gira y en la que, su punto más flaco de la actualidad (la voz de Halford), consigue emocionar y convencer a pesar de que muchos crean que es una sombra de lo que fue.
Sinceramente, si hubiera que pedir un deseo espero que la próxima vez vengan con su “Nostradamus” entero, pese a que ya han anunciado una inminente gira de “British Steel”. Sea lo que sea, lo importante es que vengan y mantengan el nivel atesorado… ¡Queda Judas para unos cuantos años más!
Javi Felez - Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Javi Felez - Sergi Ramos
Promotor:Rock N Rock
Asistentes:8000
Día:19/03/2009
Hora:20:00
Sala:Pavelló Olímpic de Badalona
Ciudad:Badalona
Puntuación:9
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